Tomar esta decisión requiere mucho cuidado, existen varias cuestiones sobre las que meditar antes de dar el gran salto hacia la autonomía empresarial. Veamos algunas.
- El peor jefe: no creas que ya lo has conocido, no, que va, recuerda que cuando se es dueño de un negocio se trabaja para el empleador más severo y que no será nada más ni nada menos que tú mismo. Ahora el negocio es tuyo exclusivamente, serás el que más se tenga que exigir. Además, tus clientes serán como tus jefes, por lo tanto trabajarás para más de una persona.
- Realizar un plan sólido y real: tener muy claro qué tipo de emprendimiento vas a realizar (definir bien el nicho), si lo harás sólo o en compañía, qué dificultades vas a tener que enfrentar (pros y contras). Cuando todo esto esté claro y definido, ahí sí podrás dejar tu trabajo actual.
- Planifica un fondo de ahorro: es muy importante que antes de dejar tu trabajo hayas realizado, con anterioridad, acopio de un dinero extra, teniendo en cuenta el capital que necesitarás para mantenerte durante un tiempo, mientras tu emprendimiento logra salir adelante.
- Rodéate de personas con proyectos afines: no te limites a seguir rodeado sólo con las personas que trabajan en tu empresa, no te servirán para tomar una decisión. Busca reunirte con un grupo de gente con tus mismas aspiraciones, siempre te podrán orientar e impulsar para cambiar de rumbo.
- No poner excusas: si te sientes listo para lanzar tu negocio, adelante. No esperes a que la economía esté en su momento ideal, u otras excusas para demorarlo. La vida se pasa muy rápido, si los resultados no llegan ya, no desesperes, todo a su tiempo.
- Actualízate, fórmate: el aprendizaje deberá ser constante, antes, durante y después de iniciar tu emprendimiento. Además de la formación académica, debes leer libros sobre tu sector, la industria, marketing. Estar al tanto de las experiencias de otros emprendedores, conocer las últimas herramientas para utilizar en tu empresa, y siempre estar abierto a nuevas ideas, el mundo empresarial es cambio permanente.
Una vez que hayas superado todos estos pasos, sólo tendrás que encargarte de que tu proyecto crezca y evolucione, sin perder la pasión por él.
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