La creatividad puede "congelarse" por muchísimos malos hábitos, pero estos que disecciona a continuación Canva son quizás los más mortíferos:
1. La monotonía
Si no quiere que su creatividad se llene de óxido, no tenga miedo de romper con sus viejas costumbres, incluso con las más arraigadas. Haga cosas nuevas, vaya a lugares nuevos, emprenda nuevas actividades y conozca a gente nueva. Si sale de su zona de confort, cuando tenga que engendrar nuevas ideas, todas las experiencias acumuladas serán una inagotable fuente de inspiración para usted.
Si no quiere que su creatividad se llene de óxido, no tenga miedo de romper con sus viejas costumbres, incluso con las más arraigadas. Haga cosas nuevas, vaya a lugares nuevos, emprenda nuevas actividades y conozca a gente nueva. Si sale de su zona de confort, cuando tenga que engendrar nuevas ideas, todas las experiencias acumuladas serán una inagotable fuente de inspiración para usted.
2. La desconfianza en uno mismo
La desconfianza en uno mismo es uno de los peores enemigos de la creatividad. Quítese el miedo de encima y deje que las ideas acudan a su encuentro. Cuantos más desafíos asuma, más tendrá que ejercitar su músculo creativo y más fuerte será, por ende, su creatividad. Deje de desconfiar de sí e inténtelo. Puede que se tope con dificultades, pero de esas dificultades manarán después brotes creativos.
La desconfianza en uno mismo es uno de los peores enemigos de la creatividad. Quítese el miedo de encima y deje que las ideas acudan a su encuentro. Cuantos más desafíos asuma, más tendrá que ejercitar su músculo creativo y más fuerte será, por ende, su creatividad. Deje de desconfiar de sí e inténtelo. Puede que se tope con dificultades, pero de esas dificultades manarán después brotes creativos.
3. El miedo al fracaso
No atreverse a poner en marcha una idea por miedo a toparse de bruces con el fracaso “apuñala” la creatividad (y la deja exangüe). No pierda el tiempo pensando que no puede hacer tal o cual cosa, simplemente póngase manos a la obra e inténtelo. Incluso si fracasa, habrá aprendido valiosas lecciones que les servirán después para condimentar sus ideas creativas.
No atreverse a poner en marcha una idea por miedo a toparse de bruces con el fracaso “apuñala” la creatividad (y la deja exangüe). No pierda el tiempo pensando que no puede hacer tal o cual cosa, simplemente póngase manos a la obra e inténtelo. Incluso si fracasa, habrá aprendido valiosas lecciones que les servirán después para condimentar sus ideas creativas.
4. Las excusas
En lugar de devanarse el seso buscando excusas para no hacer cosas, esfuércese en buscar motivos para hacerlas. Ir constantemente a la búsqueda de excusas para no emprender algo nuevo es rechazar de plano la inspiración y todas las cosas buenas que ésta trae consigo.
En lugar de devanarse el seso buscando excusas para no hacer cosas, esfuércese en buscar motivos para hacerlas. Ir constantemente a la búsqueda de excusas para no emprender algo nuevo es rechazar de plano la inspiración y todas las cosas buenas que ésta trae consigo.
5. Los secretos
En lugar de guardar celosamente bajo llave sus ideas, compártalas con tanta gente como pueda y todos saldrán ganando, usted mismo, que podrá nutrir sus ideas con perspectivas nuevas, y los demás, a los que, con un poco de suerte, habrá inspirado. Las ideas que se exponen al contacto con varias personas crecen mucho más fuertes que si quedan encerradas en su propia burbuja.
En lugar de guardar celosamente bajo llave sus ideas, compártalas con tanta gente como pueda y todos saldrán ganando, usted mismo, que podrá nutrir sus ideas con perspectivas nuevas, y los demás, a los que, con un poco de suerte, habrá inspirado. Las ideas que se exponen al contacto con varias personas crecen mucho más fuertes que si quedan encerradas en su propia burbuja.
6. La apatía
Si no lo importa la tarea que tiene entre manos, difícilmente alumbrará para ella nuevas ideas. Si pone todo su amor y toda su pasión en lo que hace, las musas de la inspiración acudirán a su encuentro con mayor facilidad que si opta por enarbolar la bandera de la apatía.
Si no lo importa la tarea que tiene entre manos, difícilmente alumbrará para ella nuevas ideas. Si pone todo su amor y toda su pasión en lo que hace, las musas de la inspiración acudirán a su encuentro con mayor facilidad que si opta por enarbolar la bandera de la apatía.
7. El ego
Para la creatividad es tan dañina la ausencia como el exceso de confianza. Si nuestro ego está excesivamente inflado, nos dejamos de esforzar para hacer las cosas de manera mejor y más diferente. Si nos miramos en exceso el ombligo, le estamos haciendo en realidad un flaco favor a nuestra creatividad (que se queda inevitablemente estancada).
Para la creatividad es tan dañina la ausencia como el exceso de confianza. Si nuestro ego está excesivamente inflado, nos dejamos de esforzar para hacer las cosas de manera mejor y más diferente. Si nos miramos en exceso el ombligo, le estamos haciendo en realidad un flaco favor a nuestra creatividad (que se queda inevitablemente estancada).
8. La falta de concentración
No tener muy claro adónde queremos llegar torpedea inevitablemente nuestra creatividad. No disponer de límites, de reglas y de objetivos puede parecer a priori un auténtico oasis para la creatividad, pero en realidad la coarta. No lo parece, pero la presión (en su justa medida) es mano de santo para la creatividad.
No tener muy claro adónde queremos llegar torpedea inevitablemente nuestra creatividad. No disponer de límites, de reglas y de objetivos puede parecer a priori un auténtico oasis para la creatividad, pero en realidad la coarta. No lo parece, pero la presión (en su justa medida) es mano de santo para la creatividad.
9. La falta de práctica
La creatividad es un músculo que hay que ejercitar. Y si nos hacemos los remolones para evitarla (por pura pereza), ese músculo terminará quedándose tarde o temprano atrofiado. Deje a un lado la holgazanería y dedique todos los días al menos 30 minutos a engendrar nuevas ideas.
La creatividad es un músculo que hay que ejercitar. Y si nos hacemos los remolones para evitarla (por pura pereza), ese músculo terminará quedándose tarde o temprano atrofiado. Deje a un lado la holgazanería y dedique todos los días al menos 30 minutos a engendrar nuevas ideas.
10. La negatividad
La negatividad la podemos albergar nosotros mismos en nuestras entrañas, pero también está desafortunadamente en quienes nos rodean. Ahí fuera hay muchísimas personas negativas que “chupan” nuestra creatividad como si fueran vampiros. Evite compartir sus ideas con este tipo de personas y rodéese en su lugar de gente positiva.
La negatividad la podemos albergar nosotros mismos en nuestras entrañas, pero también está desafortunadamente en quienes nos rodean. Ahí fuera hay muchísimas personas negativas que “chupan” nuestra creatividad como si fueran vampiros. Evite compartir sus ideas con este tipo de personas y rodéese en su lugar de gente positiva.
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