viernes, 9 de septiembre de 2011

La estrategia online y su materialización en el mundo offline

Actualmente, poner en marcha un plan de marketing online es fundamental si queremos potenciar nuestra imagen de marca, llegar a un mayor número de potenciales compradores y expandir nuestro negocio. Sin embargo, esta estrategia no tendrá su efecto si lo que “prometemos” en internet, la filosofía y valores que “vendemos” por medio de nuestra web y gracias al community manager no se corresponde con la realidad.
Para ello, es fundamental tener en cuenta varios puntos. En primer lugar. La definición de  nuestra empresa debe ser la misma tanto en la web como en el establecimiento físico. Esto significa que debe corresponderse la imagen que se vende, con la utilización de los colores, la disposición del mobiliario, el logo y el trato que dan los empleados al cliente, que debería ser el mismo que el que otorga nuestro gestor de redes sociales y medios 2.0.
Otro punto importante va a ser el hacer partícipe de nuestra estrategia online a toda la plantilla, todo el equipo de trabajo. Deben saber en qué webs estamos presentes, de qué forma, tipo de participación, usuarios y seguidores de la marca, promociones que se están ofertando en estos espacios digitales, etc. Esto puede parecer obvio pero no son pocos los casos que pueden encontrarse de personas que acuden a una tienda preguntando por cual o tal promoción que se ha ofertado en facebook y los dependientes se han quedado con cara de asombro y sin saber bien sobre lo que se estaba hablando…
Por último, nunca olvidar que “el cliente siempre tiene la razón”. Hay que aprovechar el potencial de los social media para escuchar las necesidades, quejas, sugerencias y cambios que demandan los usuarios. Si son razonables y nos interesa adaptarnos a lo que estos apuntan, se les debe comunicar para que sientan que se escuchan sus propuestas… y esto deberá corresponderse en los puntos de venta, es lógico. En caso de que lo que apunten no lo consideremos de nuestro interés o pertinencia, igualmente será clave que les respondamos dándoles los motivos para ello.
Con estos pequeños trucos, conseguiremos que nuestro universo online tenga su materialización en el mundo real, en el offline. El comprador, el cliente, lo agradecerá… y la empresa lo notará en la cuenta de resultados mensual.

Muy Pymes

jueves, 8 de septiembre de 2011

Contrato de Cuentas en Participación

A veces nos encontramos con algunas figuras jurídicas mercantiles en desuso. En ocasiones merecidamente, ya que no encuentran utilidad en la sociedad actual. En otras, y eso puede ser más achacable a la falta de conocimiento de los empresarios, o lo que es peor, de sus asesores . Tanto es así que es muy posible que a veces las hayamos utilizado o estemos muy próximos a las mismas, y no seamos conscientes de ello. Un ejemplo es el contrato de Cuentas en Participación.
Esta fórmula asociativa está regulada del artículo 239 al 243 de nuestro Código de Comercio. Son tan solo cinco artículos muy breves pero que bosquejan perfectamente de que estamos hablando y el juego que puede darnos. Así, dice el 239:
Podrán los comerciantes interesarse unos en las operaciones de los otros, contribuyendo para ellas con la parte del capital que convinieren, y haciéndose partícipes de sus resultados prósperos o adversos en la proporción que determinen.
Claramente se observan dos figuras: el cuenta-participe, que se limita a poner un capital en un negocio, y el gestor, que pude o no ponerlo pero es el que lo lleva adelante bajo su nombre. En el caso de que se obtengan beneficios se recuperara el capital y los rendimientos que se hayan pactado.
No se crea ninguna estructura societaria aparte, ningún patrimonio separado. El dinero se integra en el patrimonio del gestor, que lo usa para el negocio convenido. Es un préstamo a todos los efectos, incluidos los contables y fiscales, pero con el matiz de que el prestamista asume el riesgo del negocio (ojo, no la propiedad ni la gestión del mismo) con el limite del capital aportado, a cambio de una remuneración derivada de los beneficios del proyecto (si los hay).
Estoy seguro de que dicha figura se da mucho más entre nosotros de lo que pudiera parecer, e incluso tenemos una figura evolucionada de las mismas que son los préstamos participativos, limitados estos a las sociedades mercantiles.
Merece la pena tener en mente la presente posibilidad como una alternativa más de asociación/financiación empresarial.
Más información | IurisCivilis, Rodolfo Carpintier Santana
En Pymes y Autónomos

