El coste del envío
a menudo determina si un cliente compra o no en tu tienda on line. Dos
factores contribuyen a ello: el coste real del envío y la horrible
sensación que provoca en todos los compradores un coste extra.
Por
eso, al comenzar la campaña de Navidad, la más importante del año para
muchos sitios de comercio electrónico, es tan importante tener muy clara
la política de envíos.
Ofrecer envíos gratis puede ser la diferencia entre el éxito y el fracaso. Por eso, echa cuentas y encuentra la forma para ofrecer envíos gratis. No te arrepentirás.
Churba y Portillo
viernes, 26 de octubre de 2012
jueves, 25 de octubre de 2012
Apple no es solamente una marca, es una idea
Con la reciente presentación del iPhone 5, Apple ha continuado construyendo y cimentando en la mente de los consumidores la relevancia e importancia que tienen los productos de la compañía de la manzana en la vida de los consumidores.
Para poder hacerse una idea, está el hecho de que algunos analistas han señalado que los nuevos iPhones que se esperan vender, así como todos los accesorios que les rodean, podrían hacer crecer el producto interior bruto de una nación, tal y como necesita la economía de Estados Unidos.
No hay ninguna duda respecto a que este éxito, que probablemente continuará algunos años más, se debe a la oferta de productos de Apple, tanto iPods como iPhones, iPads o Macs. Pero en realidad es mucho más que eso, es una muestra de la lealtad inquebrantable de los consumidores hacia algo mayor, hacia todo el ecosistema de la marca.
Steve Jobs comprendió que la gente aprecia de forma innata una experiencia de marca junto a los productos y que están dispuestos a pagar un porcentaje extra por ello. Para construir todo esto se basaron en toda una serie de dispositivos bien diseñados, compatibles entre sí, que funcionan juntos sin ningún problema unificando el contenido, ya sea música, vídeos o fotos.
En última instancia, la idea de Jobs de un ecosistema de marca trasciende lo convencional, con frecuencia cruzando la línea sobre cómo los consumidores interactúan con los productos y las marcas. Así se le han otorgado a Apple permisos únicos para exportar su visión a nuevos territorios de nuestras vidas que nadie antes podría haber anticipado.
Por lo que Apple no es una simple marca, es una idea que aún se está desarrollando y se encuentra tan sólo en sus primeras fases.
Marketing Directo
Para poder hacerse una idea, está el hecho de que algunos analistas han señalado que los nuevos iPhones que se esperan vender, así como todos los accesorios que les rodean, podrían hacer crecer el producto interior bruto de una nación, tal y como necesita la economía de Estados Unidos.
No hay ninguna duda respecto a que este éxito, que probablemente continuará algunos años más, se debe a la oferta de productos de Apple, tanto iPods como iPhones, iPads o Macs. Pero en realidad es mucho más que eso, es una muestra de la lealtad inquebrantable de los consumidores hacia algo mayor, hacia todo el ecosistema de la marca.
Steve Jobs comprendió que la gente aprecia de forma innata una experiencia de marca junto a los productos y que están dispuestos a pagar un porcentaje extra por ello. Para construir todo esto se basaron en toda una serie de dispositivos bien diseñados, compatibles entre sí, que funcionan juntos sin ningún problema unificando el contenido, ya sea música, vídeos o fotos.
En última instancia, la idea de Jobs de un ecosistema de marca trasciende lo convencional, con frecuencia cruzando la línea sobre cómo los consumidores interactúan con los productos y las marcas. Así se le han otorgado a Apple permisos únicos para exportar su visión a nuevos territorios de nuestras vidas que nadie antes podría haber anticipado.
Por lo que Apple no es una simple marca, es una idea que aún se está desarrollando y se encuentra tan sólo en sus primeras fases.
Marketing Directo
miércoles, 24 de octubre de 2012
Los modelos de negocio de Internet
La publicidad no puede ser la única fuente de financiación de una start-up.
Los modelos van desde el comercio electrónico hasta las suscripciones, pasando por multitud de negocios online que, copiados del mundo real -o mejor, reinventados online- ofrecen fuentes alternativas de ingresos.
