Ahora que estrenamos año, y algunos más y otros menos, hemos podido tomar unos días de descanso, debemos realizar un pequeño ejercicio de reflexión sobre las metas que nos hemos marcado en el ejercicio, y sobre los tres grandes errores e hitos conseguidos a lo largo de este tiempo.
Hablo del tres, porque es un número suficiente para recordar las acciones más ‘flagrantes’, es decir, las que definen nuestra actitud y nuestra forma de proceder ante distintas situaciones, y por ende, pueden ser la causa del devenir de nuestro negocio.
Es cierto que suele ser mucho más fácil identificar las acciones positivas que las negativas, pero aunque estas últimas son más recónditas y molestas, son la clave para mejorar nuestras acciones e impregnar a nuestro negocio de un nuevo aire más ventajoso.
Una vez identificados los puntos anteriores, es recomendable que nos fijemos nuevos propósitos para el nuevo año, tomando cartas en el asunto de manera inmediata, desde los pequeños detalles, porque no hace falta que esperemos a grandes acontecimiento ni puestas de largo.
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