La satisfacción de los clientes se traduce en ventas. Hacer feliz a un cliente, equivale a aumentar 2,6 veces los ingresos generados por el mismo. Una recompensa que de seguro merece la pena.
Sin embargo, se trata de una ventaja que pocas empresas saben aprovechar. La excelencia en el servicio no es una prioridad para empresas y marcas. Según los datos de NinjaMetrics, el 41% de los clientes espera recibir una respuesta por parte de las marcas en un plazo máximo de 6 horas. Sin embargo, solo 1 de cada 3 empresas cumple esta premisa.
Por tanto, ya es hora de que las empresas sean conscientes de la importancia de cultivar clientes satisfechos. Un objetivo que pueden alcanzar si tienen en cuenta estos 5 aspectos:
Mostrar vocación de servicio. Los clientes necesitan sentirse en todo momento atendidos por la empresa. Que ésta les demuestre un firme compromiso con su bienestar. Para ello, es imprescindible contar con un CRM social, que permita acceder su histórico, conocer sus necesidades y proporcionar la misma calidad en el servicio, independientemente del canal elegido por el cliente.