1. Nadie dentro de la organización tiene un sólido conocimiento de las verdaderas necesidades del cliente.
2. La marca no representa nada y no promete tampoco nada. Es simplemente un nombre y un logo.
3. La marca se agarra a manidos clichés para marcar su diferencia con respecto al resto.
4. La marca es un popurrí de mensajes que varían en función de la audiencia, el medio, la campaña, etc.
5. La marca es víctima de una crisis que pone de manifiesto que nunca se ha tomado en serio las promesas realizadas al consumidor.
6. La marca se convierte en chivo expiatorio en algún tema social especialmente delicado.
7. La marca es una auténtica desconocida en su mercado, bien porque es una start-up de nueva creación, bien porque acaba de aterrizar en un determinado sector geográfico.
8. El producto de la marca no está a la altura de las expectativas por falta de calidad o por ser inferior a sus rivales en el mercado.
9. Las disfunciones internas de la marca se traducen después en disfunciones externas y acaban afectando al consumidor.
10. La marca y la organización que está tras ella se duermen en los laureles y descuidan la innovación y la satisfacción de las necesidades del cliente.
11. El CEO de la marca no comprende el concepto de “brand management” y no deja tampoco que otros se ocupen de su desarrollo dentro de la organización.
12. Cada vez que la economía entra en recesión, la empresa mete el tijeretazo a sus presupuestos de marketing, dejando a la marca en una situación especialmente vulnerable.
13. Cada vez que un nuevo brand manager pone pie en la compañía, éste se empeña en cambiar la marca y su estrategia “marketera”, tanto si los cambios son necesarios como si no.
14. La presión por crecer fuerza a la marca a hincarle el diente a productos o servicios que la desdibujan como marca.
15. Las extensiones de marca de la compañía han hecho pupa a su reposicionamiento como empresa.
16. La marca opta por incrementar los precios de sus productos a un ritmo claramente superior al de la inflación.
17. Los recortes de precios impuestos por la cadena de proveedores han restado valor a la marca, que ha dejado ser resultar atractiva a los ojos del cliente.
18. La marca no para de sacarse de la chistera submarcas muy poco diferenciadas entre sí.
19. La arquitectura de la marca es totalmente confusa.
20. La identidad de la marca es inconsistente y varía constantemente en función del contexto, el medio o la situación.
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