Siguiendo los pasos de Google, Facebook también ha realizado cambios en su algoritmo de búsqueda para optimizar su negocio. El resultado es que ahora habrá que pagar por llegar a donde antes se llegaba de forma gratuita.Esto nos lleva a plantearnos cuando sí y cuando no invertir en los anuncios de Facebook y del resto de redes sociales.
La gestión de las redes sociales de la empresa pasa primero por tener un plan de acción, segundo por tener presencia y tercero por organizar y medir esa presencia. Muchas empresas delegan esta tarea al becario de turno o a un perfil junior, pero dado el nivel de competencia cada dí resulta más importante contar con una estrategia definida y un profesional contrastado que ayude a llevarla a cabo. El último cambio en la política de Facebook ahonda un poco más en esta línea.
La red social por excelencia ha anunciado que el alcance orgánico de las publicaciones de páginas negocios con un claro perfil promocional se va a reducir todavía más. La traducción es que si tienes una página de estas características -y muy posiblemente así sea- no es muy probable que aparezca resaltada en el timeline de tus fans, sino que éstos tendrán que buscarla dentro del apartado del apartado de páginas. El resultado más lógico es que el número de interacciones disminuya.
¿La solución? Anunciarse, pagar por promocionar tus publicaciones, que es precisamente lo que Facebook está buscando. En su defecto puedes optar por invertir para tener una enorme base de fans que hagan este trabajo por ti, pero de nuevo tendrás que gastar dinero en conseguir más fans.
¿Cuándo invertir en publicidad?
La dirección que ha tomado Facebook hace que sea necesario preguntarte cuándo merece la pena invertir para promocionar tu página o una publicación y cómo hacerlo. Desde Emprendiz nos ofrecen tres ejemplos en los que sí apostar por la inversión en Facebook.
Cuando busques obtener leads. Si tienes una campaña con algún incentivo para que los usuarios se registren, darle un empujoncito a esa publicación puede ser más que positivo. En este caso estás pagando por un fin concreto y para una acción de marketing que se supone que has valorado que puede dar buen resultado.
Para promocionar ofertas limitadas. Si tienes un descuento por un tiempo limitado sobre un producto que sabes que despierta interés entre tus fans, el dinero que gastes en publicitarlo en Facebook se transformará a buen seguro en más ventas. Haz números para incluir ese gasto en publicidad dentro del descuento y adelante con él.
Para viralizar contenido. Si has invertido mucho tiempo en crear una infografía que crees que puede ser útil, promocionarla en Facebook te servirá para aumentar el alcance y conseguir que sea viral. En este punto y dependiendo del formato que utilices para compartir, también puedes conseguir visitas a la página y mejorar tu imagen de marca.
En cualquier caso, se trata sólo de tres ejemplos concretos, aunque hay más. En términos de SEO, si quieres posicionar un contenido también puedes promocionarlo para que tenga más alcance social y aumente su valor para Google. Lo importante en todos los supuestos es que seas capaz de predecir el retorno sobre la inversión o ROI que vas a obtener. Si después de gastarte el dinero no analizas los resultados, casi será mejor que te lo guardes.
Esta máxima puede aplicarse al resto de redes sociales, especialmente a twitter y a LinkedIn. En ambos casos existe la posibilidad de promocionar publicaciones y perfiles y en ambos casos las platafomas cuentan con herramientas muy potentes para ver qué resultados has obtenido. No las desaproveches y verás como cada vez encuentras más sentido a tu inversión en redes sociales.
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