miércoles, 7 de septiembre de 2011

La juventud y el tocho

Hubo unos tiempos, no tan lejanos, en el que en nuestro hermoso país parecía que nunca se iba a poner el sol, en el que la juventud sin estudiar y sin hacer nada más que buscar trabajo en una obra, el futuro estaba (o parecía) más que garantizado y que se podía pasar la mano al que toda la vida había estado estudiando o se había desvivido por superarse. Pero eso niños y niñas, señoras y señores se acabo, ¿y ahora tenemos que pagarlo toda la sociedad?
No, no y no, no creo que nuestra sociedad tenga que pagar las consecuencias (ni los costes) de unos jóvenes que lo apostaron todo al sector del tocho. No creo que toda la sociedad tenga ahora que socorrer a unos jóvenes que se pensaron que lo de la vida es bella no es una película y si un estilo de vida, el estilo de vida del mínimo esfuerzo.

Era tristísimo ver como fardaban con sus coches, y demás, jóvenes que a los quince años habían querido dejar de estudiar, mientras personas que dejaban la vista entre libros se agolpaban en transportes públicos suburbanos y no tenían claro su futuro ni sus sentimientos. Bien los sentimientos si que los tenían claras, se sentían como tontos ante los otros. Pero las tornas han cambiado, y ahora ¿qué?
Pues ahora resulta tristísimo, ver a esa misma juventud que fardaba, permítaseme de su (para decirlo finamente) falta de dedicación, correr despavoridamente (aquí ya no creo que la cortesía valga), para (ahora sí dicen) “labrarse un futuro”.
Pero lo mejor de todo es que quieren que lo paguemos entre todos, quieren que la sociedad les ayude a reubicarse en otros sectores y se quejan del desempleo, mientras critican a los que (en su momento se prepararon) y ahora se van ubicando, mi opinión sobre ayudarles es clara, y la de la persona que está leyendo esto, ¿cuál es?
En Pymes y autónomos

martes, 6 de septiembre de 2011

Cinco técnicas básicas para analizar puestos de trabajo

Realizar un correcto análisis de puestos es vital para que una empresa plante los pilares básicos de su estructura. No solo nos ayudará a aumentar la eficiencia de las selecciones de personal sino que también nos permitirá realizar un adecuado reparto de funciones, marcar mejor los objetivos individuales, programar tramos salariales, confeccionar formularios de solicitud de empleo y aumentar la motivación de los trabajadores, entre otros beneficios.
Definir un puesto se basa en realizar un análisis del mismo para obtener una descripción pormenorizada de las tareas realizadas así como determinar la relación con otros. Para hacerlo correctamente tendremos que estipular las habilidades necesarias para que un trabajador pueda desempeñarlo con éxito.
Existen cinco métodos básicos muy utilizados para conseguir esta descripción. Algunos son relativamente rápidos y otros necesitan de más tiempo (y por tanto de más recursos) pero que a cambio nos puede dar una descripción más completa. Si queremos contratar al mejor empleado para un puesto primeros debemos tener muy claro cómo es el puesto a cubrir.

Observación directa

Es a priori el método más “sencillo” de aplicar pero en caso de que lo realice el jefe o responsable puede encontrarse ante empleados que modifican sus rutinas habituales por su presencia (también puede pasar con cualquier otra persona). Por ello es bueno que sea realizado por un analista objetivo e informando a los empleados de los objetivos del estudio: simplemente definir las tareas realizadas pero nunca juzgarlas.
En cualquier casos la observación directa debería extenderse durante varios días para cada puesto (dependiendo de su complejidad) de manera que se pueda realizar una descripción detallada que no esté basada en las acciones puntuales que puedan suceder.
En empresas medianamente grandes los resultados pueden demorarse, sobretodo si realizamos un método mixto utilizando alguno de las otras técnicas que vamos a describir.

