Muchos pensamos que agosto es un mes muerto en las PyME, un mes en el que el trabajo no abunda. Un mes en el que a veces es mejor cerrar y esperar que llegue septiembre y se reactiven las ventas. Un mes en el que es mejor mandar a la gente de vacaciones, ahorrando costes y de paso tener activo al personal el resto del año, sin tener que dar vacaciones en periodos en los que la actividad es mayor y necesitamos nuestros “recursos productivos”. Desde mi punto de vista, esta es una opción válida y respetable, pero permitidme deciros que creo que es un error y permitidme que os diga por qué.
Durante el mes de agosto, las ventas disminuyen y la capacidad productiva decrece, es el mes en el que nos vamos antes a casa en esas horas en las que el calor hace difícil estar en una oficina trabajando, y en el que las ganas nos piden más estar en la piscina o en la playa que en la oficina, es quizás, el mejor mes de todo el año para hacer marketing. O más bien no para hacer, sino para preparar todo lo que vamos a hacer en los últimos meses del año.
Con septiembre a la vuelta de la esquina, agosto nos da la oportunidad de pensar, analizar y reflexionar sobre si nuestras estrategias de marketing están siendo las correctas, si estamos acercándonos a nuestro público como deberíamos hacerlo y si les ofrecemos lo que necesitan. Pero no solo nos permite pensar, sino que también nos permite preparar las acciones para el último trimestre del año y aprovechar así mejor todas las acciones.
Pongamos unos ejemplos:
Si estamos pensando en aprovechar “la vuelta al cole” y lanzar alguna oferta especial en septiembre, agosto es el mes especial para prepararlo todo: creatividades de los emails, selección de bases de datos, preparación de los envíos, búsqueda de proveedores, etc. Así cuando llegue el 1 de Septiembre, estaremos preparados para lanzar la campaña y no tendremos que dedicarle tiempo extra. Podremos enfocarnos en vender y en generar valor para nuestra compañía, habiendo dejado el trabajo de promoción ya realizado y listo para enviar.
Otro ejemplo recurrente son las redes sociales. Imaginemos que todavía no tenemos presencia en ellas (cosa complicada a estas alturas, pero posible) o que queremos potenciar nuestra presencia. Este es el mejor mes que podemos dedicar a estudiar cómo funciona cada una de ellas, a abrir perfiles, a buscar seguidores y a comenzar a experimentar, de manera que cuando llegue septiembre, aunque nuestras redes estén todavía “en pañales”, tengamos ya una base construida y no empecemos desde cero.
Otro buen ejemplo es el de la página web. Muchas veces ponemos en marcha páginas web y nos olvidamos que las tenemos, Ponemos la dirección en nuestras firmas de email, en las tarjetas de visita, pero no pensamos si están desactualizadas, si lo que cuenta ya no es verdad o si están desposicionadas. Agosto puede ser un buen mes para dedicarles una atención especial, y echarles un ojo crítico, compararlas con las de la competencia, probar que tal se ven en ese Smartphone que nos acabamos de comprar o poner en marcha un sistema de analítica web (google analytics es gratis y cumple muy bien la función) para saber de dónde nos vienen las visitas o cuánto tiempo se quedan en nuestra web.
Pero no es todo marketing online, también podemos usar este mes para hacer estrategia, para analizar si las decisiones que hemos tomado han sido las correctas y en el caso de no haberlo sido, que tenemos que hacer para corregirlas. Agosto es un buen mes para comenzar también a pensar en el plan para el año que viene, ya que si lo dejamos para septiembre, el próximo año se nos echará encima sin darnos tiempo a reaccionar.
En fin, que no pensemos que agosto es un mes perdido, pensemos que es un mes para invertir, invertir en tiempo para nuestra empresa, invertir en analizar resultados, invertir en buscar soluciones, en estudiar a la competencia y en definitiva, en trabajar para conseguir nuevos clientes y fidelizar a los que ya tenemos.
La buena noticia es que muchas de estas cosas las podemos hacer desde una tumbona en la piscina, o sentados en un chiringuito en la playa.
Un artículo de Carlos Castro
Durante el mes de agosto, las ventas disminuyen y la capacidad productiva decrece, es el mes en el que nos vamos antes a casa en esas horas en las que el calor hace difícil estar en una oficina trabajando, y en el que las ganas nos piden más estar en la piscina o en la playa que en la oficina, es quizás, el mejor mes de todo el año para hacer marketing. O más bien no para hacer, sino para preparar todo lo que vamos a hacer en los últimos meses del año.
Con septiembre a la vuelta de la esquina, agosto nos da la oportunidad de pensar, analizar y reflexionar sobre si nuestras estrategias de marketing están siendo las correctas, si estamos acercándonos a nuestro público como deberíamos hacerlo y si les ofrecemos lo que necesitan. Pero no solo nos permite pensar, sino que también nos permite preparar las acciones para el último trimestre del año y aprovechar así mejor todas las acciones.
Pongamos unos ejemplos:
Si estamos pensando en aprovechar “la vuelta al cole” y lanzar alguna oferta especial en septiembre, agosto es el mes especial para prepararlo todo: creatividades de los emails, selección de bases de datos, preparación de los envíos, búsqueda de proveedores, etc. Así cuando llegue el 1 de Septiembre, estaremos preparados para lanzar la campaña y no tendremos que dedicarle tiempo extra. Podremos enfocarnos en vender y en generar valor para nuestra compañía, habiendo dejado el trabajo de promoción ya realizado y listo para enviar.
Otro ejemplo recurrente son las redes sociales. Imaginemos que todavía no tenemos presencia en ellas (cosa complicada a estas alturas, pero posible) o que queremos potenciar nuestra presencia. Este es el mejor mes que podemos dedicar a estudiar cómo funciona cada una de ellas, a abrir perfiles, a buscar seguidores y a comenzar a experimentar, de manera que cuando llegue septiembre, aunque nuestras redes estén todavía “en pañales”, tengamos ya una base construida y no empecemos desde cero.
Otro buen ejemplo es el de la página web. Muchas veces ponemos en marcha páginas web y nos olvidamos que las tenemos, Ponemos la dirección en nuestras firmas de email, en las tarjetas de visita, pero no pensamos si están desactualizadas, si lo que cuenta ya no es verdad o si están desposicionadas. Agosto puede ser un buen mes para dedicarles una atención especial, y echarles un ojo crítico, compararlas con las de la competencia, probar que tal se ven en ese Smartphone que nos acabamos de comprar o poner en marcha un sistema de analítica web (google analytics es gratis y cumple muy bien la función) para saber de dónde nos vienen las visitas o cuánto tiempo se quedan en nuestra web.
Pero no es todo marketing online, también podemos usar este mes para hacer estrategia, para analizar si las decisiones que hemos tomado han sido las correctas y en el caso de no haberlo sido, que tenemos que hacer para corregirlas. Agosto es un buen mes para comenzar también a pensar en el plan para el año que viene, ya que si lo dejamos para septiembre, el próximo año se nos echará encima sin darnos tiempo a reaccionar.
En fin, que no pensemos que agosto es un mes perdido, pensemos que es un mes para invertir, invertir en tiempo para nuestra empresa, invertir en analizar resultados, invertir en buscar soluciones, en estudiar a la competencia y en definitiva, en trabajar para conseguir nuevos clientes y fidelizar a los que ya tenemos.
La buena noticia es que muchas de estas cosas las podemos hacer desde una tumbona en la piscina, o sentados en un chiringuito en la playa.
Un artículo de Carlos Castro
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