No obstante, y aunque los campañas publicitarias insisten en ser cada vez más parcas en palabras y en agobiar con muchísimo más trabajo al pobre director de arte (la media naranja del “copy”), los “copywriters” son una raza publicitaria milenaria que está muy lejos de extinguirse.
De hecho, muchos jóvenes continúan soñando con hilvanar auténticas obras de arte (publicitarias) con las palabras. Pero, ¿cómo sabe uno que su vocación de “copy” es verdadera (y no fruto de un mero capricho)? Si hacemos caso de la publicación W&V, éstas son las 10 señas de identidad de un “copy” de pura cepa: