A primera vista parecería que la metodología “Lean Startup” ha revolucionado la manera de pensar y ejecutar una iniciativa de negocio: sin embargo; el mismo Eric Ries reconoce que sus recomendaciones se inspiraron en el movimiento de Calidad Total, que se originó en el período posterior a la 2ª Guerra Mundial.
Aun cuando existen variaciones importantes en ambas metodologías hay algo que las une: los ensayos requeridos para probar las hipótesis de valor y el uso de métricas cuantitativas para validar el modelo de negocio propuesto.
Cada vez que encontramos una nueva oferta sobre la metodología “Lean” en un libro, “blog”, “podcast” o “webinar” (y cada uno de ellos incorpora su Propuesta de Valor Única), nos preguntamos si el camino que hemos escogido es el más efectivo, y olvidamos que las piedras angulares, o hitos, para emprender con éxito no han cambiado:
1. La necesidad de verificar la hipótesis: la solución propuesta satisface una necesidad de un segmento objetivo ya identificado
2. La validación del modelo de negocio: el mercado y el margen de ganancia justifican la preparación de un plan “GotoMarket”
3. Escalar el modelo de negocio: optimizar el modelo de negocio hasta alcanzar una tasa de crecimiento atractiva.
En cuanto al diseño de los ensayos requeridos para pasar de una etapa a la siguiente, o para decidir si perseverar o pivotar, dependen de la naturaleza de cada Startup. La clave consiste en encontrar el modelo más simple, que nos permita mostrar la unicidad de nuestra propuesta: aquello que la distingue de los productos y servicios disponibles en el mercado.
Cómo MVP inicial puede servirnos una presentación en PPT y cómo métrica una encuesta de mercado cualitativa. Más adelante, dependiendo del grado de disrupción de nuestra propuesta de valor, necesitaremos un prototipo y métricas más sofisticadas; pero sólo cuando superemos la primera etapa: la verificación de la hipótesis de valor con clientes y usuarios potenciales.
¿Quieres emprender con éxito? Ensaya y mide: no te dejes distraer por una oferta creciente de nuevas técnicas, en cada una de las fases claves del proceso de aceleración de una propuesta de valor. En los últimos 50 años, los cambios de fondo, en la metodología de desarrollo de productos y servicios innovadores, se pueden contar con los dedos de una mano.
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