Hoy te proponemos unas cuantas píldoras de crecimiento para tu negocio.
1. No lo hagas todo tú
La máxima del bricolaje es: “Hágalo usted mismo”. Y está muy bien, pero aplicada a tu negocio freelance no siempre resulta eficiente, al menos, no si tienes intención de crecer.Es verdad que, como profesional independiente, te va a tocar hacer un montón de cosas, pero la clave está en que no deberías hacerlas todas tú. ¿Por qué? Muy sencillo: porque hacer algo para lo que no estás preparado consume muchísimo tiempo. Tienes que aprender, probar, corregir errores, etc.
Sé inteligente. Tú eres bueno/a haciendo lo que haces. Deja que otros profesionales se ocupen del resto. Destina una cantidad de dinero para contratar a los profesionales que necesitas. Harán un excelente trabajo en menos tiempo, y así podrás concentrarte en tu actividad, aquella en la que aportas valor, y que es la que en realidad te da dinero. Además, te evitarás un montón de quebraderos de cabeza.
2. Asóciate con otros profesionales
La mayor parte de los profesionales freelance trabajan solos. Tenemos asumido que ésta es una condición indispensable, pero no es así. De hecho, al trabajar en solitario nos vemos obligados a renunciar a muchos proyectos en los que el cliente necesita cubrir varios servicios, y no solo aquel que nosotros ofrecemos.Si te asocias con uno o varios profesionales que ofrezcan servicios complementarios a los tuyos serás capaz de ampliar tu cartera de clientes, y además podrás afrontar proyectos de mayor envergadura. Todos los profesionales que componéis el grupo saldréis beneficiados.
3. Sal de tu nicho
A menudo, sin darnos cuenta, acabamos relacionándonos con un pequeño grupo de personas: aquellas que forman parte de nuestro nicho de negocio. Los diseñadores se rodean de diseñadores, los informáticos de informáticos, los escritores de escritores, etc. Hasta cierto punto es lógico, puesto que tenemos muchas cosas en común, pero no es la estrategia más acertada para conseguir nuevos clientes.Explora otros grupos, otros foros, otras áreas de especialización. Participa en ellos. Conocer gente nueva te permitirá conseguir clientes nuevos.
4. Hazte visible
Para un cliente que no sabe nada de ti es como si no existieses.Hacerse visible no resulta sencillo: la atención de los usuarios es limitada, y hay un montón de gente intentando captarla a la vez. Pero, por complicado que resulte, es imprescindible. Tienes que trabajar tu presencia en todos los medios necesarios: en los comentarios, en los blogs, en Twitter… Cuando seas conocido/a en el mundillo, muchos clientes acudirán a ti directamente.
5. Invierte bien tu dinero
Hay gente que tiene tendencia a comprárselo todo: el último equipo informático, el último software, un móvil nuevo, mobiliario de diseño…Confunden sus deseos, o sus caprichos, con sus necesidades, pensando que todos estos elementos -y los que salgan al mercado al mes siguiente- son imprescindibles para realizar bien su trabajo. Suele ocurrir lo contrario: tanto gasto acaba por arruinar nuestro negocio. Por eso hay que invertir con cuidado y con cabeza.
Márcate un objetivo para saber dónde quieres estar en el futuro. Cada vez que vayas a gastar algo, hazte la siguiente pregunta: ¿esto me servirá de ayuda para a acercarme a mi objetivo final? Descarta los caprichos y los gastos superfluos. Si todavía tienes dudas, pregunta a alguien objetivo.
6. Pide ayuda
A menudo estamos convencidos de que hemos dado con una gran idea, una idea tan brillante que va a cambiar nuestra vida, y que merece un esfuerzo y una buena inversión. Es posible que así sea, pero por si acaso, nunca está de más que pidas consejo a otro profesional solvente, o a alguna persona de confianza y con buen criterio.Ya sabes que nos cuesta mucho encontrarle defectos a nuestras propias ideas, pero eso no significa que no los tengan. Una visión exterior puede ayudarte a detectar y corregir defectos para enfocar mejor tu nuevo proyecto.
7. Concéntrate en lo que mejor sabes hacer
Tu lista de tareas puede hacerse interminable: escribir un post, actualizar la web, asistir a un curso, crear un nuevo servicio… Y, por supuesto, realizar los proyectos a los que te has comprometido.La clave está en asumir que NO puedes hacerlo todo, y que por eso debes elegir. Debes concentrarte en lo esencial, en aquellas tareas en las que eres capaz de aportar valor. Libérate de lo superfluo y pon tu esfuerzo y tu dedicación en lo imprescindible, en aquello que marca la diferencia. Como hemos mencionado antes, puedes apoyarte en otros profesionales para realizar las tareas que no son vitales.
8. Rechaza los proyectos que no soportas
Muchos profesionales aceptan proyectos que, en realidad, no quieren hacer. Decir “no” les resulta incómodo, y se sienten en la obligación de decir “sí” al cliente.Es verdad que a veces, si no hay otros proyectos, no queda más remedio que aceptar. Pero debes pensarlo bien antes, porque realizar un trabajo que te hace sentir profundamente infeliz puede convertirse en un desastre tanto para ti como para tu cliente.
Di no cuando tengas que decir no. Si tienes la oportunidad, céntrate en aquellos proyectos que te hacen disfrutar de tu profesión. Esa es la esencia de ser un freelance.
9. Trátate bien
Tú decides cuándo te levantas, cuándo es la hora de comer, cuándo finaliza la jornada y cuándo te vas de vacaciones. Tú eres el jefe ahora, así que puedes exigirte, e incluso castigarte, todo lo que quieras. Pero, ¿qué sentido tendría llevar una existencia desgraciada? ¿Para eso te has hecho freelance?Realiza bien tu trabajo, organízate bien, dedica a los proyectos el tiempo que necesiten. Pero trátate bien. Duerme las horas necesarias, realiza descansos regulares, deja tiempo para tu familia y tus amigos, cógete vacaciones de vez en cuando. De lo contrario, acabarás aborreciendo tu profesión.
10. ¿Y si no te merece la pena ser freelance?
Nada ni nadie te obliga a ser freelance. Nadie te va a dar una medalla por serlo, ni por aguantar durante años. Así que, si descubres que tu trabajo como freelance ya no te gusta ni te divierte, y además te da un montón de problemas, deberías plantearte otras posibilidades. Entre ellas, por supuesto, la de trabajar para otros. Debes elegir la opción profesional que te haga más feliz, así de claro. Abandonar a tiempo puede ser una gran victoria.Un artículo publicado en El Blog del Freelance
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