Toda empresa posee unos influencers a en potencia: sus empleados; personas que ejercen influencia en su entorno y pueden contribuir favorablemente en beneficio de la imagen de la empresa, generando un boca a boca positivo, que repercuta en beneficio de todos.
Los empleados son indiscutiblemente quienes mejor conocen la marca. Ellos conviven día a día con el producto, lo han visto nacer; saben cuáles son sus ventajas y cómo sacarles el mejor partido. Por esta razón, las marcas han de saber valorar esta oportunidad, y trabajar para hacer fluir esta corriente de notoriedad positiva hacia la marca.
Para poder recibir, primero la empresa tiene que aportar
No se trata de exigir, ni de imponer nada, sino de fomentar la participación voluntaria. Para ello, la empresa tiene que ganarse la confianza de sus trabajadores, generar un clima laboral agradable, que transmita estabilidad y buen feeling. De este modo, los empleados se sentirán parte integrante de la empresa, por lo que serán los primeros en volcarse por que todo vaya sobre ruedas, y estarán dispuestos a poner de su parte en beneficio de la empresa.
El boca a boca, uno de los deportes más antiguos
Una vez que se ha generado una actitud positiva hacia la empresa, anima a todos sus integrantes a que la recomienden en su entorno. Las redes sociales, además de un canal de ocio y entretenimiento, son también un punto de reunión entre amigos y conocidos; por lo que pueden ser muy útiles para proclamar las bondades de la empresa entre los contactos de nuestros empleados. El boca a boca funciona desde tiempos inmemoriales. Según Forrester, el 38% de los europeos tiene en cuenta la opinión de otros usuarios en Social Media; una cifra que se duplica si quien firma estas recomendaciones es un familiar o amigo. ¿Por qué no aprovechar este potencial en beneficio de la empresa?
No se trata de que vendan, sino de que hablen de su propia experiencia
En ningún momento pidas a tus empleados que se conviertan en comerciales de la marca, o que atosiguen a sus amigos con promociones u ofertas, sin tener en cuenta si estos están interesados o no. Simplemente han de ser ellos mismos, y hablar en primera persona de su experiencia con la marca, con autenticidad y simpatía; cualidades que nunca podrá aportar un Community Manager a su mensaje. De esta manera, se irá extendiendo el buen nombre de la empresa, de un modo natural; mucho más efectivo que la propuesta directa de venta.
¿Tus empleados se sienten parte integrante de la empresa? ¿están orgullosos de pertenecer a ella? ¿sabes si la recomiendan en su entorno?
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