No es mal dato para arrancar 2013, el paro ha descendido en más de 59.000 personas en diciembre. Aunque no es totalmente bueno. El hecho de que hayan bajado, también, las afiliaciones a la Seguridad Social hacen que el dato quede un tanto incierto. Pero quedémonos con lo bueno para arrancar el año.
Este que arranca no presenta, a priori, mejor cara que el anterior… O sí. Hay quien dice que en el último cuarto empezaremos a crear empleo. No se si empezaremos a crear empleo o no. El que este sea un gran año depende, en gran medida, de todos y cada uno de nosotros.
Hay factores que no son controlables por nosotros, pero si depositamos toda esperanza de recuperación en ellos, al final qué ocurre. Que nos quedamos esperando a que la cosa mejore y nunca sale todo como esperamos.
Igual que hay circunstancias que no controlas hay otras que sí. Cada uno de nosotros somos los dueños de nuestras vidas. Tenemos en nuestras manos muchos elementos que sí que están bajo nuestro control. Lo que ocurre que muchas veces, lo externo nos desanima para poder afrontar lo que está nuestra mano. Nos deja exhaustos y solo nos deja fuerzas para esperar. Con la esperanza de que algo o alguien solucione la situación económica y todo vuelva a la “normalidad”.
Esa normalidad no va a volver. Normal es lo que pasa, todo es consecuencia de lo que hemos vivido. Así que tenemos dos opciones: o nos quedamos quejándonos y protestando por lo mal que otros lo han hecho, esperando que esos mismos lo arreglen… O nos levantamos pensando que cada día estamos un paso más cerca de cambiar la “normalidad” de hoy. Haciendo que el futuro sea, como no puede ser de otra forma, consecuencia de lo que hagamos inmediatamente.
Son las cosas que están a nuestro alcance, aquello que podemos cambiar, aquello que está en nuestra mano, lo que nos debe dar fuerzas para afrontar lo externo, lo que no controlamos. Si centras tu esfuerzo en lo externo terminarás sin fuerza porque no puedes cambiarlo. Es como si empujases un muro. Sin embargo, si te centras en lo que sí que puedes, el cambio te motivará para afrontar lo externo. Y lo externo solo tiene una forma de cambiarse. Con tu trabajo, el mío y el de todos.
No te quedes esperando a que alguien cambie lo que tienes que cambiar tú, porque no va a venir. Si quieres que esto cambie, el cambio empieza en ti.
Por eso, en este primer post de 2013 no voy a desearte felicidad, porque no va a venir sola. No voy a desearte prosperidad, porque no va a venir sola. En este primer post de 2013 voy a desearte cambio.
Cambio para todo aquello que está en tu mano. Cambio para dar pasos hacia una nueva situación. Cambio en ti, en mi, en todos, para cambiemos lo que no está en cada una de las manos, sino en todas. ¡Feliz cambio nuevo!
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