Hoy quería hablarles sobre una cuestión que se presta mucho a
debatir, la conveniencia o no de tener pareja en el puesto de trabajo,
algo que puede afectar en nuestro desempeño profesional si no sabemos
conducirla convenientemente, al tiempo que interfiere en la relación que
tengamos con el resto de colaboradores en la empresa u organización en
la que prestemos nuestros servicios profesionales.
En relación a este asunto me ha llamado la atención la encuesta que ha elaborado la consultora de relaciones laborales Randstad, que determina que un
46% de los trabajadores/as madrileños/as encuestados/as, está dispuesto
a mantener una relación sentimental con algún compañero o compañera de
trabajo, un porcentaje que junto al de los asturianos (58%),
gallegos (54%) y aragoneses (54%), se sitúan muy por encima de la media
nacional (38%).
En mi vida profesional he visto casos muy diferentes, que van desde
la relación estrecha hasta el punto de que interfiere en las distintas
tareas u operaciones, y también el caso de que no ha trascendido al
resto del equipo y te enteras de que existe una relación entre
compañeros cuando anuncian su compromiso de boda.
¿Qué es lo mejor para el desarrollo profesional? Pues no se sabe, lo
que si puedo destacar son las nocivas consecuencias que puede tener una
experiencia amorosa en el trabajo, en términos de pérdida de tiempo de
trabajo con numerosas ‘pausas café’ que se exceden de lo razonable,
pérdida de atención, discriminación positiva hacia la persona amada
frente al resto de compañeros, la no configuración de los equipos de
trabajo teniendo en cuenta las características profesionales de cada uno
de los miembros, etcétera.
En conclusión, no tiene nada de malo mantener una relación sentimental con un/a compañero/a de trabajo, solo
que hay que tener siempre presente que el trabajo es el trabajo, y que
no debemos dejar que la relación interfiera en nuestro desempeño
profesional ni en nuestras tareas, haciéndoselo entender del mismo modo
a nuestra pareja, solo de este modo lograremos evitar males mayores, al
ser algo que nos puede quitar más de lo que nos da dentro de la
empresa.
En Pymes y Autónomos
viernes, 24 de febrero de 2012
jueves, 23 de febrero de 2012
Emprendedores, orientad la cultura de vuestra empresa a la toma de riesgos
“El éxito es ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo”, Winston Churchill.
Para el emprendedor el fracaso es su espada de Damocles que hace que tenga que soportar un peso adicional que, en muchas ocasiones, reduce la lucidez a la hora de tomar decisiones, de tal manera que decidimos no salir de nuestro círculo de confort y optar por lo seguro, una reacción que es normal y humana.
Pero la seguridad es un riesgo, y esto lo explicó muy bien Seth Godin en su libro “la vaca púrpura”: Respondemos a nuestra aversión por las críticas escondiéndonos, evitando los comentarios negativos y con ello garantizamos nuestro fracaso. Si la única forma de abrirse paso es ser extraordinario y la única manera de evitar la críticas es ser aburrido y estar seguro, la elección es obvia, o no.
La realidad es que en la mayoría de las empresas no existe una cultura orientada a la toma de riesgos y empieza a ser una necesidad para mejorar nuestra competitividad.
Al respecto de esto, hace unas semanas, pude leer una iniciativa que me gustó mucho, fue en el blog de Jeff Stibel en Harvard Bussiness Rewiew.
Jeff explica como puso en marcha lo que él llama el muro del fracaso, como parte de sus esfuerzos para crear una cultura de empresa donde los empleados pudieran tomar riesgos sin temor a represalias.
Una noche volvió a sus oficinas y pintó toda una pared de blanco, y escribió unas sencillas instrucciones; 1. Describir un error cometido, 2. Describir el aprendizaje que supuso y 3. Firmar con el nombre.
Una vez hecho esto, el primero en dejar constancia de sus tres mayores fracasos fue el propio Jeff Stibel. En pocos días el muro estaba lleno.
Por supuesto, una iniciativa como esta no dejaría de ser algo aislado de no existir una filosofía corporativa ante los errores, él explica que en sus oficinas no fomentan la toma de riesgos, si no que exigen el fracaso, argumentando que si no fallas de vez en cuando, entonces probablemente no estás avanzando. Algo que va muy en la línea de lo que afirma Seth Godin.
