¿Existe alguna cosa que no se pueda copiar? Sí, el estilo propio, la personalidad propia, la forma de ser y de presentarse, el servicio, y algunos otros factores. ¿Y por qué digo eso? Pues lo comento porque desde hace ya mucho tiempo parece que muchos escuden sus fracasos en que “les copian”, pues si es así, ¿por qué no nos abonamos al valor de aquello que no se puede copiar?
Vender un producto o un servicio o incluso ofrecerse a una empresa como profesional en busca de empleo, es vender la capacidad de realizar unas funciones y ofrecer un determinado rendimiento. Y en eso sin duda que nos podrán copiar, pero en lo que no nos podrán copiar es en el como realizamos esas funciones y en el como ofrecemos un rendimiento determinado.
Productos o servicios que presten la función y el rendimiento de lo que nosotros ofrecemos los habrá y muchos, y si no los hay nos lo copiarán, pero seguro que ninguno como el nuestro podrá ofrecer (ni copiar) otras muchas cosas que van más allá de la mera funcionalidad práctica y del rendimiento.
Y en el caso del profesional en busca de empleo o de clientes lo mismo. Otros que tengan dos manos, dos piernas y dos ojos que busquen el mismo empleo o que ofrezcan los mismos servicios los habrá a espuertas. Pero de lo que no habrá copia es de nuestra personalidad, de nuestro estilo, de nuestra forma de ser y entender el como nos ponemos a disposición de la prestación de esos servicios.
En Pymes y autónomos
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