Social Currency: lo primero que se pregunta una persona cuando un contenido le impacta son 2 cosas:
¿Qué hay de bueno en esto para mí?
¿Qué dice de mí este contenido?
Lo que quiero decir es que la gente suele compartir contenidos con los que de una u otra forma conectan y transmiten algo que se cruza con algún tipo de valor vital de esa persona. Por ejemplo, si alguien es un “cachondo mental” pues claramente los vídeos de humor le tocarán su corazoncito y por eso estará predispuesto a compartirlos.
Ignición: para que algo se propague por internet, es fundamental y necesario planificar dónde vamos a encender las mechas para que el virus se propague. Para que algo se viralice, primero alguien tiene que haberlo visto. Por eso es necesario invertir estratégicamente en los nichos donde el virus pueda ser infectado de forma eficaz. Para realizar esto, es fundamental haber realizado un buen trabajo de “Target Design”, ya que es fundamental saber a quién va dirigido este contenido y dónde se mueven estas personas.
Emociones: “When we care… we share…” Si algo no toca nuestros corazones de alguna forma, si no nos hace sentir algo fuerte, es muy improbable que se vuelva viral. El verdadero “quid de la cuestión” se encuentra en el apartado emocional. Es necesario elegir una o máximo dos emociones que queramos generar en los usuarios y apostar por ellas a tope. Y no valen emociones light. Para impactar al usuario debemos elevar a la décima potencia la emoción. Sorprenderles. Un estudio realizado por la Universidad de Wharton demostró que los contenidos que tienden a lo positivo se comparten un 37% más de media.
La rueda de las emociones del Doctor Robert Plutchik te puede resultar muy útil para trabajar en targetizar las emociones del usuario. Además, jugar con los contrastes emocionales suele ser un buen golpe de efecto:
Podemos ver el gráfico en su tamaño original pinchando aquí. |
Público: “Monkey see… monkey do…” A lo mejor esta afirmación te resulta chocante. Pero esto es una realidad como un piano. El ser humano se mueve por observación. Se dice que si consigues que unas 100 personas compartan tu contenido, automáticamente se convertirá en un viral de éxito. ¿Por qué? Porque en estos casos, la inercia social arrastra a las masas. La gente piensa “si tanta gente lo comparte es que es interesante”… “Monkey see… monkey do…”
Valor práctico: los tutoriales “How to…” o las famosas listas tipo “7 secretos para…” suelen funcionar bastante bien. El ser humano tiene mucha hambre por aprender. Eso sí, el titular es el gancho, pero para que el usuario realmente comparta el contenido, lo que haya en el interior será la verdadera mecha para propagar el virus. En este caso concreto, el contenido sigue siendo el rey.
Buenas Historias: igual que en el cine, un buen guión es insustituible. Ni el mejor actor o director del mundo levanta una película con un guión patético. Contar buenas historias sigue siendo una buena oportunidad para tener éxito en la viralización de un contenido.
Call to Actions: “El que no llora… no mama…” No hay que tener miedo a pedir al usuario que haga algo determinado. De hecho, la gente necesita que le digas qué quieres que haga después de consumir tu contenido. Un call to action sencillo, claro y directo es una herramienta muy potente para conseguir que un contenido se convierta en viral. Como ejemplo, durante mi ponencia en el #HydraForum cuando mostré mi “Fórmula sobre la viralidad” pedí explícitamente a la gente que por favor hiciese ReTweet de la misma en un tweet que compartí en directo. El resultado es que fue mi tweet más retuiteado en los últimos 6 meses con 61 RTs y 45 Favoritos. ¿Funciona no?
De hecho, me gustaría pedirte que tú también te sumes a este reto, y hagas ReTweet de mi fórmula de la viralidad y gracias a tu generosidad, más gente pueda beneficiarse de esta fórmula… te dejo la fórmula aquí para que te sea fácil compartirla haciendo copy / paste:
“Algoritmo Viralidad = (Nivel de emoción)^10 + Índice de Empatía + Ignición – Estorbo Publicitario” vía @daniel_marote
Muchas gracias.
Durante el evento, quisimos hacer un experimento para probar que nuestro método de “Virality Design” funciona. Así que me armé de valor para probar que hasta “Un idiota haciendo el pino” puede ser viral si se utiliza un buen método. Aquí tienes el vídeo del experimento que finalmente fue un éxito siendo Trending Topic en Twitter.
Para terminar me gustaría decirte que la métrica más importante para determinar si un contenido es viral o no es el “Shareability”. O sea, cuántas veces ha sido compartido. Es verdad, que la ignición o impulsión de un contenido es necesaria para darle visibilidad, pero solamente podremos decir que es viral si las personas lo empiezan a compartir por voluntad propia.
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