No debemos esperar a que empiece a llover para comprar un paraguas. Es recomendable tener al menos uno en casa y, ante amenazantes nubarrones negros, echarlo en la mochila cuando vayamos a salir a la calle. En el mundo de la empresa, esta visión-predicción debería aplicarse a la gestión de todo negocio: no es recomendable afrontar una crisis cuando ya estamos inmersos en ella, sino que es necesario ir realizando frecuentes chequeos de la actividad, productos y servicios que comercializamos y prestamos respectivamente, para ver en qué se puede mejorar, qué se está haciendo bien y qué es susceptible de cambiar en positivo.
El análisis al que hacemos referencia debe contemplar todos los pasos de la cadena de producción-prestación. Es decir, desde el mismo concepto de lo que comercializamos a cuánto nos cuesta, cuánto obtenemos por ello, etc.
viernes, 19 de agosto de 2011
jueves, 18 de agosto de 2011
Aceptando la muerte de los productos
Si bien en las escuelas de negocios nos educaron con la teoría del ciclo de vida del producto, donde éstos eran prácticamente eternos y renovables a través de innovaciones, creo que esto no aplica para todos los casos.
Puede ser mucho más costoso pretender resucitar un producto moribundo que enfrentar el duelo y seguir adelante.
Un producto que no genera valor implica altos costos de inventario, ocupa valiosas y escasas caras de exhibición en los minoristas, genera escepticismo en la fuerza de ventas y absorbe preciado flujo de caja.
Lo interesante es que esto no aplica sólo para productos maduros, hay productos que mueren a los pocos meses del lanzamiento, aunque nos cueste aceptarlo.
Sin embargo, debemos saber qué peleas dar y hasta cuándo darlas. No es cuestión de estoicismo, es cuestión de supervivencia y sostenibilidad. Piense siempre que el dinero y esfuerzo que está invirtiendo en un producto moribundo, son recursos que les está quitando a la compañía para crecer. Es costo de oportunidad.
Puede ser mucho más costoso pretender resucitar un producto moribundo que enfrentar el duelo y seguir adelante.
¿Por qué dejar de intentarlo?
Se puede estar preguntando, después de todo lo que he invertido y del esfuerzo que ha implicado, ¿cómo renunciar ahora? La respuesta es muy sencilla, para que no siga perdiendo dinero y se pueda enfocar en apoyar aquellas iniciativas, productos, proyectos o programas más prometedores.Un producto que no genera valor implica altos costos de inventario, ocupa valiosas y escasas caras de exhibición en los minoristas, genera escepticismo en la fuerza de ventas y absorbe preciado flujo de caja.
Lo interesante es que esto no aplica sólo para productos maduros, hay productos que mueren a los pocos meses del lanzamiento, aunque nos cueste aceptarlo.
De valientes está lleno el cementerio
Hay un dicho popular que dice que de valientes está lleno el cementerio. Para aquellos agerridos y luchadores empresarios, el aceptar la muerte de un producto es algo casi inconcebible. Es como renunciar, como darse por vencido, como rendirse y dejar de hacer frente a los retos.Sin embargo, debemos saber qué peleas dar y hasta cuándo darlas. No es cuestión de estoicismo, es cuestión de supervivencia y sostenibilidad. Piense siempre que el dinero y esfuerzo que está invirtiendo en un producto moribundo, son recursos que les está quitando a la compañía para crecer. Es costo de oportunidad.
miércoles, 17 de agosto de 2011
¿Estas dispuesto a replantearte tus convicciones?
Probablemente alguna de mis tres últimas entradas en este blog te habrá resultado chocante. Alguno ha expresado su disgusto, hay quien incluso me ha insultado, quien se ha dado de baja de la lista de correo…
En realidad, estas tres entradas tienen que ver con mi nuevo libro. No el contenido en sí, sino el enfrentarte como lector con una tesis que no es la comúnmente aceptada. El objetivo no era tanto defender unas ideas concretas sino hacerte reflexionar. Porque la idea principal del libro es esta: plantear una forma nueva (para muchos) de entender el mundo en el qué vivimos, y en concreto la crisis que sufrimos, y a partir de ahí analizar qué puede hacer cada uno por mejorar.
