jueves, 25 de noviembre de 2010

Dos soluciones seguras para garantizar el descanso mental

Como logramos el descanso mental cuando tenemos el internet en el bolsillo, la tele plasma en casa, el ordenador en el trabajo, el portátil en casa y tu madre llamándote al fijo?
Pues, es difícil, muy difícil. Yo he notado dos cosas que me han ayudado tremendamente a la hora de descansar la mente.

A continuación os lo cuento:


1. Rituales para desconectar. 

El idea de tener un día de cada semana reservada para la reflexión es tan vieja como la biblia, de hecho viene de la biblia :-) . Yo creo que en tiempos como estos, esta idea ha empezado tener aún más importancia. El idea original se trata de abstenerse del trabajo pero podemos añadir un idea más, la de desconectar. Ritualizar un periodo de desconexión es un idea potente. Seguro que puede resultar difícil para algunas personas pero después un tiempo uno se acostumbra.

2. Meditación y siestas para aclarar la mente.

La meditación funciona. Es tan simple. No hay manera mejor de escapar de un mundo denso de interrupciones y tecnología. Solamente hace falta 15 minutos dos veces al día. Poder descansar la mente es liberador. Hay bastantes tipos de meditación, hay los de cuando no debes pensar en nada y vaciar la mente por completo. En otros se trata de enfocarse en una cosa concreta, tu aliento o una mantra que repites en la cabeza. Yo recomiendo que lo pruebes (a ser posible con una guía, ya que es una práctica que requiere algunos cuidados). Al principio parecerá como un faena pero después de practicarlo un tiempo verás que te refuerza y te energiza.

Si la meditación no te convence, recomiendo aclarar la mente en la manera más vieja que existe – pegarse una siesta de 20 minutos. También funciona. Siempre. Un truco es tomarse un café justo antes de dormir porque la cafeína tarda unos 20 minutos en tomar efecto.

Un artículo publicado en Hábitos Vitales

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Puedes tener en tus manos el próximo éxito del comercio electrónico

Cuando empezó el comercio electrónico los escépticos decían que no iba a funcionar porque la gente no iba a dar los datos de sus tarjeta de crédito.

Pero funcionó y empezaron a venderse viajes, libros, ordenadores y gadgets. Más tarde, empezaron a venderse productos de alimentación y los escépticos dijeron que no iba a funcionar, que la gente prefería salir a hacer la compra y ver los alimentos.

Pero funcionó, y los alimentos se convirtieron en uno de los productos más vendidos en 2.009.

Luego llegó la ropa y los escépticos dijeron que no iba a funcionar, que la gente quería ver la ropa y probársela. Pero está funcionando.

Ahora hay gente que vende joyas en Internet y seguramente los escépticos pensarán que no va a funcionar y puede que se equivoquen, porque ya se están vendiendo.

Por eso, si tienes un producto o servicio que aún no se vende habitualmente en Internet merece la pena que te plantees hacerlo, porque puede que tengas en tus manos el próximo éxito del comercio electrónico. Pero plantéatelo seriamente.

El comercio electrónico elimina intermediarios. Lo viene haciendo desde hace tiempo, cuando pequeños productores agrarios, por ejemplo, comprendieron que podían vender directamente al público. Pero ahora también las grandes empresas venden directamente al consumidor.





Los bajos precios que pagaban los intermediarios amenazaban al negocio familiar de Federico Aparici y su mujer, Dolores Colomar. Por eso, en 1.998 apostaron por un nuevo modelo en la venta de frutas y con la ayuda de sus hijos Federico y Juan, lanzaron el primer negocio español de venta de naranjas por Internet.
Desde entonces, Naranjas Lola es un caso de éxito, digno de ser estudiado por muchas pequeñas empresas que pueden encontrar en el comercio electrónico una alternativa para evitar a los intermediarios.

Pero hoy también las grandes empresas han comprendido que pueden evitar intermediarios y vender directamente al público.

En 2.009, la compra directa en la web del fabricante ocupó el primer lugar en el comercio electrónico. Grandes multinacionales como Nike o Sony venden sus productos a través de sus propias tiendas on line.
Y si trabajas en el mismo sector que estas empresas, u otras multinacionales que apuestan por la venta directa por Internet, será mejor que sigas detenidamente su actividad porque puede tener importantes repercusiones en tu negocio.

Churba y Portillo

martes, 23 de noviembre de 2010

10 píldoras de crecimiento para tu negocio

Como en todos los ámbitos, en el trabajo freelance se puede sobrevivir -lo cual no está mal dados los tiempos que corren- pero también se puede crecer: realizar más trabajos para más clientes, incluyendo proyectos de cierta envergadura.
Hoy te proponemos unas cuantas píldoras de crecimiento para tu negocio.