Aunque esto puede ser muy atractivo de implantar Jeff advierte que en última instancia lo que conforma esta cultura son las personas, por eso la mejor manera de implantarla es centrarse en la contratación de las personas, considerando su adaptación a la cultura incluso por encima de sus cualidades profesionales.
Un artículo de Jorge Fernandez
Para el emprendedor el fracaso es su espada de Damocles que hace que tenga que soportar un peso adicional que, en muchas ocasiones, reduce la lucidez a la hora de tomar decisiones, de tal manera que decidimos no salir de nuestro círculo de confort y optar por lo seguro, una reacción que es normal y humana.
Pero la seguridad es un riesgo, y esto lo explicó muy bien Seth Godin en su libro “la vaca púrpura”: Respondemos a nuestra aversión por las críticas escondiéndonos, evitando los comentarios negativos y con ello garantizamos nuestro fracaso. Si la única forma de abrirse paso es ser extraordinario y la única manera de evitar la críticas es ser aburrido y estar seguro, la elección es obvia, o no.
La realidad es que en la mayoría de las empresas no existe una cultura orientada a la toma de riesgos y empieza a ser una necesidad para mejorar nuestra competitividad.
Al respecto de esto, hace unas semanas, pude leer una iniciativa que me gustó mucho, fue en el blog de Jeff Stibel en Harvard Bussiness Rewiew.
Jeff explica como puso en marcha lo que él llama el muro del fracaso, como parte de sus esfuerzos para crear una cultura de empresa donde los empleados pudieran tomar riesgos sin temor a represalias.
Una noche volvió a sus oficinas y pintó toda una pared de blanco, y escribió unas sencillas instrucciones; 1. Describir un error cometido, 2. Describir el aprendizaje que supuso y 3. Firmar con el nombre.
Una vez hecho esto, el primero en dejar constancia de sus tres mayores fracasos fue el propio Jeff Stibel. En pocos días el muro estaba lleno.
Por supuesto, una iniciativa como esta no dejaría de ser algo aislado de no existir una filosofía corporativa ante los errores, él explica que en sus oficinas no fomentan la toma de riesgos, si no que exigen el fracaso, argumentando que si no fallas de vez en cuando, entonces probablemente no estás avanzando. Algo que va muy en la línea de lo que afirma Seth Godin.
Aunque esto puede ser muy atractivo de implantar Jeff advierte que en última instancia lo que conforma esta cultura son las personas, por eso la mejor manera de implantarla es centrarse en la contratación de las personas, considerando su adaptación a la cultura incluso por encima de sus cualidades profesionales.
Un artículo de Jorge Fernandez
miércoles, 22 de febrero de 2012
Errar es de humanos, admitirlos dignifica
Hace unas semanas saltaba la noticia: la
cadena portuguesa Worten, en su web, permitía la reserva del afamado
juego Final Fantasy XIII-2 Cristal Edition para Xbox 360 por 1€. Su precio normal ronda los 99€. No era ninguna oferta. Se trataba, según la compañía, de un error.
Algunos usuarios indican en foros que no es la primera vez que ocurre. Que se trata de una “estrategia de marketing” de la citada empresa.
Probablemente nunca sabremos si se trata realmente de un fallo o de una forma de que se hable de Worten en los medios de forma gratuita. Yo personalmente me inclino a pensar que no es lo segundo, pues me parece una forma bastante desafortunada de publicitar la marca.
Worten tiene un departamento de marketing lo suficientemente capacitado como para saberlo. Las estrategias de marketing viral deben ir siempre encaminadas a una imagen positiva del producto o marca. Si se habla de la marca pero a costa de su reputación, de su buena imagen, lo que consigue es crear inseguridad en los futuros compradores.
El efecto es tan nefasto que, volviendo a la gran superficie portuguesa, a nadie se le habrá pasado por la imaginación cometer a conciencia el fallo. Por eso estoy completamente convencido de que se trata de un error.
Las empresas no son máquinas perfectas, están formadas, dirigidas y coordinadas por personas, por lo tanto, es natural que se cometan errores. Hay directivos y propietarios de negocios verdaderamente obsesionados con no cometer errores.
Es bueno pensar en cómo perfeccionar la gestión a todos los niveles para no cometer fallos, sí, pero sin olvidar que la perfección no forma parte del hombre, por tanto, asumiendo nuestra condición de humanos, mucho más importante que pensar en cómo no equivocarse nunca es pensar en qué hacer cuando nos equivocamos, cómo gestionar el error.
