El problema reside en la falta de ética de muchas de las campañas publicitarias y es que, aunque la industria está en un momento álgido de creatividad y nuevas ideas, solo el 4% de los encuestados cree que la industria actúa con integridad y la mayoría afirma sentirse engañado por los marketeros que mienten para vender mejor sus productos.
Para los consumidores los anunciantes no mantienen sus promesas y por ello, el mundo de la publicidad se encuentra como el sector menos íntegropor debajo de áreas profesionales como las finanzas, el derecho o la industria farmacéutica. Es más, el propio congreso y gobierno del país se sitúan por encima del marketing en la encuesta, con un 6% y un 7% respectivamente.