1. No lo hagas todo tú

La máxima del bricolaje es: “Hágalo usted mismo”. Y está muy bien, pero aplicada a tu negocio freelance no siempre resulta eficiente, al menos, no si tienes intención de crecer.
Es verdad que, como profesional independiente, te va a tocar hacer un montón de cosas, pero la clave está en que no deberías hacerlas todas tú. ¿Por qué? Muy sencillo: porque hacer algo para lo que no estás preparado consume muchísimo tiempo. Tienes que aprender, probar, corregir errores, etc.

Sé inteligente. Tú eres bueno/a haciendo lo que haces. Deja que otros profesionales se ocupen del resto. Destina una cantidad de dinero para contratar a los profesionales que necesitas. Harán un excelente trabajo en menos tiempo, y así podrás concentrarte en tu actividad, aquella en la que aportas valor, y que es la que en realidad te da dinero. Además, te evitarás un montón de quebraderos de cabeza.

2. Asóciate con otros profesionales

La mayor parte de los profesionales freelance trabajan solos. Tenemos asumido que ésta es una condición indispensable, pero no es así. De hecho, al trabajar en solitario nos vemos obligados a renunciar a muchos proyectos en los que el cliente necesita cubrir varios servicios, y no solo aquel que nosotros ofrecemos.
Si te asocias con uno o varios profesionales que ofrezcan servicios complementarios a los tuyos serás capaz de ampliar tu cartera de clientes, y además podrás afrontar proyectos de mayor envergadura. Todos los profesionales que componéis el grupo saldréis beneficiados.

3. Sal de tu nicho

A menudo, sin darnos cuenta, acabamos relacionándonos con un pequeño grupo de personas: aquellas que forman parte de nuestro nicho de negocio. Los diseñadores se rodean de diseñadores, los informáticos de informáticos, los escritores de escritores, etc. Hasta cierto punto es lógico, puesto que tenemos muchas cosas en común, pero no es la estrategia más acertada para conseguir nuevos clientes.
Explora otros grupos, otros foros, otras áreas de especialización. Participa en ellos. Conocer gente nueva te permitirá conseguir clientes nuevos.

4. Hazte visible

Para un cliente que no sabe nada de ti es como si no existieses.
Hacerse visible no resulta sencillo: la atención de los usuarios es limitada, y hay un montón de gente intentando captarla a la vez. Pero, por complicado que resulte, es imprescindible. Tienes que trabajar tu presencia en todos los medios necesarios: en los comentarios, en los blogs, en Twitter… Cuando seas conocido/a en el mundillo, muchos clientes acudirán a ti directamente.

5. Invierte bien tu dinero

Hay gente que tiene tendencia a comprárselo todo: el último equipo informático, el último software, un móvil nuevo, mobiliario de diseño…
Confunden sus deseos, o sus caprichos, con sus necesidades, pensando que todos estos elementos -y los que salgan al mercado al mes siguiente- son imprescindibles para realizar bien su trabajo. Suele ocurrir lo contrario: tanto gasto acaba por arruinar nuestro negocio. Por eso hay que invertir con cuidado y con cabeza.
Márcate un objetivo para saber dónde quieres estar en el futuro. Cada vez que vayas a gastar algo, hazte la siguiente pregunta: ¿esto me servirá de ayuda para a acercarme a mi objetivo final? Descarta los caprichos y los gastos superfluos. Si todavía tienes dudas, pregunta a alguien objetivo.

6. Pide ayuda

A menudo estamos convencidos de que hemos dado con una gran idea, una idea tan brillante que va a cambiar nuestra vida, y que merece un esfuerzo y una buena inversión. Es posible que así sea, pero por si acaso, nunca está de más que pidas consejo a otro profesional solvente, o a alguna persona de confianza y con buen criterio.
Ya sabes que nos cuesta mucho encontrarle defectos a nuestras propias ideas, pero eso no significa que no los tengan. Una visión exterior puede ayudarte a detectar y corregir defectos para enfocar mejor tu nuevo proyecto.

7. Concéntrate en lo que mejor sabes hacer

Tu lista de tareas puede hacerse interminable: escribir un post, actualizar la web, asistir a un curso, crear un nuevo servicio… Y, por supuesto, realizar los proyectos a los que te has comprometido.
La clave está en asumir que NO puedes hacerlo todo, y que por eso debes elegir. Debes concentrarte en lo esencial, en aquellas tareas en las que eres capaz de aportar valor. Libérate de lo superfluo y pon tu esfuerzo y tu dedicación en lo imprescindible, en aquello que marca la diferencia. Como hemos mencionado antes, puedes apoyarte en otros profesionales para realizar las tareas que no son vitales.

