La revolución del ecommerce y el boom de los envíos postales asociado han cogido quizás con el pie cambiado a Correos. La compañía pública de servicio postal ha visto como en los últimos años caía el volumen de envíos postales tradicionales, algo que han sufrido todas las firmas de su mismo mercado, por el auge de las comunicaciones electrónicas. Ya nadie envía realmente cartas, puesto que se pueden comunicar por emails, mensajes de texto y comentarios en el muro de Facebook. Aunque, a pesar de que han caído los envíos de cartas tradicionales, el ecommerce ha hecho que los envíos de paquetes hayan aumentado en los últimos años de forma generalizada en el mercado.
A pesar de ello, Correos ha visto como en los últimos años caía su cifra de servicios. Los envíos en 2013 se quedaron en 3.282 millones, lo que supone un 9,85% de caída frente al año anterior. Desde que empezó la crisis económica, como publica VozPópuli, Correos ha perdido uno de cada tres envíos que se realizaban a través de su servicio. La firma ya no pierde dinero en las cuentas anuales, pero los resultados no están siendo buenos (aunque se esfuerza en presentar productos para ecommerce) y los despidos se han empezado a acumular. La plantilla se ha reducido en 13.105 empleados desde 2008.
Frente a las cifras de Correos, se posicionan las de las compañías de mensajería, que están capitalizando el éxito del comercio electrónico y convirtiéndose en la opción favorita para enviar las compras de los internautas. Seur, por ejemplo, es la líder en el mercado del ecommerce en España y factura 100 millones de eurossolo gracias al comercio electrónico. Sus ratios de crecimiento están ya en los dos dígitos gracias al empuje de las compras online.
Los otros Correos
No es la única compañía de correos que ha tenido que enfrentarse a los recortes de personal y a los ajustes. La Poste, la empresa francesa, recortó 4.800 puestos de trabajo en 2012 y unos 4.500 en 2013, aprovechando las jubilaciones de sus empleados para no cubrir las plazas vacantes. La compañía está en pleno proceso de reorganización, anunciado a principios de año, para frenar una caída de actividad de un 8% anual desde 2008. Entre los objetivos de la firma francesa a corto plazo está el de hacerse fuertes en el segmento del ecommerce con la distribución de pequeños paquetes. De hecho, han creado una división específica para el terreno electrónico y ha lanzado una plataforma de securización de las compras online propia, un primer paso para quizás - y es lo que buscan - convertirse en referencia en su mercado en términos de ecommerce. Pero el camino es muy largo y quizás se han incorporado tarde.
Incluso al otro lado del Atlántico, el tradicional servicio de correos se enfrenta a problemas de subsistencia. El US Postal Service acaba de tirar sus tarifas de envíos decidido a hacerse con las compañías de comercio electrónico como clientes: tanto es así que para quienes mandan más de 50.000 paquetes al año, los precios han bajado hasta un 50%. A sus competidores no les ha gustado, como publicaba The Wall Street Journal, pero para el US Postal Service podría ser una fórmula para asegurarse el futuro (y una última oportunidad para no perecer bajo el empuje de los tiempos). La compañía también se ha asegurado ser quien entrega las compras del nuevo servicio de venta de alimentos de Amazon en Estados Unidos. El US Postal Service ha ido acumulando hasta ahora pérdidas millonarias e incluso hubo quienes temieron por su desaparición.
Aunque la suerte no es igual para todos los servicios de correos existentes: el Royal Mail británico, por ejemplo, ya aparece en las noticias de ecommerce de finales de la década de los 90, cuando todo era bastante experimental, con suprimer envío de comercio electrónico. La compañía ha convertido ya los envíos de ecommerce en la mitad de sus cifras de negocio e incluso ha empezado a abrir de forma experimental algunas oficinas en domingo para permitir mayor flexibilidad para los consumidores.
Y, frente a todas ellas, está el ejemplo de Deutsche Post, el servicio postal alemán, que ha sabido reciclarse muy bien en el terreno del ecommerce. Fuera de Alemania es conocida como DHL y posiblemente ha sido una de las firmas que ha entregado las últimas compras que hayas podido hacer online. "Queremos ser los líderes globales en servicios de logística para el sector del ecommerce", apuntaba en una entrevista el consejero delegado Frank Appel. "En Alemania ya somos el número uno".
¿Por qué unos sí y otros no?
Correos está intentando hacerse un hueco en el mercado del comercio electrónico. Su presencia es una constante en las ferias especializadas en ese mercado, donde explica las bondades de sus sistemas de envíos. En los últimos meses ha presentado también nuevos productos para el segmento, como su HomePaq, para recibir y enviar paquetes a cualquier hora desde el portal de su edificio y que están probando de forma experimental en Madrid.
¿Será suficiente para retomar posiciones en el mercado del ecommerce? El problema de Correos en este segmento es el mismo que tiene La Poste francesa y posiblemente el mismo que presenta el US Postal Service: sus servicios no han conseguido ser lo rápidos que necesitan las empresas de ecommerce. O al menos no lo fueron en un primer momento. Y tampoco han sabido adaptarse a las demandas variadas de las empresas de comercio electrónico.
El comercio electrónico necesita flexibilidad, rapidez y precios competitivos en los envíos. La diferencia entre comprar en una u otra tienda online está en el margen de tiempo que el consumidor tendrá que esperar para recibirlo. Las empresas que han triunfado vendiendo online lo han hecho consiguiendo que sus compras lleguen antes que nadie a sus consumidores y eso, por desgracia para ellas, no está en sus manos. Necesitan hacerse con un partner en el terreno de los envíos y con uno que sea todo lo rápido que ellas buscan.
Correos, por poner el ejemplo más cercano, no lo era y a las empresas de ecommerce no les quedó más remedio que optar por su competencia. Las firmas de mensajería ofrecieron un abanico de posibilidades y en muchas de ellas el tiempo se reducía para que las tiendas consiguiesen ser las primeras. La frontera, actualmente, está, para las triunfadoras del ecommerce, en plazos de entrega por debajo de las 24 horas.
A eso se suma la experiencia de entrega: las compañías privadas consiguieron en un primer momento ser mucho más eficientes de lo que Correos era. El papelito de aviso de Correos (y el pásate por la oficina a recogerlo) nada tenía que ver con las varias visitas que las empresas de la competencia realizaban para dejar un paquete. Seur, por ejemplo, está intentando crear herramientas para mejorar los procesos de entrega, llegando incluso a reducir a un margen de una sola hora el período en el que creen que tu paquete pasará por tu casa.
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