1. Todo el mundo confunde el marketing con la publicidad
Pese a que algunos creen que el marketing y la publicidad son términos absolutamente intercambiables, lo cierto es que, aunque ambos habitan en la misma galaxia, se refieren a dos cosas diferentes. La publicidad es sólo uno los muchos componentes del marketing. ¿El problema? Que en la era postdigital, las líneas que separan unas disciplinas “marketeras” de otras son cada vez más finas.
Pese a que algunos creen que el marketing y la publicidad son términos absolutamente intercambiables, lo cierto es que, aunque ambos habitan en la misma galaxia, se refieren a dos cosas diferentes. La publicidad es sólo uno los muchos componentes del marketing. ¿El problema? Que en la era postdigital, las líneas que separan unas disciplinas “marketeras” de otras son cada vez más finas.
2. En la industria “marketera” cunde el miedo
Los directores de marketing sienten que no les llega la camisa al cuello. Los subalternos de los directores de marketing están también muertos de miedo. Y en las agencias el canguelo es absolutamente generalizado. Lo peor del miedo que cunde actualmente en el universo “marketero” es que ese miedo está acogotando al marketing y le está impidiendo seguir hacia delante.
Los directores de marketing sienten que no les llega la camisa al cuello. Los subalternos de los directores de marketing están también muertos de miedo. Y en las agencias el canguelo es absolutamente generalizado. Lo peor del miedo que cunde actualmente en el universo “marketero” es que ese miedo está acogotando al marketing y le está impidiendo seguir hacia delante.
3. Hay una eterna confusión en torno al concepto de creatividad
En el universo del marketing hay algunos que creen que la creatividad es propiedad exclusiva de quienes tienen el honor de llevar la palabra “creativo” adosada a su puesto de trabajo. Nada más lejos de la realidad. En el universo “marketero” todos, absolutamente todos, necesitan desplegar las alas de la creatividad.
En el universo del marketing hay algunos que creen que la creatividad es propiedad exclusiva de quienes tienen el honor de llevar la palabra “creativo” adosada a su puesto de trabajo. Nada más lejos de la realidad. En el universo “marketero” todos, absolutamente todos, necesitan desplegar las alas de la creatividad.
4. Los “marketeros” son mejores en el arte de la publicidad que en el arte de los negocios
Algunos “marketeros” están tan obsesionados con los anuncios “bonitos” que se olvidan del resultado en términos de negocio de tales anuncios. Da igual lo “bonito” que sea un anuncio, si no es eficaz, el dinero habrá caído probablemente en saco roto.
Algunos “marketeros” están tan obsesionados con los anuncios “bonitos” que se olvidan del resultado en términos de negocio de tales anuncios. Da igual lo “bonito” que sea un anuncio, si no es eficaz, el dinero habrá caído probablemente en saco roto.
5. Los “palabros” de los que tanto abusan los “marketeros” tienen de verdad significado
A los “marketeros” se les llena la boca de “palabros” como “Big Data”, “marketing de contenidos” y “disrupción” y los utilizan tan pródigamente que a oídos se muchos llegan ya totalmente carentes de sentido. Sin embargo, esos “palabros” que tanto odio despiertan en algunos por escucharlos innumerables veces de los labios de las personas equivocadas sí son de verdad importantes en el universo del marketing. Y tienen significado real.
A los “marketeros” se les llena la boca de “palabros” como “Big Data”, “marketing de contenidos” y “disrupción” y los utilizan tan pródigamente que a oídos se muchos llegan ya totalmente carentes de sentido. Sin embargo, esos “palabros” que tanto odio despiertan en algunos por escucharlos innumerables veces de los labios de las personas equivocadas sí son de verdad importantes en el universo del marketing. Y tienen significado real.
6. La gente no ama a las marcas
Todas las marcas se creen capaces de ser amadas. Sin embargo, muy pocas marcas son merecedoras de ese amor al que se creen irremediablemente predestinadas. La mayor parte de los consumidores compran determinadas marcas y no otras porque son marcas “fuertes”, no porque las amen.
Todas las marcas se creen capaces de ser amadas. Sin embargo, muy pocas marcas son merecedoras de ese amor al que se creen irremediablemente predestinadas. La mayor parte de los consumidores compran determinadas marcas y no otras porque son marcas “fuertes”, no porque las amen.
7. A los “marketeros” les gusta estirar la verdad
Y a veces de tanto estirarla, la rompen y tienen que recurrir a la mentira.
Y a veces de tanto estirarla, la rompen y tienen que recurrir a la mentira.
No hay comentarios:
Publicar un comentario