8. Rechaza los proyectos que no soportas

Muchos profesionales aceptan proyectos que, en realidad, no quieren hacer. Decir “no” les resulta incómodo, y se sienten en la obligación de decir “sí” al cliente.
Es verdad que a veces, si no hay otros proyectos, no queda más remedio que aceptar. Pero debes pensarlo bien antes, porque realizar un trabajo que te hace sentir profundamente infeliz puede convertirse en un desastre tanto para ti como para tu cliente.
Di no cuando tengas que decir no. Si tienes la oportunidad, céntrate en aquellos proyectos que te hacen disfrutar de tu profesión. Esa es la esencia de ser un freelance.

9. Trátate bien

Tú decides cuándo te levantas, cuándo es la hora de comer, cuándo finaliza la jornada y cuándo te vas de vacaciones. Tú eres el jefe ahora, así que puedes exigirte, e incluso castigarte, todo lo que quieras. Pero, ¿qué sentido tendría llevar una existencia desgraciada? ¿Para eso te has hecho freelance?
Realiza bien tu trabajo, organízate bien, dedica a los proyectos el tiempo que necesiten. Pero trátate bien. Duerme las horas necesarias, realiza descansos regulares, deja tiempo para tu familia y tus amigos, cógete vacaciones de vez en cuando. De lo contrario, acabarás aborreciendo tu profesión.

10. ¿Y si no te merece la pena ser freelance?

Nada ni nadie te obliga a ser freelance. Nadie te va a dar una medalla por serlo, ni por aguantar durante años. Así que, si descubres que tu trabajo como freelance ya no te gusta ni te divierte, y además te da un montón de problemas, deberías plantearte otras posibilidades. Entre ellas, por supuesto, la de trabajar para otros. Debes elegir la opción profesional que te haga más feliz, así de claro. Abandonar a tiempo puede ser una gran victoria.

Un artículo publicado en El Blog del Freelance

lunes, 22 de noviembre de 2010

Cómo atrapar las buenas ideas al vuelo

¿Qué era eso tan interesante que se me había ocurrido?
Las buenas ideas no nos visitan todos los días. Por eso es tan importante atraparlas al vuelo en el mismo instante en que surgen, evitando que se evaporen de manera definitiva.

En el momento menos esperado

Seguro que alguna vez has tenido una buena idea cuando estabas a punto conciliar el sueño, en el transporte público o debajo del chorro de la ducha. Y es seguro, también, que en la mayor parte de los casos esas ideas se han evaporado a los pocos minutos.
El reto es conservar esas buenas ideas para que no caigan en el olvido. Para conseguirlo, lo esencial es desarrollar la costumbre de “capturar” todas esas ideas en el momento. Es decir, tomarse la molestia de apuntarlas de alguna manera para utilizarlas más adelante.

Tiempo de procesamiento

A lo largo del día, enviamos muchas veces a nuestro cerebro la orden de buscar ideas, propuestas creativas y soluciones. Pero nuestro cerebro no siempre es capaz de obedecer inmediatamente. Es decir, podemos pensar en una solución, pero es muy fácil que la solución propuesta en un primer intento no sea demasiado original.

En cambio, unas horas e incluso unos días más adelante, cuando nuestro cerebro ha tenido tiempo para procesar y asimilar la información, las ideas pueden aparecen cuando menos te lo esperas, un poco como por arte de magia. Debemos estar atentos para almacenarlas.
Estos son algunos de los métodos más efectivos:

Una libreta y un bolígrafo

Hay gente que siempre se mueve con una pequeña libreta de notas y un bolígrafo en el bolsillo y que, incluso cuando se mete en la cama, deja estas herramientas sobre la mesilla, por si surge alguna idea durante la noche.
Es un método realmente efectivo, sencillo y económico, y mucho más práctico que llevar el ordenador encima o escribir en servilletas de papel.

Una grabadora (que puede ser el teléfono móvil)

Si te da pereza escribir -en una libreta o en el móvil- siempre te queda la opción de grabar las ideas y pensamientos que consideres interesantes, tal y como haría Woody Allen. Más adelante podrás utilizar ese material sonoro como fuente de inspiración.
Una de las ventajas de este sistema es que ahora, incluso sin pretenderlo, siempre llevas la grabadora contigo: casi todos los teléfonos móviles disponen de una función de grabación que puede ser más que suficiente.

El banco de ideas

Evidentemente, lo más práctico es que, de forma regular, traslades los apuntes de la libreta y las grabaciones de voz a una especie de archivo electrónico, un banco o almacén de ideas que te permitirá manejar la información con comodidad.
No todas las ideas que aparecen de repente son buenas. Pero tampoco existe ningún método infalible para detectarlas al momento. Por eso, lo más razonable es apuntar todas las ideas que nos parezcan interesantes. Después, con un poco más de tiempo y reflexión podremos determinar si esas ideas son aprovechables, y si merecen una oportunidad.
A menudo, las ideas que se nos ocurren no tienen una aplicación inmediata a las circunstancias actuales. Pero más adelante, en otra situación diferente, esa misma idea puede sernos realmente útil. De ahí que el almacén de ideas se convierta en un excelente repositorio de soluciones y propuestas para el presente y para el futuro.

