El cliente del siglo XXI asume y manifiesta su poder y cuenta con más tecnología, herramientas y recursos para acceder a la información sobre el producto. “Con todo ello, podemos hablar de una nueva generación de compradores que buscan mantener el control y ‘ganar’ en el juego de hallar el mejor precio”, explica Gabrielle Nauton, responsable del estudio GfK.
Este nuevo consumidor se sitúa en una franja de edad joven, es abierto y tolerante, no renuncia a su futuro y está dispuesto a luchar por su desarrollo profesional. No obstante, tampoco se conforma con su situación actual y busca opciones de ocio que se adapten a sus posibilidades económicas, para lo que se ayuda de medios de información y tecnológicos.
Por lo que se refiere a las expectativas de los españoles en general, resulta llamativo en qué medida han elevado su grado de exigencia. Ahora demandan un plus de calidad no sólo a las marcas de fabricante (37%) sino también a las marcas de distribución (44%). Ambas cifras han registrado un incremento de 7 puntos porcentuales respecto a 2010. También un 40% de los entrevistados considera que, gracias a la crisis, ha aprendido a comprar mejor. De hecho, un 45% de los consumidores señala que ahora destina más tiempo a informarse sobre los productos antes de adquirirlos. Destaca el hecho de que un 24% de ellos reconoce que ha incrementado el uso que hace de Internet con este fin.
Consumo más planificado
Desde el comienzo de la crisis, los consumidores han elevado el número de recortes para hacer frente a la nueva situación. Si en 2009 los españoles sólo habían reducido su gasto en 3,5 artículos frente a una media mundial de cinco productos, ahora se encuentran a ese mismo nivel. Los sectores más perjudicados respecto a 2010 en este sentido son hobbies (+9) y ropa (+5). Por el contrario, dentro del capítulo de Ocio, las salidas a restaurantes comienzan a recuperarse y disminuye en cuatro puntos porcentuales la población que contiene su gasto en este sentido. Este hecho se debe a que muchos establecimientos han adaptado su oferta, buscando opciones más flexibles que permiten ajustar el presupuesto de los consumidores.Otro de los cambios que nos ha llamado la atención en Muy Pymes ha sido los datos referidos a las marcas blancas, y es que la sustitución de grandes marcas por productos de fabricantes parece haber tocado techo. Únicamente se registra un pequeño incremento en lácteos, cosmética y bollería industrial, produciéndose por el contrario retrocesos en numerosas categorías. Además, destaca que, mientras que el producto en que más se incrementa la presencia de marca blanca crece solo en tres puntos, los que pierden presencia lo hacen en valores superiores (platos preparados 11 puntos; café y bebidas de alta graduación en 7 puntos; y refrescos 6 puntos).
En este sentido, Nauton ha señalado que “todos estos hechos ponen de manifiesto que el consumidor ha descubierto nuevas vías para acceder a los productos que quiere por un precio menor. Los canales outlet y los portales comparadores de precios son buenos ejemplos de estos mecanismos”.
Un artículo publicado en Muy Pymes
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