Tal como han definido, en muchas ocasiones, David Alonso y Simon L. Dolan, los Valores son el pilar fundamental en el que nos sustentamos, la base que explica nuestro comportamiento en nuestro día a día.
Actuar en congruencia respecto a ellos nos ayuda a vivir mejor, más alineados y tranquilos, satisfechos por la vida que estamos llevando. Pero… ¿Qué ocurre cuando hacemos lo contrario? Es decir, ¿qué pasa cuando vivimos en incongruencia respecto a estos Valores Fundamentales?
Expliquémoslo con una metáfora: intenta caminar con unos zapatos que no sean de tu talla. ¿Qué sucede? O bien te harán daño, o te resultarán insufriblemente incómodos.
¿Qué pensarías si alguien te dijera que tienes que adaptar el pie para que te queden bien los zapatos? ¿No sería más razonable adaptar (o cambiar) los zapatos? Lo mismo sucede con los valores. Si tus valores (sean cuales sean) no se adaptan a los de tu cónyuge, equipo, organización, comunidad o incluso a los de tu país, te sentirás desgraciado, inadaptado y con un dolor psicológico en aumento que acabará convirtiéndose en dolor físico. Y, por supuesto, ¡lo mismo ocurrirá si tú mismo/a eres la primera persona en transgredirlos!
Así pues, estas son los 5 Consecuencias Negativas que produce la Incoherencia de Valores. ¡Allá vamos!
1. Estrés
Lo que es cierto es que es un estado prolongado de incoherencia de los valores conduce al estrés, y éste debilita el cuerpo y el alma. En los últimos 30 años se ha estudiado mucho sobre el estrés, aunque los conocimientos generados no se han trasladado a nuestras vidas y trabajos.
Curiosamente, incluso la literatura médica y biológica han empezado a tomar conceptos prestados de la psicología y la sociología (como el estrés) para explicar la mutación celular (o las enfermedades). Y es que cada vez aparecen más trastornos mentales y físicos que no pueden explicarse de manera convencional, como las enfermedades cuya causa se asocia al estrés.
Los modelos de enfermedades han cambiado, y los nuevos paradigmas incluyen la incoherencia de los valores como origen.
2. Síntomas en la salud mental
Al estrés y sus efectos, expuestos anteriormente, hay que añadirle otros síntomas.
Estos pueden ir desde el agotamiento emocional, el predominio de trastornos mentales y conductuales, e incluso un menor rendimiento laboral, derivado de las actitudes y comportamientos negativos.
Finalmente, puede derivar en un aumento de la agresividad, un auge de la susceptibilidad, arrebatos de tristeza injustificada, e incluso depresión.
3. Problemas de salud física
Cuando una persona padece incoherencia crónica de los valores, la probabilidad de presentar problemas de salud aumenta drásticamente.
En nuestra investigación, hemos descubierto que las personas que se sienten atrapadas en su trabajo, y que quieren dejarlo por la incoherencia con sus valores pero se ven obligadas a permanecer por cuestiones económicas, presentan un nivel superior de cansancio laboral y una mayor tendencia a padecer enfermedades cardíacas, así como diabetes de tipo II.
Además, genera otros síntomas: dolor de cabeza, trastorno gastrointestinal, tensión muscular, hipertensión, episodios de gripe o catarro y trastornos del sueño, entre otros.
4. Conflictos en las relaciones
Al final, estar bien con nosotros/as mismos/as es fundamental para estar bien con los/las demás. Piénsalo: si conoces el Modelo Triaxial de los Valores planteado por Simon L. Dolan, sabrás que existen tres tipos de Valores, y que la clave es que tus Valores estén equilibrados.
Pues bien, de eso tratan los Valores: de aportarnos un equilibrio interno que nos ayude a gestionar todo tipo de situaciones. Asimismo, también nos ayudan a estar bien con nuestra pareja, familia, amistades…
De no vivir en congruencia con aquello que es más importante para nosotros/as, podemos acabar siendo ariscos, agresivos, o resultar difíciles de lidiar para nuestro entorno. Esto puede derivar incluso en una creciente sensación de aislamiento, separaciones, y otros efectos.
5. Problemas en el entorno laboral
Finalmente, cabe destacar que todavía existe una profunda desalineación de las organizaciones hacia una cultura laboral orientada en valores. Algo que hemos ido constatando durante nuestras investigaciones, es que este tipo de desalineación ha acabado derivando en afecciones cardíacas o enfermedades varias, e incluso en suicidios dentro del entorno laboral.
Y es que el trabajo suele ser una fuente demasiado extendida de incoherencia en los valores personales. Pero, incluso dejando ese factor al margen, vivir en incoherencia con dichos valores puede reducir la motivación, generar cansancio físico o mental, perjudicar nuestras relaciones con nuestros compañeros y con la dirección, y minar considerablemente el rendimiento laboral así como nuestra creatividad a la hora de solucionar problemas sobre la marcha.
En conclusión.
La evidencia científica es abrumadora, respecto a las consecuencias negativas que trae una incoherencia crónica de los valores. Estas consecuencias son devastadoras tanto para las organizaciones (pérdida de productividad, incapacidad para conservar el talento…) como para las personas (propensión a enfermedades físicas y mentales).
No nos referimos simplemente a una forma de incoherencia temporal o transitoria, sino a una sensación o percepción permanente. Piensa en ti: ¿qué crees que ocurriría si te sintieras total y constantemente incoherente con tu pareja? ¿O con tu familia y amigos? ¿Y con tu organización y comunidad? Las probabilidades de que afectase a tu salud mental y física serían muy altas.
Es tu turno.
¡Ahora es el momento de que analices en qué momento te encuentras, y de que te pongas en marcha para vivir plenamente alineado contigo mismo! Y, por supuesto, ¡déjanos tu opinión escrita en comentarios!
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