Las start-ups españolas tienen demasiada fe en la publicidad. Cada día hay más soportes y es más complejo el poder competir simplemente con páginas vistas. Hay que ser más creativos, iniciar el diálogo con los clientes y conseguir que estén dispuestos a pagar por algo que les ofrecemos.
En muchos casos, después del esfuerzo inicial de captación de cierta masa crítica de unos cuantos cientos de miles de usuarios, la conversión del usuario en cliente lleva meses de pruebas y errores hasta que se entiende bien lo que quiere y por qué está dispuesto a pagar. El camino es imprescindible y merece la pena.
No creamos que simplemente por ser usuarios se convertirán en clientes porque nos venga bien a nosotros; es un proceso lento, de prueba y error, y hay que atacarlo cuanto antes.
Rodolfo Carpintier
Los modelos van desde el comercio electrónico hasta las suscripciones, pasando por multitud de negocios online que, copiados del mundo real -o mejor, reinventados online- ofrecen fuentes alternativas de ingresos.
Las start-ups españolas tienen demasiada fe en la publicidad. Cada día hay más soportes y es más complejo el poder competir simplemente con páginas vistas. Hay que ser más creativos, iniciar el diálogo con los clientes y conseguir que estén dispuestos a pagar por algo que les ofrecemos.
En muchos casos, después del esfuerzo inicial de captación de cierta masa crítica de unos cuantos cientos de miles de usuarios, la conversión del usuario en cliente lleva meses de pruebas y errores hasta que se entiende bien lo que quiere y por qué está dispuesto a pagar. El camino es imprescindible y merece la pena.
No creamos que simplemente por ser usuarios se convertirán en clientes porque nos venga bien a nosotros; es un proceso lento, de prueba y error, y hay que atacarlo cuanto antes.
Rodolfo Carpintier
martes, 23 de octubre de 2012
¿Negocios de verano para todo el año?
Desde hace ya algunos años el negocio de los helados ya no es solo cosa de los meses de verano. Para poder seguir adelante con un establecimiento, que únicamente tiene mayor afluencia entre junio y septiembre, los empresarios han tenido que darle la vuelta al modelo de negocio y reinventarlo.
Así, la típica heladería se ha convertido en una cafetería de estilo moderno, y el tradicional helado se ha transformado en un alimento prebiótico, rico en fibra y 100% natural. De igual manera, el ámbito del turismo también se ha reinventado, y por ello han nacido plataformas como Way Away, que permite crear viajes a medida. El usuario elige destino y fechas, mira las rutas recomendadas y si le gustan, crea el viaje con la Smart Routes.
Los campamentos y centros de aventura también son negocios que han ampliado su actividad más allá de la época estival. Ángel Colomina, empresario y director general de la Fundación Incyde de las Cámaras, puso en marcha dos empresas relacionadas con el sector del ocio infantil. Junto con otros socios idearon una compañía que ofreciera actividades en los meses de verano. Los campamentos suponían el 70% de la facturación anual de la empresa, pero para rentabilizar el negocio el resto del año decidió adaptar la oferta ofreciendo servicios para los colegios.
Básicamente, no se trata de crear productos nuevos, sino de adaptar los servicios para hacerlos compatibles con los 365 días del año.
Un artículo publicado en Muy Pymes
Así, la típica heladería se ha convertido en una cafetería de estilo moderno, y el tradicional helado se ha transformado en un alimento prebiótico, rico en fibra y 100% natural. De igual manera, el ámbito del turismo también se ha reinventado, y por ello han nacido plataformas como Way Away, que permite crear viajes a medida. El usuario elige destino y fechas, mira las rutas recomendadas y si le gustan, crea el viaje con la Smart Routes.
Los campamentos y centros de aventura también son negocios que han ampliado su actividad más allá de la época estival. Ángel Colomina, empresario y director general de la Fundación Incyde de las Cámaras, puso en marcha dos empresas relacionadas con el sector del ocio infantil. Junto con otros socios idearon una compañía que ofreciera actividades en los meses de verano. Los campamentos suponían el 70% de la facturación anual de la empresa, pero para rentabilizar el negocio el resto del año decidió adaptar la oferta ofreciendo servicios para los colegios.