El ejemplo que me lleva hoy a escribir este artículo demuestra, en mi opinión, una mala gestión de la errata. Unos usuarios alegan que se les llamó y en lugar de reconocer el equívoco se les dijo que un euro era el precio de la reserva, el juego habría que pagarlo tras su lanzamiento. Sin embargo nunca antes Worten había cobrado por ese concepto y además se cargaban los gastos de envío del juego a casa con la reserva.
En la página de Facebook, ante los comentarios de algunos usuarios de que las críticas habían sido eliminadas, la empresa indica que no es su política borrar ningún comentario. Hayan sido quitados o no las opiniones, los usuarios tienen la impresión de que sí los han borrado. De nada sirve ya decir que no se ha hecho o que no es la política de la empresa.
Se tendría que haber actuado de forma que el usuario nunca pudiese pensar en esta práctica por parte de la empresa. Todo esto parece indicar que no se ha establecido un procedimiento que gestione la crisis correctamente.
Alguien marcó el artículo a 1 euro, todo el mundo puede entender que alguien se pueda equivocar, lo que no entiende el cliente es que se trate de justificar que no se ha cometido ningún error cuando es evidente que sí.
Las redes sociales permiten algo que los que nos dedicamos al marketing llevamos años buscando y no existía, el contacto directo con el cliente, …. Para lo bueno y para lo malo. Todos nos equivocamos, todos podemos entender que alguien se equivoque, pero cuando una empresa justifica un error tratando de ocultarlo pierde su condición de humana y el resto de los mortales (su mercado) no perdona los aires de grandeza.
Una buena gestión de conflictos puede convertir un fallo en un acierto. Puede hacer empatizar al cliente con la empresa, incluso crear un vínculo emocional entre ambos que ayude a la ansiada fidelización.Puede convertir un error en un vínculo. Una mala gestión del equívoco hará perder el cliente, que arrastrará a otros, y generará incertidumbre. Hará que se pierdan ventas y se complique la fidelización.
Admitan las empresas, sea cual sea su tamaño, su condición de humanas. Hay que tener previsto cómo actuar para gestionar correctamente los fallos y salir airosos. Gestionar correctamente los fallos es el camino a la excelencia… las empresas deben buscar la excelencia no la perfección, puesto que ésta última no es alcanzable.
Un artículo de José Ruiz
Algunos usuarios indican en foros que no es la primera vez que ocurre. Que se trata de una “estrategia de marketing” de la citada empresa.
Probablemente nunca sabremos si se trata realmente de un fallo o de una forma de que se hable de Worten en los medios de forma gratuita. Yo personalmente me inclino a pensar que no es lo segundo, pues me parece una forma bastante desafortunada de publicitar la marca.
Worten tiene un departamento de marketing lo suficientemente capacitado como para saberlo. Las estrategias de marketing viral deben ir siempre encaminadas a una imagen positiva del producto o marca. Si se habla de la marca pero a costa de su reputación, de su buena imagen, lo que consigue es crear inseguridad en los futuros compradores.
El efecto es tan nefasto que, volviendo a la gran superficie portuguesa, a nadie se le habrá pasado por la imaginación cometer a conciencia el fallo. Por eso estoy completamente convencido de que se trata de un error.
Las empresas no son máquinas perfectas, están formadas, dirigidas y coordinadas por personas, por lo tanto, es natural que se cometan errores. Hay directivos y propietarios de negocios verdaderamente obsesionados con no cometer errores.
Es bueno pensar en cómo perfeccionar la gestión a todos los niveles para no cometer fallos, sí, pero sin olvidar que la perfección no forma parte del hombre, por tanto, asumiendo nuestra condición de humanos, mucho más importante que pensar en cómo no equivocarse nunca es pensar en qué hacer cuando nos equivocamos, cómo gestionar el error.
El ejemplo que me lleva hoy a escribir este artículo demuestra, en mi opinión, una mala gestión de la errata. Unos usuarios alegan que se les llamó y en lugar de reconocer el equívoco se les dijo que un euro era el precio de la reserva, el juego habría que pagarlo tras su lanzamiento. Sin embargo nunca antes Worten había cobrado por ese concepto y además se cargaban los gastos de envío del juego a casa con la reserva.
En la página de Facebook, ante los comentarios de algunos usuarios de que las críticas habían sido eliminadas, la empresa indica que no es su política borrar ningún comentario. Hayan sido quitados o no las opiniones, los usuarios tienen la impresión de que sí los han borrado. De nada sirve ya decir que no se ha hecho o que no es la política de la empresa.