El riesgo del plagio inconsciente

Ya conoces el dicho: “No hay nada nuevo bajo el sol”. Es evidente que no es cierto, que hay gente capaz de crear algo nuevo cuando ya todo parece inventado. Pero el dicho también tiene su parte de verdad: es difícil dar con una idea realmente original.
Nuestra mente se nutre, en gran medida, de los contenidos y las ideas que están a nuestro alrededor. No tiene nada de malo realizar una síntesis personal, o una nueva formulación a partir de lo que otras personas han pensado antes. De hecho, esta es una de las maneras más comunes de crear e innovar.
Pero tampoco podemos perder de vista un riesgo muy frecuente: creer que hemos dado con una propuesta realmente creativa cuando lo cierto es que, de forma inconsciente, estamos replicando, punto por punto, una idea ya formulada por otra persona, y que nuestro subconsciente ha almacenado.

De la idea a la realidad

Normalmente una idea, por sí sola, no basta para cambiar nada. Puede ser un excelente punto de partida, y debe servir como inspiración, pero es evidente que necesita un desarrollo. Por eso resulta tan importante que, tras almacenar nuestras ideas y propuestas, seleccionemos las mejores, o las más creativas, para darles una oportunidad.
Analiza las ideas que has recopilado y su viabilidad. Hazlo con rigor, planteando las preguntas clave: ¿Sirven para algo? ¿Cómo las vas a aplicar? ¿Qué ventajas van a aportar? ¿Eres capaz de desarrollarlas? ¿Qué necesitarás?
Las respuestas que obtengas te ayudarán a escoger las mejores ideas. A partir de ahí quizá debas desarrollar un pequeño plan para transformar la idea en una realidad.

Un momento para pensar con tranquilidad

A veces no encontramos nuevas ideas simplemente porque no tenemos un momento para pensar con tranquilidad, para concentrarnos sin perturbaciones exteriores. Los momentos de soledad suelen ser propicios para la reflexión. Es importante encontrar alguno a lo largo del día.
Ir a correr a primera hora, o a última hora de la tarde, suele ser una excelente manera de despejar la mente. Mientras hacemos deporte, y nos alejamos del ajetreo del día a día, podemos concentrarnos tranquilamente en nuestras cosas. De ahí suelen surgir muchas soluciones.
El coche no sirve, porque nos obliga a mantener un mínimo de atención en la carretera, en los semáforos, en los peatones, en las señales… Además, el tráfico suele resultar estresante, e invita a la agresividad mucho antes que a la reflexión. En cambio, un paseo tranquilo en bicicleta por un camino poco transitado puede llevarnos a un excelente estado de inspiración.

Con amigos, mejor todavía

La soledad es buena para la concentración y la reflexión, pero la compañía puede ser excelente para enriquecer ideas y para ponerlas a prueba. Una sesión creativa con otras personas te ayudará a refinar tu idea, y te proporcionará nuevos puntos de vista.
Prepárate, eso sí, para aceptar las críticas con deportividad: la idea que a nosotros nos parece perfecta, puede no serlo tanto. Es lo que siempre ocurre: tú no le encuentras errores a tú idea, pero los demás sí. Aprovecha las críticas razonadas y constructivas para hacer que tu idea crezca.

Métodos clásicos de innovación

Estos son algunos de los métodos tradicionales de innovación:
Transplantar una idea a otro campo de especialización
A veces para innovar no es necesario que crees una buena idea: basta con que apliques una idea ya existente -y que seguramente ha funcionado bien, aunque esto no es imprescindible- a otro campo de actividad distinto. Imagina, por poner un ejemplo, que en vez de inventar un volante -que ya funciona en la industria automovilística- lo aplicas a una industria completamente diferente, como es la de los videojuegos. Es sin duda, una suerte de innovación.
Síntesis o hibridación
Cogiendo un elemento de aquí y otro de allá, y realizando un ensamblaje inteligente, puedes crear algo nuevo, algo que antes no existía. De hecho, nadie es capaz de crear de la nada, porque nuestra base teórica y práctica es la que nos han legado todos los creadores anteriores.
Revolución
No resulta sencillo, pero es cierto que partiendo de un campo común de conocimientos, algunos grandes innovadores han creado ideas, productos y servicios revolucionarios, que han cambiado la sociedad y el mercado.
¿Qué método utilizas tú para obtener nuevas ideas?
El Blog del Freelance