“Las empresas se están, literalmente, ahogando entre los datos pero se muestran hambrientas de conocimiento. Lo peor de todo es que no tienen una forma sistemática y precisa para analizar estos y desarrollar acciones en consecuencia”. Esta es una de las preocupantes conclusiones que podemos encontrar en uno de los últimos informes elaborados por Forrester Research.
El Big Data ha llegado a todos y cada uno de los rincones de nuestras vidas y el análisis de datos se ha convertido en una trampa ya que no podemos parar de recabar información de forma constante. Los números son ahora la base a través de la que producimos y pueden ser la forma más fácil de poner barreras al pensamiento creativo.
Las personas creativas se caracterizan por moverse en un mundo diferente. Son soñadores, creadores y apuestan por cosas que a otros ni se les pasarían por la cabeza. Analizar la información de la que disponemos está bien y es necesario pero, tenemos que dejar hueco para las mentes creativas dentro de las organizaciones.
Sudhir Venkatesh ofrece en fascocreate.com, tres consejos que pueden ser utilizados para fomentar la creatividad en las compañías en el mundo de datos en el que nos encontramos inmersos:
1. Piense sus objetivos antes de recopilar los datos
La gran mayoría de los ejecutivos siguen una fórmula muy simple: recopilación de datos + análisis de datos + búsqueda de patrones = identificar su misión. Esto les lleva a pensar de forma errónea que las grandes ideas surgen de entre esas montañas de datos pero, lo cierto es, que se están olvidando de hacerse la pregunta más importante: ¿Qué problema le resolvemos al cliente?
Necesita muy pocos datos para saber qué es lo que su cliente le está pidiendo. El problema real no es la falta de información sino la forma de analizarla. ¿Dónde quedan acciones tan vitales como la reflexión? Busque la solución en un proceso social y no en ingentes montañas de datos.
Establezca espacios para que sus trabajadores puedan deliberar y aportar sus diferentes puntos de vista. Grupos en los que se pueda hablar con franqueza con los clientes y, a partir de esas respuestas, comenzar a recopilar los datos.
2. Aléjese de los números
Nuestra obsesión con los números se basa en la agobiante idea de que las empresas tienen que alcanzar el éxito a toda costa. Los responsables de las compañías deberían arriesgar e intentar no tomar todas sus decisiones basadas en los números. Reúnase con sus empleados en pequeños grupos y pregunte cómo poder alcanzar sus objetivos. Recuerde que ningún número debe sustituir su punto de vista sobre todo en los tiempos difíciles que vivimos.
3. Apueste por el talento y la inteligencia
Muchos reúnen datos para justificar sus decisiones posteriores. Una de las mejores soluciones es pensar hacia atrás, determinando cuál es el objetivo que quiere lograr con cada acción y preguntarse cómo llevar a buen puerto la misma.
Es un hecho que todos utilizamos los datos para la toma de decisiones pero debemos pensar que es lo mejor. La solución no es ser un humanista sino que la clave reside en la inteligencia.
Un artículo publicado en Marketing Directo
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