jueves, 8 de noviembre de 2012

El aislamiento social, ese gran riesgo del empresario

La pérdida de contacto con la realidad más cotidiana es uno de esos riesgos que corren los empresarios. Estar inmerso profundamente en un proyecto puede conllevar un aislamiento contraproducente que no hará más que perjudicar la gestión. Esquivar ese ‘síndrome’ es uno de los muchos desafíos que tienen por delante tras esta durísima crisis económica.

Hace unos días conocía a través de este post en Ticbeat que Jack Dorsey, fundador de la red social Twitter y uno de los jóvenes inversores con más futuro en el sector tecnológico, acude a su trabajo en autobús público. Según dice esta forma le impide que se quede atrapado en la “burbuja de un mundo maravilloso”, lo que beneficiaría en la puesta en marcha de una estrategia empresarial basada en las necesidades y problemas reales de sus potenciales clientes.


Y planteamos un caso que, pese a no ser directamente del mundo empresarial, puede ser muy instructivo. Es el de la estrella del tenis español, Rafael Nadal, quien, aún estando en lo más alto y haciendo historia, ha sido tratado como uno más en su familia. Una familia que lo ha obligado a hacer tareas propias de un ciudadano normal, como ir de compras o hacer la comida, que no ha sido nada condescendiente con él, que le ha hecho mantener costumbres tradicionales desde niño. ¿Para qué? Para tener los pies en el suelo, para no aislarse.

Son muchos los ejemplos también de lo contrario, de los empresarios que viven endiosados, en otra dimensión paralela que no hace más que alejarlos de una sociedad, de unos ciudadanos que son, directa o indirectamente, sus potenciales clientes. Es por eso que el riesgo principal es no escuchar las necesidades, los problemas reales y, por tanto, no escuchar a quien luego comprará tus servicios, tus productos o tus ideas.

Puedes hacer como Dorsey, que va a trabajar en autobús, o como Nadal, que sigue asumiendo tareas propias de un hijo normal y que mantiene sus costumbres desde niño. Puedes hacerlo de muchas maneras distintas. Pero el objetivo debe ser el mismo: evitar aislarse de una sociedad para la que, al fin y a la postre, se destina tu proyecto.

En Pymes y Autónomos

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