La perseverancia es tan importante para el éxito como la gasolina
para el auto. Claro que habrá oportunidades en que sentirá que las
ruedas giran en vacío, pero siempre podrá volver a tierra firme con
perseverancia. Sin ella, ni siquiera será capaz de poner en marcha el
motor.
Lo contrario de la perseverancia es la dejadez. Perseverancia quiere
decir que uno nunca abandona. La dejadez normalmente quiere decir que
uno nunca empieza, aunque la incapacidad de terminar algo también es una
forma de dejadez.
Pregúntenle a las personas por qué posponen la acción, y
frecuentemente oirán algo así como: “Soy un perfeccionista sin remedio.
Todo tiene que estar perfecto antes de que me ponga a trabajar. Sin
distracciones, sin ruidos, sin llamados telefónicos que me interrumpan, y
por supuesto, también me tengo que sentir bien! No puedo trabajar si me
duele la cabeza”.
La otra punta de la dejadez – ser incapaz de concluir algo – también
tiene una explicación perfeccionista: “Nunca estoy satisfecho. Yo soy mi
crítico más severo. Simplemente no puedo considerar que terminé hasta
verificar que todas las íes tengan su punto y todas las tes tengan su
rayita cruzada. Es así como soy, y es difícil que cambie alguna vez”.
Ven lo que está pasando? Una falla se está haciendo pasar por una
virtud. El perfeccionista nos dice que sus estándares son simplemente
demasiado elevados para este mundo. Este síndrome de
falla-disfrazada-de-virtud es una defensa común cuando se confronta a la
gente con sus faltas de resultados, pero, al fin y al cabo, es
solamente una forma más de poner excusas.
Ciertamente no tiene nada que ver con lo que realmente hay detrás de la dejadez.
Recuerde, la base de la dejadez puede ser el temor al fracaso. ¿Cuál
es la diferencia entre estar paralizado por el temor de ser menos que
perfecto, o por el temor a cualquier otra cosa? De ambas maneras el
temor lo paraliza. Cuál es la diferencia entre el nunca empezar y el
nunca acabar? De ambas formas estás inmovilizado, de ambas maneras no
vas a ninguna parte.
Todavía estás permitiendo que te domine una visión negativa del
futuro, en la cual te ves siendo criticado, denostado, ridiculizado,
castigado o expulsado. Por supuesto, esta visión negativa del futuro es
en realidad un mecanismo que te impide hacer nada.
Voy a contarle como superar la dejadez. Voy a mostrarle como
convertir la dejadez en perseverancia, y si hace lo que le sugiero, el
proceso será indoloro. Incluye el uso de dos principios muy poderosos
que promueven la productividad y la perseverancia en vez de la pasividad
y la dejadez.
El primer principio es: DIVÍDALO
No importa qué es lo que quiera lograr, sea escribir un libro,
escalar una montaña o pintar un casa, la clave del logro es su habilidad
de dividir la tarea en fragmentos manejables y atacarlos de a uno por
vez. Enfóquese en terminar lo que tiene enfrente en este instante.
Ignore lo que le espera después. Reemplace la visualización negativa del
futuro por el pensamiento positivo en tiempo presente.
Esta es la primera técnica fundamental para terminar con la dejadez.
Suponga que se le pida escribir una novela de 400 páginas. Si usted
es como la mayoría, esto le sonaría como una misión imposible. Pero
suponga que le hago una pregunta diferente. Suponga que le pido escribir
una hoja y cuarto por día, durante un año. Podría hacerlo? Ahora la
tarea parecería ser más manejable. Estamos dividiendo el libro de
cuatrocientas páginas en porciones manejables. Aún así, sospecho que la
mayoría de las personas lo encontrarían intimidante.
Sabe por qué? Escribir una página y cuarto por día no parece tan
terrible, pero le están pidiendo que lo prevea durante todo un año!
Cuando se le obliga a la gente a comprometerse por tanto tiempo, muchos
automáticamente empiezan a pensar en forma negativa. Déjeme entonces
reformular la idea de escribir el libro de otra forma. Vamos a dividirla
aún más.
Supongamos que le pregunte: ¿puede usted llenar una hoja y cuarto con
palabras – no por un año, no por un mes, ni siquiera por una semana,
sino sólo por hoy? No piense más allá de eso. Creo la mayoría de la
gente podría declarar con confianza ser capaz de la tarea.
Por supuesto, esa es la misma gente que se declararía totalmente
incapaz de escribir un libro. Y si yo les pregunto a esas mismas
personas mañana y les dijese: no quiero que pienses en ayer, ni pienses
en mañana, sólo quiero que llenes una página y cuarto este mismo día –
¿pensaría usted que serían capaces de hacerlo?
Un día a la vez. Todos escuchamos esa frase. Eso es lo que estamos
haciendo aquí. Estamos dividiendo el tiempo requerido para una tarea de
gran tamaño en segmentos de un día, y estamos dividiendo el trabajo de
escribir un libro de cuatrocientas páginas en incrementos de página y
cuarto.
Continúe así por un año, y el libro estará escrito. Disciplínese
usted mismo para no mirar hacia adelante ni hacia atrás, y podrá lograr
cosas que nunca imaginó que sería capaz de lograr, se lo prometo.
Mi segunda herramienta para vencer la dejadez también es de una sola palabra. ESCRÍBALO.
Sabemos qué importante es el escribir para ponerse metas. El escribir
que va usar para derrotar la dejadez es muy similar. En vez de
enfocarse en el futuro, usted va a escribir sobre el presente a medida
que lo experimenta cada día.
En vez de describir lo que usted desea hacer en el futuro, o los
lugares que va a visitar, usted va a escribir lo que realmente esté
haciendo con su tiempo, y va a mantener un Registro escrito de los
lugares a los que está yendo en la actualidad.
En otras palabras, usted va a mantener un registro diario de sus
actividades. Y usted se sorprenderá de las distracciones, desvíos, y
pérdidas de tiempo en las que se acopla en el transcurso del día. Todas
ellas se interponen en el camino hacia el logro de sus objetivos.
Para mucha gente, es casi como si lo hubieran planeado de esa forma, y
tal vez lo hayan hecho en algún nivel subconsciente. Lo mejor de llevar
un registro diario de tiempos es que logra sacar todas estas cosas a la
luz. Te fuerza a ver lo que en realidad estás haciendo… Y lo que no
estás haciendo.
El diario de tiempo no tiene que ser nada elaborado. Sólo necesitará
un pequeño anotador espiral, de esos que se llevan fácilmente en el
bolsillo.
Cuando vaya a almorzar, mientras esté viajando en automóvil, o en
ómnibus, cuando va de compras o al lavadero de ropa, mientras hace una
pausa junto a la máquina fotocopiadora, haga una anotación rápida de a
qué hora comenzó la actividad y a qué hora la terminó.
Trate de hacer la anotación lo más rápido posible; si es poco
conveniente hacerla en el momento, hágala más tarde. Pero debería hacer
mínimo una anotación cada treinta minutos, y mantener el diario por una
semana.
Divídalo. Anótelo. Parecen técnicas demasiado simples. Pero que no le
engañen: son técnicas de productividad poderosas y efectivas. Así es
como se termina con la dejadez. Así es como uno se pone en movimiento.
Autor: Jim Rohn
Artículo publicado en http://www.TriunfarEnMultinivel.com
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