Se tendría que haber actuado de forma que el usuario nunca pudiese pensar en esta práctica por parte de la empresa. Todo esto parece indicar que no se ha establecido un procedimiento que gestione la crisis correctamente.
Alguien marcó el artículo a 1 euro, todo el mundo puede entender que alguien se pueda equivocar, lo que no entiende el cliente es que se trate de justificar que no se ha cometido ningún error cuando es evidente que sí.
Las redes sociales permiten algo que los que nos dedicamos al marketing llevamos años buscando y no existía, el contacto directo con el cliente, …. Para lo bueno y para lo malo. Todos nos equivocamos, todos podemos entender que alguien se equivoque, pero cuando una empresa justifica un error tratando de ocultarlo pierde su condición de humana y el resto de los mortales (su mercado) no perdona los aires de grandeza.
Una buena gestión de conflictos puede convertir un fallo en un acierto. Puede hacer empatizar al cliente con la empresa, incluso crear un vínculo emocional entre ambos que ayude a la ansiada fidelización.Puede convertir un error en un vínculo. Una mala gestión del equívoco hará perder el cliente, que arrastrará a otros, y generará incertidumbre. Hará que se pierdan ventas y se complique la fidelización.
Admitan las empresas, sea cual sea su tamaño, su condición de humanas. Hay que tener previsto cómo actuar para gestionar correctamente los fallos y salir airosos. Gestionar correctamente los fallos es el camino a la excelencia… las empresas deben buscar la excelencia no la perfección, puesto que ésta última no es alcanzable.
Un artículo de José Ruiz
martes, 21 de febrero de 2012
El emprendimiento, otra opción
Con la
evolución de los mercados, la globalización y la restringida oferta de
empleo a las nuevas generaciones les han llegado la opción o la
necesidad de ser empresarios. Más del 90% de las empresas del país somos
PYMES y hacemos un aporte bien significativo al producto interno bruto
de Colombia. Con el exceso de oferta de profesionales el emprendimiento
se ha convertido en una viable alternativa de trabajo.
Hemos llegado al punto en que aunque un profesional haga más especializaciones sus ingresos o posibilidades de empleo no aumentan y partiendo de esta realidad deciden embarcarse en la aventura de ser empresarios.
Otro factor que contribuye a la formación de una cultura empresarial en el país es la poca capacidad de los gobiernos de sostener la carga pensional de los empleados. Por ello además de que la mayoría de los jóvenes se tendrá que mercadear a sí mismos o a su empresa, también tendrá que preocuparse por forjar su propia jubilación en un fondo de pensiones público o privado sin que sea responsabilidad exclusiva del estado. Las épocas en que bastaba un pregrado para perpetuarse en un empleo a recibir cómodamente una quincena fija y salir jubilado son cosa del pasado.
En una conferencia de emprendimiento, algunos jóvenes en el umbral de su carrera contagiados por el pesimismo regional me preguntaban que si pese al letargo de algunas ciudades sería posible hacer empresa y que podía hacer el gobierno por ellos. Más que buscar soluciones o respuestas rápidas y que dependan de factores macroeconomicos, creo que ser empresario es cuestión de actitud, de tener un proyecto de vida trazado y de tener muy claro el papel del mercadeo en la idea de negocio. Del mercadeo parte el primer eslabón de la cadena para que una empresa sea viable. La misión de la empresa antes que generar utilidades es que perdure, cree una marca reconocida y genere valor con un factor diferenciador que estimule las ventas. La pregunta del millón. ¿Cómo escoger una idea de negocio? Cito algunas fuentes: Los ejercicios de lluvia de ideas, los contactos personales, la subcontratación de procesos, hobbies, las ferias comerciales, publicaciones gremiales, tesis universitarias, implantación de nuevas tecnologías, las franquicias, buscar en instituciones de apoyo, identificar productos importados para producirlos a menor costo, desarrollar productos que tengan que ver con nuevas tendencias(Ecología, comunicación, estética, recreación, productos dietéticos, la seguridad).
