viernes, 11 de marzo de 2016

Los hábitos que todo marketero debería eliminar de su vida (si no quiere acabar mal)

Una de las cosas más difíciles de cambiar en las personas son los malos hábitos y es que, una vez que se adquieren ciertas rutinas, patrones de actuación, comportamientos y hábitos, como buenos animales de costumbres que somos, tendemos a mecanizarlos.
Y en el mundo del marketing hay ciertas rutinas impuestas en las formas de trabajar que, aunque todo el mundo lleva a cabo, no deberían suceder. Es esencial para las compañías y sobre todo, los líderes darse cuenta de los malos vicios para cambiarlos cuanto antes.
Pero, ¿cuáles son esos hábitos comúnmente compartidos pero que hay que dejar atrás? Carrie Pryor, de Greenwich Harbor Partners, asegura que uno de los mayores problemas es centrarse demasiado en lo que pasa dentro de la compañía, en los ingresos y resultados más que en los consumidores.

Por su parte, Michael Nevins, VP of global marketing de Spongecell, destaca dos hábitos que los marketeros deberían eliminar de manera inmediata. El primero es utilizar la misma herramienta para todo pues, “la personalización es esencial para crear relevancia y conectar con los consumidores y eso solo ocurre si se utilizan las herramientas adecuadas”.
El segundo hábito se corresponde con centrarse demasiado en una gran idea en vez de tratar de encontrar pequeños momentos pero de gran impacto y oportunidades que los marketeros pueden optimizar.
Además, también señalan que los marketeros pecan, de manera frecuente, en el hecho de centrar su atención en la adquisición de consumidores y es que, tan importante es conseguir audiencia nueva como cuidar y mantener a los fieles.
También pensar que los medios tradicionales como los impresos, la radio o televisión ya no son canales útiles es otro error y es que, los marketeros necesitan utilizar estos canales de manera más eficiente
Sin embargo, aunque siempre resulta más fácil decir lo que no hay que hacer, centrarse en los buenos hábitos puede ser una buena manera de mantener los vicios alejados.

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