Básicamente, no se trata de crear productos nuevos, sino de adaptar los servicios para hacerlos compatibles con los 365 días del año.
Un artículo publicado en Muy Pymes
lunes, 22 de octubre de 2012
Que los planes de negocio no te impidan cambiar cuando sea necesario
La incertidumbre del salto al vacío al crear una empresa no la resuelven todos los planes de negocio del mundo.
No la resuelve un grueso documento en el que, antes de salir a vender,
plasmas lo que crees que puede ocurrir si todo sucede tal y como has
previsto. Pero la realidad es cambiante e imprevisible, por lo que
resulta más útil tener uno o varios ases bajo la manga para seguir
remando cuando el viento sople en contra.
Son muchas las voces que hablan de los planes de negocio como uno de los trabajos previos indispensables para poner en marcha un proyecto empresarial. En este blog, hemos hablado en alguna ocasión de ello. Su utilidad es indudable, pues sirve para diseñar las líneas estratégicas y establecer una guía con la que dar los primeros pasos, los más difíciles. No obstante, no debe convertirse en algo inamovible, en un principio inquebrantable, ni en una obsesión.
Un plan de negocio es, a la postre, la descripción del escenario empresarial a uno, dos o cinco años vista. Es un ejercicio más de adivinación que de realismo, pues vivimos en un momento en el que lo que hoy vale y funciona, mañana puede ser un auténtico desastre. Como trabajo previo puede ser positivo, pero lo importante no es tener la guía de un camino que puede cambiar en cualquier momento, sino tener planes alternativos cuando en ese trayecto empiecen a surgir muchos problemas.
Seamos realistas. Será casi imposible que las cosas salgan tal y como las previste en un principio. Es por eso que, junto a ese plan de negocio inicial, lo importante es tener clara la necesidad de cambiar, de virar cuando el viento sople en contra, de acelerar cuando se haya encontrado la mejor senda.
Como dice Javier Megías en su blog, “las estadísticas dicen que casi nunca funciona el Plan A, y en muchos casos tampoco el Plan B… por lo que, ¿qué sentido tiene quemar las naves y embarcarse en un viaje de sólo ida?”. Por tanto, el plan de negocio no debe impedirnos ver la realidad y adaptarnos a ella a la mayor velocidad posible.
En Pymes y Autónomos
Son muchas las voces que hablan de los planes de negocio como uno de los trabajos previos indispensables para poner en marcha un proyecto empresarial. En este blog, hemos hablado en alguna ocasión de ello. Su utilidad es indudable, pues sirve para diseñar las líneas estratégicas y establecer una guía con la que dar los primeros pasos, los más difíciles. No obstante, no debe convertirse en algo inamovible, en un principio inquebrantable, ni en una obsesión.
Un plan de negocio es, a la postre, la descripción del escenario empresarial a uno, dos o cinco años vista. Es un ejercicio más de adivinación que de realismo, pues vivimos en un momento en el que lo que hoy vale y funciona, mañana puede ser un auténtico desastre. Como trabajo previo puede ser positivo, pero lo importante no es tener la guía de un camino que puede cambiar en cualquier momento, sino tener planes alternativos cuando en ese trayecto empiecen a surgir muchos problemas.
Seamos realistas. Será casi imposible que las cosas salgan tal y como las previste en un principio. Es por eso que, junto a ese plan de negocio inicial, lo importante es tener clara la necesidad de cambiar, de virar cuando el viento sople en contra, de acelerar cuando se haya encontrado la mejor senda.
Como dice Javier Megías en su blog, “las estadísticas dicen que casi nunca funciona el Plan A, y en muchos casos tampoco el Plan B… por lo que, ¿qué sentido tiene quemar las naves y embarcarse en un viaje de sólo ida?”. Por tanto, el plan de negocio no debe impedirnos ver la realidad y adaptarnos a ella a la mayor velocidad posible.
En Pymes y Autónomos
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