martes, 22 de marzo de 2016

Por qué es el momento de dar una patada en la entrepierna (o donde sea) a los banners

Junto con otro pionero de internet de apellido sorprendente similar, Ethan Zuckerman es el probablemente el "inventor" (asociado a la red de redes) más odiado del mundo.
Trabajando para Tripod.com en los años 90, Zuckerman tuvo la osadía de inventar el que es probablemente el formato publicitario más mortificante con el que se han topado jamás los sufridos ojos de internauta: los anuncios pop-up.
Consciente de lo maléfico de su invento, Zuckerman se disculpó públicamente el año pasado por "crear una las herramientas más odiadas en la caja de herramientas de los anunciantes" en un informe que se atrevía a cuestionar la salubridad de la publicidad online.

Los anuncios pop-up están afortunadamente cada vez más de capa caída, perono son ni mucho menos los únicos que merecer morir.
La publicidad display es un mercado saturado donde lo único que triunfa (si es que triunfa algo) es la irrelevancia. Según datos manejados por comScore, un internauta se las tiene que ver todos los meses con una media de 1.700 banners. Sin embargo, y pese a ser omnipresentes en la red de redes, los banners registran ridículas tasas de conversión de apenas el 0,7%.
Para colmo de males, un reciente informe de Retale concluye que el 60% de los clics en los banners en los dispositivos móviles son atribuibles al denominado“síndrome de los dedos gordos”. Un síndrome que muchos internautas están combatiendo con la medicina más eficaz conocida hasta la fecha contra esta enfermedad: los “ad blockers”.
No obstante, y a medida que el amor de los internautas por los banners se marcha para no regresar jamás, su hambre de contenidos es cada vez más voraz. De acuerdo con un estudio de ZenithOptimedia, la gente invierte más de 8 horas al día consumiendo medios, un total de 492 minutos diarios (frente a los 485 minutos de 2014).
Y no sólo eso. El tiempo que la gente dedica a los nuevos medios digitales está creciendo como la espuma, mientras que el tiempo invertido en los medios tradicionales no para de encoger.
Los hábitos del consumidor están cambiando y, ante este extraordinario cambio, deben adaptarse no sólo los anunciantes sino también los “publishers”, que están obligados a poner en manos de las marcas nuevos formatos publicitarios que no hagan añicos las experiencias de los internautas en la red.
Desprovista del ánimo destructor de los banners de toda la vida está, por ejemplo, la publicidad nativa, la columna vertebral de uno de los “publishers” con más poderío en el universo mediático: BuzzFeed.
BuzzFeed, que se jacta de contar con la friolera de 190,3 millones usuarios únicos mensuales en todo el mundo, se ha atrevido a dar por completo la espalda a la publicidad display para arrojarse en los brazos de la publicidad nativa. Y lo cierto es que le va a las mil maravillas.
Si hacemos caso de unos documentos internos filtrados el verano pasado,BuzzFeed habría triplicado sus ingresos entre 2012 y 2013 y tendría ya un valor de mercado de 1.500 millones de dólares.
Según un reciente informe de Yahoo! y Enders Analysis, la publicidad nativa (el reverso de la moneda de la publicidad display), crecerá un 156% durante los próximos cinco años y engullirá en 2020 el 52% del pastel de la publicidad digital en el viejo continente.
Los internautas ya mandaron a paseo a la publicidad display hace tiempo. Ahora es el momento de que los anunciantes y los “publishers” hagan lo propio y pongan de su parte para que los banners ardan para siempre en el infierno (de donde nunca debieron salir).

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