Las oficinas con diseño cuidado no solo mantienen alta la moral de sus empleados o consiguen hacer más sencillo la captación de talento, sino que también hacen más felices a sus clientes. En esa otra mitad que lo consigue, el espacio de trabajo puede incluso llegar a convertirse en un evangelista de los propios productos y de las tendencias que quiere impulsar la marca. Es lo que sucede, por ejemplo, con las empresas de telecomunicaciones que quieren impulsar la comunicación sin hilos o la movilidad. Sus oficinas han empezado a incorporar espacios calientes (se sienta en él quien quiere) y a eliminar los sitios fijos. En sus propios cuarteles generales están vendiendo su propio producto.
El papel que las oficinas tienen en la creación de la imagen de la marca es uno de los más frecuentemente olvidados a la hora de hacer branding
Hay una cosa que prácticamente todo el mundo asocia a Google, más allá de las bondades de sus productos: Google es un gran lugar para trabajar. La afirmación forma parte prácticamente de la cultura popular, gracias a los fichajes de la firma y sus políticas de recursos humanos pero también gracias al diseño de sus oficinas, que los consumidores han visto repetidas en incontables ocasiones en artículos y otras piezas informativas.
Las oficinas de Google - sean cuales sean de todas las que la firma tiene por todo el mundo - son un habitual en las listas de oficinas cool o de oficinas impactantes que de vez en cuando publican los medios.
Las razones están claras: lo menos que toda oficina de Google tiene, según todas las imágenes que hemos visto repetidas una y otra vez, es un tobogán. Luego se suman la habitual sala de juegos, la sala de relax (con sus espacios para dormir siestas y sus sillones para descansar) y las diferentes excentricidades existentes en los diferentes países, desde árboles que crecen dentro de las oficinas, tractores aparcados en algún tercer piso hasta un pub irlandés con más encanto que el clásico comedor corporativo.
Las oficinas de Google, en definitiva y a ojos de los ciudadanos, 'molan' y la compañía ha cubierto con su diseño un nuevo apartado. Porque, aunque muchas empresas piensan que amueblar la oficina o simplemente decorarla es algo tan sencillo como hacer un viaje al Ikea más cercano, lo cierto es que las oficinas son una parte más de la imagen de marca. A la hora de hacer branding, el lugar de trabajo es tan importante como los colores que se escogen para la identidad corporativa de la marca o el diseño final del logo que usará la firma.
Tanto los colores y el logo, que aparecen en todos aquellos lugares en los que se realiza un primer impacto (desde la fachada de la oficina hasta las tarjetas que se reparten entre clientes y asociados), como el diseño de las oficinas ayudan a crear una primera impresión de la marca. Una oficina es una parte más de la imagen de marca y quedarse con una u otra característica tendrá un efecto sobre los valores que se están asociando a la misma.
El diseño de oficinas tiene, de hecho, muchos valores asociados y puede ayudar a consolidar aquellos valores de marca que la empresa quiere destacar de forma especial. Por ejemplo, los espacios rompedores y los lugares diferentes ayudan a la hora de venderse como una empresa creativa e innovadora o el uso de una decoración más glamurosa y chic ayuda a posicionar a una marca como elegante y a la moda.
Una oficina que se ajusta a los valores que la marca defiende en otros terrenos sirve para demostrar que sabe lo que está haciendo. No solo permite recordar al empleado el camino que la firma quiere seguir sino que además permite impresionar a inversores y clientes, tanto como cualquier otro elemento de la comunicación corporativa, vendiendo lo que se está haciendo.
Las oficinas no son solo mesas y sillas, ordenadores conectados a internet y máquinas expendedoras de café: también son uno de los puntales de la cultura corporativa. Las cool offices son, en definitiva, embajadoras de la marca.
Siempre olvidado
Sin embargo, el papel que las oficinas tienen en la creación de la imagen de la marca es uno de los más frecuentemente olvidados a la hora de hacer branding. Solo el 50% de las empresas, según un estudio que recoge OfficeSnapshots, ha creado unas oficinas que impulsen comportamientos similares a los valores de la marca. Es decir, solo una de cada dos incentiva la identidad corporativa vía diseño de oficinas, a pesar de que el ROI de invertir en diseño en las oficinas ha sido más o menos demostrado. Las oficinas con diseño cuidado no solo mantienen alta la moral de sus empleados o consiguen hacer más sencillo la captación de talento, sino que también hacen más felices a sus clientes.
En esa otra mitad que lo consigue, el espacio de trabajo puede incluso llegar a convertirse en un evangelista de los propios productos y de las tendencias que quiere impulsar la marca. Es lo que sucede, por ejemplo, con las empresas de telecomunicaciones que quieren impulsar la comunicación sin hilos o la movilidad. Sus oficinas han empezado a incorporar espacios calientes (se sienta en él quien quiere) y a eliminar los sitios fijos. En sus propios cuarteles generales están vendiendo su propio producto.
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