Aunque le parezca una afirmación sorprendente:
Una buena educación emprendedora no requiere de mucho dinero.
Sé que es una afirmación polémica, porque se asume automáticamente que estoy hablando de una educación institucional.
Sin duda una buena educación académica es
necesaria para triunfar en la vida y lamentablemente, esta educación
cuesta dinero. Mucho dinero.
Por eso es uno de los mayores
impedimentos que los padres nombraron en mi última encuesta de Educación
Para El Éxito, en la cual pregunté cual era el mayor obstáculo que
ellos tenían para entregarles una buena educación a sus hijos.
Y es verdad, muchos padres hacen enormes sacrificios para entregar una educación costosa a sus hijos.
No quiero restarle la importancia a una
buena educación académica, pero no se enfoque únicamente en esa opción.
Puede entregar una formación académica y, paralelamente fomentar otras
habilidades en sus hijos que serán tan–o más–importantes que un diploma
en la pared cuando sean adultos.
Por ejemplo, una buena educación emprendedora.
La educación que tanto los padres como
los gobiernos desean impartir es una educación que les permite a las
futuras generaciones a insertarse en el mercado laboral con éxito.
Sin embargo, la educación para lograr tal objetivo es muy diferente a la educación que se requiere para fomentar las habilidades emprendedoras en las personas.
Por eso sigo sosteniendo que una buena educación EMPRENDEDORA no requiere de mucho dinero.
¿Por qué?
La razón es muy simple: una educación
emprendedora fomenta el espíritu emprendedor que es innato en cada
persona. Permite que afloren las habilidades emprendedoras que ya forman
parte de la naturaleza intrínseca de cada ser humano.
John Taylor Gato
comprobó esto en un ensayo que hizo con niños de 13 años en una escuela
pública en Harlem, uno de los peores barrios de Nueva York. Logró formar
estudiantes de pensamiento independiente y de espíritu emprendedor,
cuando lo normal para esa escuela era un rendimiento muy por debajo del
promedio nacional.
Debido a sus
logros sobresalientes con sus alumnos, fue nombrado como profesor del
año del Estado de Nueva York en 1991. Sin embargo, fue tildado de
subversivo y rebelde al explicar los métodos que usó para obtener dichos
logros.
(Puede leer más acerca de J.T. Gatto en este enlace.)
¿Qué puede hacer todo padre para fomentar el espíritu emprendedor de sus hijos, sin gastar mucho dinero?
Entre muchas otras
cosas están estos 5 sencillos pasos claves que puede implementar hoy y
que harán una gran diferencia inmediata en la actitud emprendedora de
sus hijos:
1. Organizar bloques de tiempo en los cuales los hijos pueden hacer proyectos sin interrupciones.
Para eso deben dejar un estilo de vida ajetreado para quedarse
tranquilamente en casa. Muchos padres involucran a sus hijos en
actividades extra curriculares que no siempre son estrictamente
necesarias. Implican un gasto adicional e impiden que el niño aprenda a
ocuparse con sus propios proyectos.
2. Apagar la tele y restringir el tiempo en el computador Si
sus hijos pasan mucho tiempo frente a las pantallas de cualquier
índole, crean una actitud pasiva hacia la vida que va en contra de un
espíritu emprendedor.
3. Crear un contexto en el cual se desarrolla la creatividad de los niños: rincones del arte, de costura, materiales de construcción, suficiente espacio para crear y desordenar, disfraces, Legos, etc.
En el caso de
hijos mayores, idealmente deben estar expuestos a posibilidades de
negocios caseros, proyectos para generar ingresos en el computador,
recursos educativos para generar ingresos pasivos, talleres, etc.
4. Leer buenos libros con ellos, preferentemente de la literatura clásica.
Converse y analice los libros con sus hijos. Disfrute la experiencia y
enséñeles a amar la experiencia de aprender por su cuenta.
5. Busque buenos mentores para ellos. Un
buen mentor no tiene por qué ser un profesor. Puede ser cualquier
persona que tenga habilidades o experiencias que sean de utilidad para
sus hijos y que tengan la visión de compartirlos con otros.
Por ejemplo, en el
caso de un niño que tiene facilidades para la mecánica, podría pasar
una pasantía con un maestro del rubro, trabajando en el taller a cambio
de la enseñanza recibida.
De Bettina Langerfeldt,
cuya pasión es enseñar a personas de todas las edades como adquirir una
visión para su vida, como ponerse metas y después perseguir la educación
específica para que puedan lograrlas.
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