No es un mito, las empresas pequeñas suelen ser más rápidas y se adaptan mejor a los continuos cambios en el entorno económico y los hábitos de consumo que las grandes. Tampoco es una leyenda eso de que muchos nuevos proyectos saben posicionarse en determinados mercados y pueden acabar siendo una amenaza para los grandes conglomerados empresariales que no son capaces de reaccionar ante éstos. De hecho la realidad es que David no venció a Goliath con una honda, sino con un modelo de negocio.
Asistí hace semanas a una charla impartida por un alto empresario español que comentaba como la llegada a su sector de nuevos operadores que ofrecian sus servicios por internet estaba amenazando parte de su negocio. Estos operadores se habían situado como intermediarios y su margen comercial llegaba incluso a ser más grande que el de la propia empresa, pero era difícil prescindir de ellos porque se habían hecho con el perfil de clientes que contrataba los servicios por internet y que cada vez era más numeroso.
Hablamos de empresas pequeñas luchando contra gigantes del sector, pero también de cómo el pequeño es capaz de hacer bien su trabajo y detectar la debilidad del grande para tomar una posición de fuerza que crecerá con el tiempo.
Hablamos de aquel que no reacciona a tiempo ante los cambios y se encuentra frente al que se ha anticipado para llegar primero al cliente y ofrecerle lo que busca y de cómo eso puede significar tantola pérdida de margen comercial para la gran empresa como del control sobre una parte del control del negocio.
Evidentemente el pequeño es un mero intermediario que necesita y no puede prescindir del proveedor, porque éste último es quien ofrece el producto. Además si el grande es realmente poderoso puede acabar con el pequeño rápidamente, eso sí a costa de la cantidad de dinero que necesite para comprar esa pequeña empresa y quedarse con todo, pero todo esto nos demuestra que ahí fuera siempre habrá alguna ventana por la que colarse, alguna oportunidad para ir ganando terreno y posicionar un pequeño negocio en una escala cada vez mayor.
Evidentemente no es fácil dar con la tecla y en la gran mayoría de los casos el gigante puede con el pequeño, pero el reto está ahí y no es imposible. Sabiendo utilizar sus armas el pequeño puede buscar cuál es la parte vulnerable del gigante y hacerle daño. Cuestión de subsistencia.
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