Si dejamos atrás el forofismo y todo lo que muchas veces rodea al
deporte no cabe duda de que acercándose a las historias particulares de
muchos deportistas podemos comprobar que, como en los negocios, al éxito se llega tras superar grandes barreras y que las dificultades no pueden frenarnos en la lucha por alcanzar nuestros objetivos.
Participantes en los Juegos Olímpicos que se celebran estos días en Londres y otros casos nos traen varias de estas historias de superación
y que pueden ser un ejemplo para todos aquellos que de una u otra
manera se enfrentan con las dificultades de desarrollar una actividad
empresarial en tiempos tan inciertos como los actuales.
Nuestra flamante primera medallista, Mireia Belmonte,
comenzó a nadar con cinco años porque a su madre le dijeron que ese
deporte podría ser bueno para ayudar a la niña a superar los dolores que
sufría por una lesión que tenía en su espalda. Al final esa lesión no
le ha impedido lograr campeonatos, records y una medalla olímpica.
También Michael Phelps, el deportista con más
medallas olímpicas de la historia, tiene una curiosidad que contar. Era
un niño hiperactivo y los especialistas le dijeron a sus padres que su
falta de concentración le imposibilitaría para destacar en ninguna
disciplina en su vida. Lógicamente el tiempo ha demostrado que esa
barrera ha sido superada con creces y es todo un recordman en un deporte
donde la concentración es vital.
Más impactantes son los casos de Zsolt Eross, un
alpinista húngaro al que tuvieron que amputarle una pierna por un
accidente y que con una prótesis ortopédica ha conseguido alcanzar la
cima de varios ochomiles o el de Oscar Pistorius, el primer atleta que participará en unos Juego Olímpicos con sus dos piernas ortopédicas.
Son sólo unos pocos ejemplos que deben servirnos de modelo para
asimilar que llegar al éxito no es fácil, que el camino está lleno de
muchos obstáculos y que algunos de ellos pueden parecer insalvables pero
casi nunca es así y con tesón, capacidad de superación y trabajo
(Mireia Belmonte entrena ocho horas diarias todos los días y recorre
100.000 metros a la semana), casi todo es superable. Tomemos nota de ello.
En Pymes y Autónomos
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