Hace tiempo que vengo dándole vueltas a este tema, ya que últimamente he tenido contacto con varios inversores y he asistido a eventos relacionados con la
inversión en proyectos de emprendedores. Ahora que acabo de leer
el post de mi compañero
Fosterwit y, sin ningún ánimo de entrar en polémicas, me gustaría dar mi punto de vista.
Por mi perfil personal y profesional
estoy más cerca de los emprendedores que de los inversores, podría ser más interesante que fuera al revés pero no es así. Eso no me impide tomar una posición más o menos neutral a la hora de escuchar a los que, por un lado, buscan dinero y a los que, por otro, lo tienen y estarían más o menos dispuestos a arriesgarlo en determinadas iniciativas. Esta posición me lleva a hacer una serie de comentarios al respecto.
Lo primero que debemos tener en cuenta en la relación inversor-proyecto es que
el inversor no financia, invierte. Este matiz es importante en cuanto a la afirmación de que el inversor no pretende alcanzar el “break-even” de un negocio y pretende ir más allá. El inversor asume un riesgo, el de apostar por una iniciativa que puede fracasar, con la intención de obtener un alto beneficio a ese dinero. El break-even supone la rentabilidad de la iniciativa desde el punto de vista del emprendedor, que puede garantizar su sostenibilidad, pero no es el objetivo de inversor.
Los inversores no quieren negocios rentables, algunos ya tienen el suyo, y sí
maximizar beneficios. Por tanto está claro que no se conforman con la sostenibilidad de una empresa que no es suya y buscan que esa empresa siga creciendo para, cuando se proponga abandonarla, su valor sea mayor y pueda obtener mejores plusvalías, en eso consiste la inversión.