Sin duda tener una web es un presentación al mundo online, siempre que alguien la visite, claro está. Es igual que tener una caja de tarjetas en el cajón del escritorio. De nada sirven si no se entregan a potenciales clientes y contactos. Una página web sin visitas en tirar el dinero, pagar a una empresa por un trabajo que no nos reportará ningún beneficio.
Antaño nos preocupaba que la imagen online de nuestro negocio tuviera un diseño atractivo, con fotos de las instalaciones y nuestros productos, y con una explicación de lo que hacíamos y poco más. Y nos dábamos el gusto de poner la URL en las tarjetas y enviar correos electrónicos a nuestros clientes para que la vieran. Algunos, además se atrevían a hacer un mailing masivo a toda dirección electrónica que encontrara; una actividad inútil además de peligrosa, ya que el correo electrónico no deseado o spam está castigado con fuertes multas por la Agencia Española de Protección de Datos.
Una página web tiene que ser una forma de llegar a nuevos clientes y proveedores, no un mero escaparate que nadie visita. Lo importante no es que quede bien, es que genere tráfico y, por tanto, ventas. Lo fundamental es el SEO (Search Engine Optimimization) y no el diseño, la usabilidad antes que bonitas presentaciones en flash. El SEO no es más que una serie de técnicas y actividades que hacen que una página web se sitúe en las primeras posiciones de los buscadores (fundamentalmente Google) para determinadas palabras o keywords de búsqueda.
Los pequeños empresarios no tenemos dinero para contratar a expertos en la materia, por lo que debemos aprender nosotros mismos las claves del SEO. No se crea que el informático que le hace la web le hará el trabajo; salvo que se lo presupueste aparte, el SEO no suele venir incluido. Además cada negocio tiene sus peculiaridades en cuanto a posicionamiento, que usted debe conocer.