Hablo por experiencia propia cuando afirmo que, cuando tengáis una idea de negocio, olvidaros de todos los consejos, ideas, formulas milagrosas o demás conceptos que hayáis leído y/o os hayan intentado inculcar.
El ser humano tiene la tendencia de complicarse la vida y, cuando puede, complicársela a los de su alrededor; solo tenéis que tener claro un concepto: si crees en ti, en tu idea de negocio y conoces a las empresas/usuarios a los que les vas a vender tu producto o servicio, lánzate, porque con cabeza y mucho trabajo se consigue absolutamente todo.
A veces una idea revolucionaria no ve la luz por culpa de la poca confianza en sí mismo del ideólogo y de la poca confianza de los demás sobre él. Es cierto que mucha gente pensará que sin dinero no se pueden llevar a cabo los nuevos negocios…..eso es una falacia en todo regla.
He empezado diciendo “hablo por experiencia” y voy a predicar con el ejemplo: con una buena idea, una buena red de contactos y poco tiempo para dormir, consigues situar a una empresa de nueva creación en uno de los referentes de ventas (en un determinado sector) a nivel europeo y parte del resto del mundo. Y todo esto sin préstamos ni “Icos” ni nada.
Cuando estudiamos casos de empresas se nos enseña a analizar el éxito o fracaso en función de unas características muy concretas: marketing, comunicación, ventas, logística,……la mayoría de estos casos son de empresas que ya no existen o que deben su éxito a maniobras empresariales de tipo fusión/adquisición de determinados bienes o de otras empresas (generalmente de su competencia directa).
El problema radica en querer analizar bajo el mismo rasero a tu propia empresa antes de crearla, todo con supuestas previsiones claro…..previsiones las cuales suelen ser negativas por parte de quien, supuestamente, entiende de negocios (persona que suele coincidir con la que queremos pedirle dinero para emprender). Debido a esto se dejan de crear buenos negocios, porque la mayoría se piensa que sin dinero no pueden hacer nada…..y esa idea ha de cambiar ya.
Resumiendo: nadie mejor que uno mismo para saber si lo que quiere crear es suficientemente novedoso y atractivo como para lanzarse de cabeza sin preocuparse de lo que digan los demás (todos tenemos familiares, amigos, directores de banco,….que en vez de animarte intentan frenar tu afán de emprender).
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