En realidad, estas tres entradas tienen que ver con mi nuevo libro. No el contenido en sí, sino el enfrentarte como lector con una tesis que no es la comúnmente aceptada. El objetivo no era tanto defender unas ideas concretas sino hacerte reflexionar. Porque la idea principal del libro es esta: plantear una forma nueva (para muchos) de entender el mundo en el qué vivimos, y en concreto la crisis que sufrimos, y a partir de ahí analizar qué puede hacer cada uno por mejorar.
martes, 16 de agosto de 2011
Capacitación + práctica = éxito
En el mundo de hoy la información tiene mucha demanda y la persona que se capacita seriamente en algo, con toda seguridad tendra exito en la vida. Actualmente habemos muchos emprendedores en el comercio electrónico y lo que sugiero a todos ellos es que se CAPACITEN, que no se dejen engañar por algunos Sitios web que prometen hacerles ganar miles de dolares en sólo semanas.
A continuación les mencionaré algunos tips que actualmente yo estoy haciendo y que la verdad me han servido de mucho:
A continuación les mencionaré algunos tips que actualmente yo estoy haciendo y que la verdad me han servido de mucho:
lunes, 15 de agosto de 2011
¿Repartimos los dividendos o no?
Tomar la decisión de dar a cada accionista la parte que le corresponde o no es importante para la vitalidad de la empresa. De hecho, en muchas ocasiones el reparto de dividendos se asocia con el debilitamiento de un negocio. No obstante, no tiene por qué ser así, está claro que esta decisión debe tener un buen análisis por detrás.
LideraTv nos habla esta semana del reparto de dividendos, una decisión complicada de tomar por las consecuencias que puede tener. De hecho, en la mayoría de los casos las empresas prefieren tener el dinero dentro de sus arcas por si llegan tiempos peores.
Normalmente se dice que el único dividendo que debe salir es el del salario. Con esta premisa se supone que la liquidez del negocio debería estar garantizada para que se pueda reinvertir en nuevos productos, innovación o fortalecer la empresa en otras áreas.
Existen conocidos casos de dividendos. Es el caso de Starbucks que no hace mucho tiempo decidió dar 0,10 dólares por cada acción. Esto supuso una bajada de la cotización en bolsa por la desconfianza de los inversores. Sin embargo, el CEO de la compañía salió a la palestra a afirmar que esta acción era un símbolo de fortalecimiento y que la cadena seguiría abriendo establecimientos y creciendo.
Con este ejemplo podemos ver lo vulnerable que puede ser un negocio a este tipo de cambios que pueden llevarnos por el buen camino animando a nuestro inversores a seguir o directamente hundirnos en el fracaso por el debilitamiento de imagen. De ahí, que sea una decisión a tomar con mucho cuidado.
Muy Pymes
LideraTv nos habla esta semana del reparto de dividendos, una decisión complicada de tomar por las consecuencias que puede tener. De hecho, en la mayoría de los casos las empresas prefieren tener el dinero dentro de sus arcas por si llegan tiempos peores.
Normalmente se dice que el único dividendo que debe salir es el del salario. Con esta premisa se supone que la liquidez del negocio debería estar garantizada para que se pueda reinvertir en nuevos productos, innovación o fortalecer la empresa en otras áreas.
Existen conocidos casos de dividendos. Es el caso de Starbucks que no hace mucho tiempo decidió dar 0,10 dólares por cada acción. Esto supuso una bajada de la cotización en bolsa por la desconfianza de los inversores. Sin embargo, el CEO de la compañía salió a la palestra a afirmar que esta acción era un símbolo de fortalecimiento y que la cadena seguiría abriendo establecimientos y creciendo.
Con este ejemplo podemos ver lo vulnerable que puede ser un negocio a este tipo de cambios que pueden llevarnos por el buen camino animando a nuestro inversores a seguir o directamente hundirnos en el fracaso por el debilitamiento de imagen. De ahí, que sea una decisión a tomar con mucho cuidado.
Muy Pymes
Suscribirse a:
Entradas (Atom)