Algunos dicen que el emprendimiento puede aprenderse, pero yo no concuerdo. Los principios pueden enseñarse, pero la ejecución, las habilidades y la personalidad no. Hay un gran dicho que afirma que “la genética carga la pistola y el ambiente aprieta el gatillo”. Esta frase también aplica en los negocios.
En otras palabras, podríamos vivir en un ambiente construido para innovadores, pero también es importante comprender los factores psicológicos de un emprendedor.
Te damos cinco factores que debes evaluar para saber si tienes lo que hace falta para ser empresario:
1. Carácter
Los emprendedores exitosos requieren tener ciertas cualidades. Las más esenciales son la persuasión y las habilidades de liderazgo, de acuerdo a un reporte de Target Training International, que fue publicado en el blog de Harvard Business Review.
Los emprendedores exitosos requieren tener ciertas cualidades. Las más esenciales son la persuasión y las habilidades de liderazgo, de acuerdo a un reporte de Target Training International, que fue publicado en el blog de Harvard Business Review.
En mi opinión, o eres persuasivo o no lo eres; parecido a que si eres un líder natural o no. Las variables del ambiente de cada persona pueden o no apoyar el desarrollo de estas habilidades, pero si cuentas con estas cualidades innatas, es más probable que tengas la personalidad de un emprendedor.
2. Valores
Los sistemas de valores varían de una persona a otra. Sin embargo, una cosa permanece como cierta: Aquellas personas que son honestas y consistentes por lo general tienen la mentalidad de un emprendedor. La falta de valores crea líderes terribles que no tendrán nunca el respeto que hace falta para dirigir el cambio.
Los sistemas de valores varían de una persona a otra. Sin embargo, una cosa permanece como cierta: Aquellas personas que son honestas y consistentes por lo general tienen la mentalidad de un emprendedor. La falta de valores crea líderes terribles que no tendrán nunca el respeto que hace falta para dirigir el cambio.
3. Actitudes
La personalidad principalmente se determina por la genética, pero tu actitud hacia las circunstancias y ante las cosas que no puedes controlar es un indicador de tu habilidad para llevar un negocio. Si tienes una disposición negativa, una de “es imposible hacerlo” o eres muy pesimista, lo primero que debes hacer es una introspección seria. Mi segunda sugerencia es que te veas a ti mismo y te preguntes si puedes cambiar tu negatividad por optimismo.
La personalidad principalmente se determina por la genética, pero tu actitud hacia las circunstancias y ante las cosas que no puedes controlar es un indicador de tu habilidad para llevar un negocio. Si tienes una disposición negativa, una de “es imposible hacerlo” o eres muy pesimista, lo primero que debes hacer es una introspección seria. Mi segunda sugerencia es que te veas a ti mismo y te preguntes si puedes cambiar tu negatividad por optimismo.
Los emprendedores son personas positivas; son realistas y lógicos, pero el optimismo es el que hace que el barco se mantenga a flote cuando sólo se acercan tormentas. También, esta cualidad ayuda a que sean personas agradables y carismáticas, capaces de mover montañas y guiar a los demás.
4. Intereses
Tu historia personal es una buena fuente de información para buscar intereses. ¿Puedes pensar tiempo atrás y recordar aquello que te interesaba cuando eras niño? ¿Disfrutabas los retos, romper con lo establecido y cuestionar el estatus quo?
Tu historia personal es una buena fuente de información para buscar intereses. ¿Puedes pensar tiempo atrás y recordar aquello que te interesaba cuando eras niño? ¿Disfrutabas los retos, romper con lo establecido y cuestionar el estatus quo?
Si, por el otro lado, eras el típico niño que se encerraba a leer novelas de detectives, sacabas 10 de calificación en todo y nunca te metiste en un problema, quizás fuiste el mejor hijo para tus padres o el alumno ideal para los maestros, pero es posible que no tengas madera como emprendedor. Aunque, claramente, hay excepciones.
5. Estilo de vida
Te despiertas a las 5 a.m. para hacer ejercicio. Revisas tu smartphone mientras corres en la caminadora. Tomas una ducha rápida y te vuelves a conectar a las 7 a.m. Después tienes reuniones y más reuniones. Vas por un café y regresas a la oficina a pensar cómo vender más. Te entrevistas con un medio. Tienes otra reunión, luego revisas mails y a las 8 p.m. cenas rápidamente para reunirte con un posible socio a las 10 para tomar un trago. Llegas a casa a las 11 p.m.
Te despiertas a las 5 a.m. para hacer ejercicio. Revisas tu smartphone mientras corres en la caminadora. Tomas una ducha rápida y te vuelves a conectar a las 7 a.m. Después tienes reuniones y más reuniones. Vas por un café y regresas a la oficina a pensar cómo vender más. Te entrevistas con un medio. Tienes otra reunión, luego revisas mails y a las 8 p.m. cenas rápidamente para reunirte con un posible socio a las 10 para tomar un trago. Llegas a casa a las 11 p.m.
Este ritmo de vida tan ajetreado es común en los emprendedores, debido a que son personas que aman cada minuto y lo aprovechan al máximo. Para ellos, el trabajo no es trabajo. Es la vida.
Por Rebekah Ilif para soyentrepreneur.com
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