Formar a un vendedor es un paso clave para que éste conozca el producto, alguna estrategia de venta y sepa cómo dirigirse a su público objetivo. Un buen vendedor puede conocer la teoría pero carecer de una personalidad apropiada para desempeñar este trabajo.
Vender es un arte, y muchos profesionales no han recibido ningún tipo de orientación, simplemente se les da bien. Con unas sencillas pautas será suficiente para que se produzca la 'magia', es decir, una venta segura. ¿Puede una formación escasa echar a perder a un buen vendedor?
Imaginemos que durante el proceso de selección, la empresa decide apostar por una persona que tiene desparpajo, don de gentes, simpatía y una actitud positiva.