Últimamente me he encontrado con personas que me parece que padecen de un síndrome hoy en día muy común. Se trata del síndrome “si trabajo más que los demás todo me va a ir muy bien”. Creo que ya conoces el tipo de persona al que me refiero: aquellos que trabajan 24 horas al día, que trabajan más que todo el mundo y quiénes ponen todo en la línea para que sus emprendimentos funcionen. La narrativa de nuestra cultura muchas veces presentan a estas personas como modelos y héroes. Es una completa mentira. El concepto de trabajar hasta matarse es tan anticuado como el Modelo T.
Tómate dos minutos y reflexiona un poco sobre esta frase: “Si la eficacia es hacer las cosas correctas, la eficiencia es hacer las cosas bien.” ¿Lo leíste y entendiste? Lo digo porque me parece que es un concepto muy importante si realmente quieres ser más productivo y es fácilmente aplicable a la productividad personal. El camino al éxito no está pavimentado con un esfuerzo sobrehumano de trabajo, sino con un enfoque centrado en la comprensión de la eficacia de la eficiencia.
Para ponerlo en práctica sólo necesitas tomar dos medidas simples:
Paso uno: Entender que es todo sobre ti.
¿Qué es lo primero que haces cuándo te despiertas? ¿Es 100% para ti o 100% para otra persona? Te lo pregunto porque si lo primero que haces por la mañana no es del 100% para ti, egoístamente, el resto de tu día corre el riesgo de estar dedicado a no hacer nada por ti.
Dicen que una de las razones por las que se supone que uno debe tomar el desayuno dentro de los 30 minutos después de levantarse es porque así se comunica a tu mente que te vas a alimentar. De esta manera se calma para el resto del día. No se asusta y sabe que no va a morir de hambre y empieza almacenar grasa.
Recomiendo que intentes empezar a pensar de la misma manera sobre tu productividad personal y, como consecuencia, en tus objetivos personales. De esta manera arrancarás el día haciendo del éxito de una eventualidad, no una posibilidad.
¿Qué podría suceder si lo haces? Pues, no sólo hay una gran posibilidad de que tu producción aumente de forma significativa y la calidad de tu producción aumente, sino que probablemente tomarás decisiones más inteligentes. Tus relaciones con los amigos y compañeros de trabajo mejora porque eres más enfocado y claro.
Paso dos: Dí no
Todo conlleva un coste de oportunidad y todo es una elección. Cuando decides hacer algo, eliges que no haces otra cosa. Tomar tus decisiones basadas en tu potencial, y elegir la que tiene mayor probabilidades de tener un resultado positivo te llevará más cerca al cumplimiento de tus objetivos personales.
No puedo decirte a qué cosas deberías decir no, esa es tu decisión. Pero lo que si puedo decirte es que nadie va a pensar que eres una mala persona si dices que no a veces.
Sé egoista, piensa en ti mismo y verás que cumplirás tus sueños y objetivos personales mucho más rápido.
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