Hay días en los que nos encontramos noticias extraordinarias, que rompen con los planes establecidos, como es el caso de una empresa de Estados Unidos, que tras jubilarse su propietario, este ha decidido regalar su empresa a sus 209 empleados. Pero, ¿qué ha sido lo que ha movido a este ejemplar empresario a tomar esta determinación?
Pues la razón resulta ser muy sencilla y humilde, ya que no es otra que el sueño de este señor sobre la creación de una empresa en la que cada uno de sus integrantes se sintiese como en su propia casa, algo que consiguió, hasta el punto que quiso perpetuar esa situación a futuro, asignando los beneficios que obtenga la empresa al plan de retiro de sus empleados.
De manera intencionada o no este ilustre empresario, acaba de suscribir una ‘póliza de seguro’ para que su empresa tenga una larga vida, ya que acaba de promover una implicación máxima de sus colaboradores, ya que estos tendrán incentivos de sobra para cuidar de esta, al apreciar que su bienestar futuro denpenderá de su evolución.
Esta estrategia no tendría aplicabilidad en las grandes empresas al ser mucho más amplias las redes de colaboración y los grupos de interés, pero tal vez, esta sea una posible solución para muchas pequeñas empresas que no tienen establecidas claras líneas de sucesión, consiguiendo un grado de implicación incluso más alto del que gozan algunas cooperativas.
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