Enhorabuena, tienes una idea. Estás convencido de que es buena, única, brillante. Has estudiado a fondo sus aplicaciones, su valor diferencial y los beneficios que puede aportar a un determinado mercado, o a muchos mercados. Genial, ¿y ahora qué?
Básicamente tienes dos posibles vías; venderla y que otros la desarrollen o, tirando de ese espíritu emprendedor que te embriaga, desarrollarla y convertirla en negocio, en un gran negocio.
Imaginemos que tu corazón te dice que el segundo camino será el del éxito. Ello quiere decir que crees en tu idea firmemente, que estás del todo convencido y decides por apostar fuerte por ella. Entonces hay algunas cosas que deberías tener en cuenta antes de dedicar todos tus recursos y esfuerzos a esta aventura.
1. Protégela:
IM-POR-TAN-TI-SI-MO. Estás convencido de que tu fantástica idea podrá convertirse en un plazo no muy lejano (ojo con los plazos no muy lejanos), en un gran negocio, en tu negocio. Asegúrate de proteger tu idea dela mejor manera posible antes de dar los primeros pasos y de darla a conocer dado que, uno de los primeros pasos que deberías dar, será buscar los soportes necesarios para poder desarrollarla, eso quiere decir, empezar a tejer tu red de negocio.
2. Convéncete del “para qué”:
Y, ¿Para qué vale?, ¿Qué hace que mi idea pueda triunfar?, ¿A quién puede beneficiar?, ¿Tengo competidores?, ¿Es fácil de replicar o copia?, ¿Aporta el suficiente valor diferencial como para que alguien pague por ella? … Y mil preguntas más a las que deberás tener respuesta, en primer lugar para convencerte a ti mismo, luego para convencer a los demás que consideres necesarios para llevarla a cabo.
Tómate tu tiempo y diseña, primero el MODELO de negocio. Es más importante que un PLAN de negocio que, en estadios iniciales, de poca ayuda te va servir y vendrá derivado del modelo que tengas pensado de negocio.
Necesitas dos herramientas muy importantes: lápiz (o cualquier otro medio de escritura) y un folio en blanco. Y para que este folio se convierta en un modelo de negocio sostenible y sostenido, necesitas sólo el factor trabajo, mucho trabajo.
Prueba, repite, pregunta al que debería ser tu mercado. Testa, prueba, repite, pregunta y cuando creas que lo tienes entonces, testa, prueba repite, pregunta.
3. Las ideas no se financian:
Tras muchas horas de trabajo, tu folio en blanco ya muestra un modelo de negocio. Ya es algo más que una idea. Seguramente, dado que tu idea y modelo de negocio son fantásticos, has conseguido la atención de posibles clientes, colaboradores, inversores, etc… y estarán a la espera de poder ver que lo que les has contado funciona.
Estás a viendo como el paso a mercado está cada vez más próximo, que pueden hacer realizad tu negocio. Ahora tienes que demostrar que puede llevarse a la práctica.
Aquí aparece tu amigo el PROTOTIPO. Llévate bien con él ya que estará contigo muchas, muchas, muchas horas. Pero la buena noticias es que si has sido diligente en los paso previos, en esta fase no debería resultarte difícil conseguir todos los apoyos necesarios, incluso financieros, para desarrollar tu primer prototipo.
Las ideas no se financian, pero aquello que será la base de un negocio, es decir, el primer producto (herramientas para un servicio), suele atraer el interés tanto de los mismos clientes potenciales que podrían ( y deberías conseguir) involucrarse, así como de inversores especializados en “early-stage”.
Y después de algunos meses de sudores fríos, buenas y malas noticias, de “parece que sí, pero..”, “esta es la definitiva”, “y ahora que es lo le pasa ..”, y demás situaciones de lo más normal conseguirás tu PRODUCTO.
4. Y te vas al mercado:
Ya tienes un producto, el primero de lo que seguramente será un porfolio de productos. Con todo tu equipo, socios, colaboradores, inversores y demás perfilarás el plan de negocio, las estrategias comerciales, el plan comercial, las proyecciones de ventas, financieras. Toca buscar más financiación para ejecutar las acciones comerciales y las primeras fases de explotación. Creas la empresa, entran socios con sus pactos, condiciones y rarezas varias, y ya tendrás todos los ingredientes para empezar el que, te deseo, sea largo y próspero negocio.
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