Dentro del mundo de la gestión de una empresa, existen tres prácticas que se consideran "la madre del cordero". Y verás que son muy fáciles de entender e, incluso, implementar.
Se trata de las siguientes: Objetivos, Incentivos y Seguimiento
¡Y ya está!
Si quieres más datos: Muchísimas organizaciones están, de acuerdo con estos parámetros, mal gestionadas. Existe una fuerte correlación entre estos tres parámetros y aspectos como la productividad, el retorno a la inversión, y la supervivencia de la empresa. Se atribuye a la variación en las prácticas de gestión aproximadamente el 30% de la diferencia en productividad entre Europa y los Estados Unidos. En la página web www.worldmanagementsurvey.org hay información más a fondo sobre este estudio, pero me gustaría resaltar un par de aspectos que pueden ser importantes para los pequeños empresarios.
Primero, los países del sur de Europa tienen un índice de calidad en la gestión muy baja (sólo superados por abajo por los emergentes como Brasil, China o La India); segundo, en todo el mundo, las empresas que peor índice de gestión tienen son las empresas que aún están gestionadas por el fundador (el empresario original). En el otro extremo (las mejor gestionadas) están las empresas con accionistas dispersos - por ejemplo, empresas cotizadas en bolsa. Tercero, las empresas en las que se introdujeron estas prácticas tuvieron un aumento medio de la productividad del 23 % por cada punto de mejora en el índice de gestión.
Si resumimos, vemos que a) si eres un pequeño empresario en España o Latinoamérica, probablemente no tengas un sistema "profesional" de gestión de tu empresa y/o tu gestión estaría muy abajo en el índice (lo haces todo a base de esfuerzo); b) incluso en un entorno muy competitivo, la puesta en práctica de estas tres "técnicas" podría aumentar la productividad de tu pequeña empresa en un 23% (por ejemplo, la diferencia entre cumplir objetivos o no hacerlo), sólo con lograr aumentar un 1% el grado de implantación de estas tres medidas, aunque probablemente mucho más; y c) las tres prácticas básicas de la gestión no son difíciles de implantar.
Pero, como te decía al principio, hay un obstáculo. ¡Y ese obstáculo eres TÚ! A la vez que eres el activo más importante de tu empresa, como empresario, eres la principal barrera para que se convierta en algo que funciona de manera más eficiente.
Si piensas que todo lo tienes que hacer tú, decidir tú, darle tú el visto bueno. Si dices que estás tan ocupado trabajando que no tienes tiempo de hacer estas cosas. Si no ves, en resumen, que tu verdadera labor en tu empresa es dotarla de los medios para que esté bien gestionada, sea eficiente, y pueda sobrevivir, sin que tengas que estar tú en todo. En ese caso, eres probablemente el principal obstáculo para el crecimiento de tu empresa.
Si, por el contrario te das cuenta de que "tu trabajo" no puede ser estar constantemente (ni siquiera principalmente) en el cuarto de máquinas de tu empresa, sino gestionándola, dirigiéndola, desarrollando el negocio. Si dejas de ver estas cosas de "la gestión" como una molestia, o, peor, como algo que podría hacer una gestoría. Si decides empuñar tú el timón y dirigir tu empresa, entonces, estarás haciendo tu verdadero trabajo.
Y si lo decides, las tres prácticas que describo más arriba son una piedra de toque esencial: Objetivos claros (para todo y para todos), incentivos (por haber logrado los objetivos) y seguimiento (no esperar al final a ver cómo vamos). Con estas tres líneas de actuación, verás un gran cambio en tu negocio.
XLNS Coaching
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