El diario

Esto supone que ciertos trabajadores claves, concienciados sobre la importancia del análisis, registren sus actividades diarias en un documento para obtener un listado de tareas.
Los problemas pueden surgir cuando estos empleados exageran sus responsabilidades, se anotan tareas de más u omiten algunas que pueden ser consideradas como poco idóneas.
Centrar todo el registro en un único profesional puede darnos datos insuficientes así que el diario podría ser confeccionando por varios a la vez para aumentar su fiabilidad. El tiempo de análisis puede ser similar al de la observación pero no necesita la presencia de una persona en el papel de analista y por tanto los costes se reducen.

Entrevistas

Una de las maneras más habituales para reducir los tiempos necesarios para hacer un buen análisis de puestos es realizar entrevistas individuales o grupales en las que descubrir las destrezas necesarias y las tareas desarrolladas en cada puesto.
El análisis combinado de las entrevistas individuales (o una grupal que es menos recomendable) podrá conformar una descripción definitiva aunque en este caso pueden quedar fuera algunas tareas que puedan ser consideradas poco relevantes o que no quieran admitirse ante la dirección. Su fiabilidad es por tanto relativa aunque de todas maneras sus resultados pueden ser de gran ayuda.

Cuestionario

Realizar un cuestionario estructurado puede ayudar a los empleados a informar de las características del puesto sin la presión de una entrevista ni cortas limitaciones temporales. Además puede plantearse un sistema de anonimato útil en ciertas organizaciones.
Ahora bien ¿nuestro cuestionario es perfecto? ¿se adecua a cada actividad? Normalmente el cuestionario contiene un listado de tareas a marcar por el trabajador así que podemos dejar fuera algunas no contempladas y es que aunque pongamos un apartado de “otras”, el trabajador puede ignorarlo por el agotamiento mental.

Lo que diga el experto

Acudir a expertos supone obtener una descripción genérica del puesto. Es un método rápido, seguramente menos costoso (si medimos los tiempos, etc…) pero también menos fiable.
No obtendremos una respuesta adaptada a la realidad de nuestra empresa ni será de tanta ayuda a la hora de realizar una selección de personal. Es el menos recomendable según mi punto de vista pues cada empresa es un universo…y cada puesto una galaxia muy particular.

En Pymes y Autónomos

lunes, 5 de septiembre de 2011

La formación bonificada, esa gran desconocida entre las pymes

Las consultoras Élogos, San Román y el grupo IMF estiman que las pymes no cuentan con las mismas oportunidades formativas que las grandes y en parte es como resultado de la falta de información sobre las herramientas existentes. La falta de publicidad por parte del ministerio ha desencadenado en un desconocimiento generalizado sobre la formación bonificada entre las pymes.
Hace unos meses intentamos resumir la naturaleza de estos cursos bonificados de la Fundación Tripartita pero es evidente que el propio sistema tiene una serie de trabas que complican su funcionamiento como es el laberinto burocrático o las cuantías pero también la propia mentalidad empresarial centrada en estos momentos en otras cuestiones a corto plazo.
Según José Antonio Fernández, director general de la consultora San Román, las inversiones destinadas a la mejora del personal se han reducido de manera notable (en torno al 40%) pese a la importancia que tiene este campo en la mejora productiva.
El Ministerio tiene que informar a los empresarios de las herramientas existentes para mejorar en esta materia siendo la difusión algo tan importante o más que la propia mejora de los mecanismos internos que rigen esta formación pues, por ejemplo, desde el grupo IMF se estima que el 90% de los que la conocen, repiten.
No hacer estos esfuerzos puede ser tachado de irresponsabilidad aunque reconozcamos que este tipo de cursos tampoco sean la panacea ni la solución definitiva a nuestros problemas.

Un artículo publocado en Pymes y Autónomos