Anecdótica o exótica para otras franjas de mayor edad, la economía colaborativa se ha convertido enel modus operandi de esa generación a la que se conoce como “Y” o millennials: los jóvenes nacidos a finales del siglo XX o a principios de este milenio, marcados por la recesión y el desempleo y adictos a las nuevas tecnologías y redes sociales.
Más partidarios de una vida y un horario libre y flexible que de un salario alto, los millennialsse han adaptado a sus circunstancias, tan distintas a las de sus padres, apostando por el consumo compartido que la web 2.0. les ha puesto en bandeja, pero generando unos cuantos quebraderos de cabeza al mercado.
Son muchos los sectores, le cuenta en una entrevista el experto en economía colaborativa Dan Schawbel a Jeremiah Owyang, que no saben cómo captar la atención de estos jóvenes.Por ejemplo, el automovilístico –en 2010 solo el 27% de los coches de nueva fabricación fueron adquiridos por jóvenes- y el inmobiliario, ya que las nuevas generaciones apuestan por alquilar y no por comprar.
Según los datos ofrecidos por Schawbel, el 67% de los millenials comparten medios de transporte (una tarifa de mesa en el tren, por ejemplo), el 53%, coche; el 58%, vivienda; el 57%, espacio de trabajo y, el 49%, alojamiento cuando viajan.
Para estos viajeros sociales del nuevo siglo, lo importante cuando visitan otros lugares no es llevarse en la maleta la tarjeta de un hotel lujoso o la comodidad de un vuelo en business class, sino el recuerdo de una experiencia única. Y saben que la tienen que buscar en nuevas plataformas como Sherpandipity, distintas de las agencias y operadores tradicionales de viajes y capaces de ponerles en contacto con la sabiduría local del destino al que se dirigen.
Ni coche ni piso ni hamburguesa
Pero los millennials no solo desafían a estos sectores, sino que también pasan de otros que, tradicionalmente, habían sido asociados al consumo de los más jóvenes, como, por ejemplo,la comida rápida. La Generación Y, muy preocupada por su salud y su bienestar, ya no come en McDonald’s; las cadenas de hamburgueserías han detectado en sus dominios, Estados Unidos, un descenso del 16% en el consumo de este tipo de alimentos por parte de los jóvenes desde 2007.
A estas alturas, habrá quién se pregunte qué es, pues, lo que un millennial busca en una empresa. Por lo que explica Schawbel, estos jóvenes solo confían en marcas con una personalidad fuerte y definida, que se alinee con alguna causa en la que crean y, sobre todo, que les consulte, a través de las redes sociales, en su toma de decisiones. Y es que, al igual que el 55% de los millennials comparten a través de las redes sociales sus malas experiencias de consumo, también esperan que las marcas los tengan en cuenta, a través de este medio, a la hora de definir un nuevo paso en su estrategia: creen en las ventajas de una comunicación 2.0. fluida entre empresa y cliente.
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