En este momento, tu negocio se encuentra en uno de dos estados: o está en ascenso, creciendo, o está en caída libre, moribundo.
Las empresas nunca están inactivas, quietas. Porque a pesar de que puede parecer que está manteniendo su nivel actual de ingresos y le está yendo ‘bien’, en realidad está retrocediendo.
Cuando tú no creces, los clientes que podrías tener (que deberías tener) son absorbidos, acaparados por tu competencia. Y cada semana o cada mes que no logras llegarles a estos clientes, te quedas más y más atrás. Esa es la realidad.
Los ingresos de tus competidores crecerán, y sus presupuestos de marketing, también. Contratarán personal y subcontratarán proyectos, mientras tú te verás obligado a hacerlo todo solo porque no eres capaz de generar los recursos que te permitan ser sostenible.
Y ellos invertirán en sistemas que produzcan aún más ganancias, mientras tú pierdes tiempo luchando por mantener lo que antes poseías. El peor escenario, sin duda, el único en el que jamás pensaste estar.
Afortunadamente, hay una solución para esta tendencia. ¿Cuál? Debes estar constantemente enfocado en crecer y superar tu listón. Si el mes pasado tu negocio generaba ingresos por 1,000 dólares, este mes debes aspirar a ganar 1,200.
Y si el mes pasado ganaste 30,000 dólares en comisiones, tu meta este mes debe ser superar esa cifra. Es la mentalidad que te permitirá superarte permanentemente, la que evitará que caigas en una peligrosa zona de confort.
Al comprometerte con un crecimiento constante, asegurarás que tu negocio se mantenga lejos del riesgo de una lenta declinación. Y podrás seguir esa vida rica y libre por la que tanto has trabajado.
Entiendo si eso te parece frustrante. Quiero decir, trabajaste tan duro para llegar a donde estás ahora. Sin embargo, no tiene que ser una causa de estrés.
En vez de esto, date cuenta de que tu negocio es un reflejo de tu propio crecimiento personal. Y sin acción, TÚ te marchitarás, al igual que tu negocio. Constantemente, aspirar a más, para hacer lo mejor y ser mejor es una de las labores que emprendes.
Y para que tu negocio se mantenga en la cima, también debes estar pendiente de tu salud, de tus relaciones personales y del tiempo que le dedicas a tu familia. El crecimiento constante es una parte natural de la vida. Y cuando lo integras a tu negocio, te aseguras el éxito por muchos años.
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