Otra manera de encontrar ideas es analizar por qué compran los clientes. Compran para ahorrar tiempo(por eso usamos el fax, Internet y los computadores). Compran por comodidad(parqueo, juegos), compran por credibilidad o sea el respaldo que les da una marca o compran por el estatus que representa usar un producto. No todas las ideas tienen que ser muy sofisticadas. Puede ser algo existente y ofrecerlo más rápido, mejor distribuido, con mejores condiciones de pago, etc. En todo caso con un elemento diferenciador importante frente a la competencia. Insisto, muy enfocado al mercadeo.
A diferencia de los que optan por ser empresarios como escampadero, se requiere una buena dosis de pasión por lo que se hace, convivir con la incertidumbre y perder el miedo al fracaso por que el único que no se equivoca es el que no hace nada, pero vale la pena optar por este gratificante modo de vida, que no nos libra de las crisis u otros obstáculos, pero es una forma de saborear la libertad, de pasar de los derechos a las responsabilidades, de saber que la suerte no existe, que se tiene toda una vida para ser ordinario y solo una oportunidad para ser extraordinario.
Los interesados en emprender pueden aprovechar las actuales instituciones de apoyo como el parque de innovación empresarial, el fondo emprender, las incubadoras de empresas, Los gremios con su vocación exportadora y de contribuir al empleo, las secretarías del emprendimiento y otras entidades que fomentan la creación de empresa y que infortunadamente no existían en mi generación.
No podemos esperar a que el gobierno solucione todo o basar el aprendizaje únicamente en la academia. Lamentable el hecho de que en colombiael nivel de lectura percapita no supera 2 libros por año en promedio, mientras que los países desarrollados pasan de 10. Si en vez de dedicar 3 horas semanales a ver novelas o realityes los jóvenes leyeran ese tiempo equivalente, en tres años serían expertos en un tema, y es que el empresario prospero debe investigar y leer mucho para encontrar respuestas y escalar posiciones en su negocio, en especial sobre asuntos de ventas o mercadeo.
No es cuestión de suerte, estudio, dinero o salud. Es de actitud. El hombre no hace nada hasta que la causa para la cual trabaja, posee todo lo que hay en él.
Un artículo de Eduardo Gomez
Hemos llegado al punto en que aunque un profesional haga más especializaciones sus ingresos o posibilidades de empleo no aumentan y partiendo de esta realidad deciden embarcarse en la aventura de ser empresarios.
Otro factor que contribuye a la formación de una cultura empresarial en el país es la poca capacidad de los gobiernos de sostener la carga pensional de los empleados. Por ello además de que la mayoría de los jóvenes se tendrá que mercadear a sí mismos o a su empresa, también tendrá que preocuparse por forjar su propia jubilación en un fondo de pensiones público o privado sin que sea responsabilidad exclusiva del estado. Las épocas en que bastaba un pregrado para perpetuarse en un empleo a recibir cómodamente una quincena fija y salir jubilado son cosa del pasado.
En una conferencia de emprendimiento, algunos jóvenes en el umbral de su carrera contagiados por el pesimismo regional me preguntaban que si pese al letargo de algunas ciudades sería posible hacer empresa y que podía hacer el gobierno por ellos. Más que buscar soluciones o respuestas rápidas y que dependan de factores macroeconomicos, creo que ser empresario es cuestión de actitud, de tener un proyecto de vida trazado y de tener muy claro el papel del mercadeo en la idea de negocio. Del mercadeo parte el primer eslabón de la cadena para que una empresa sea viable. La misión de la empresa antes que generar utilidades es que perdure, cree una marca reconocida y genere valor con un factor diferenciador que estimule las ventas. La pregunta del millón. ¿Cómo escoger una idea de negocio? Cito algunas fuentes: Los ejercicios de lluvia de ideas, los contactos personales, la subcontratación de procesos, hobbies, las ferias comerciales, publicaciones gremiales, tesis universitarias, implantación de nuevas tecnologías, las franquicias, buscar en instituciones de apoyo, identificar productos importados para producirlos a menor costo, desarrollar productos que tengan que ver con nuevas tendencias(Ecología, comunicación, estética, recreación, productos dietéticos, la seguridad).
Otra manera de encontrar ideas es analizar por qué compran los clientes. Compran para ahorrar tiempo(por eso usamos el fax, Internet y los computadores). Compran por comodidad(parqueo, juegos), compran por credibilidad o sea el respaldo que les da una marca o compran por el estatus que representa usar un producto. No todas las ideas tienen que ser muy sofisticadas. Puede ser algo existente y ofrecerlo más rápido, mejor distribuido, con mejores condiciones de pago, etc. En todo caso con un elemento diferenciador importante frente a la competencia. Insisto, muy enfocado al mercadeo.
