La incertidumbre, ya sea por una reorganización en la empresa o por la agitación política, es incómoda para todos.
Si tienes la sensación de que tus empleados están preocupados por el futuro, no continúes con tus negocios como siempre, lo mejor es reconocer directamente el problema.
Incluso si tu intención es mantener a las personas enfocadas, embotellar tus emociones y esperar a que los empleados hagan lo mismo, puede resultar perjudicial y peligroso.