A diferencia de los que optan por ser empresarios como escampadero, se requiere una buena dosis de pasión por lo que se hace, convivir con la incertidumbre y perder el miedo al fracaso por que el único que no se equivoca es el que no hace nada, pero vale la pena optar por este gratificante modo de vida, que no nos libra de las crisis u otros obstáculos, pero es una forma de saborear la libertad, de pasar de los derechos a las responsabilidades, de saber que la suerte no existe, que se tiene toda una vida para ser ordinario y solo una oportunidad para ser extraordinario.
Los interesados en emprender pueden aprovechar las actuales instituciones de apoyo como el parque de innovación empresarial, el fondo emprender, las incubadoras de empresas, Los gremios con su vocación exportadora y de contribuir al empleo, las secretarías del emprendimiento y otras entidades que fomentan la creación de empresa y que infortunadamente no existían en mi generación.
No podemos esperar a que el gobierno solucione todo o basar el aprendizaje únicamente en la academia. Lamentable el hecho de que en colombiael nivel de lectura percapita no supera 2 libros por año en promedio, mientras que los países desarrollados pasan de 10. Si en vez de dedicar 3 horas semanales a ver novelas o realityes los jóvenes leyeran ese tiempo equivalente, en tres años serían expertos en un tema, y es que el empresario prospero debe investigar y leer mucho para encontrar respuestas y escalar posiciones en su negocio, en especial sobre asuntos de ventas o mercadeo.
No es cuestión de suerte, estudio, dinero o salud. Es de actitud. El hombre no hace nada hasta que la causa para la cual trabaja, posee todo lo que hay en él.
Un artículo de Eduardo Gomez
lunes, 20 de febrero de 2012
Un 25% de los emprendedores se encontraba en el paro
Según un informe del Monitor Global de Emprendedores presentado por la Fundación Xavier de Salas,
el 25% de los emprendedores actuales lo es porque se ha quedado sin
trabajo y destina el subsidio del paro percibido a montar un negocio, un 10,5% más que el año pasado.
Del total de las empresas españolas, un 5,8% son iniciativas tomadas por autónomos, según el índice de actividad emprendedora en España. De ese porcentaje, más de la mitad, un 3,3% son actividades nacientes, empresas creadas este último año, mientras que el 2,5% se vienen formando desde hace tres años.
Estamos en una tasa de iniciativa emprendedora similar a la de 2005, pero según la directora técnica de GEM España, Alicia Corduras, “no es posible compararla, ya que la de este año no tendrá el impacto económico para el país que la que tuvo entonces”. Corduras señala además que, “no son emprendedores de calidad”, ya que no tienen experiencia en llevar un negocio en solitario”.
El papel de la mujer, los jóvenes y las personas mayores de 50 años se ha visto reforzado en este proceso emprendedor. La edad media que el informe GEM ha fijado para el perfil de empresario innovador es de 38 años.
Alicia Corduras asegura que, en el conjunto europeo, “España está bien situada en materia emprendedora, sin embargo dadas nuestras condiciones económicas deberíamos estar en el 7% de actividad emprendedora, mientras que solo llegamos al 5,8%”.
Un artículo de Arantxa Asián
Del total de las empresas españolas, un 5,8% son iniciativas tomadas por autónomos, según el índice de actividad emprendedora en España. De ese porcentaje, más de la mitad, un 3,3% son actividades nacientes, empresas creadas este último año, mientras que el 2,5% se vienen formando desde hace tres años.
Estamos en una tasa de iniciativa emprendedora similar a la de 2005, pero según la directora técnica de GEM España, Alicia Corduras, “no es posible compararla, ya que la de este año no tendrá el impacto económico para el país que la que tuvo entonces”. Corduras señala además que, “no son emprendedores de calidad”, ya que no tienen experiencia en llevar un negocio en solitario”.
El papel de la mujer, los jóvenes y las personas mayores de 50 años se ha visto reforzado en este proceso emprendedor. La edad media que el informe GEM ha fijado para el perfil de empresario innovador es de 38 años.
Alicia Corduras asegura que, en el conjunto europeo, “España está bien situada en materia emprendedora, sin embargo dadas nuestras condiciones económicas deberíamos estar en el 7% de actividad emprendedora, mientras que solo llegamos al 5,8%”.
Un artículo de Arantxa Asián
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