Algunas de las cuestiones que se deben plantear a este respecto son:
- Haber alcanzado el grado de autonomía suficiente: el primer punto que debemos salvar es realizar un ejercicio de autocrítica para determinar si nuestros conocimientos y experiencias actuales pueden avalar un ejercicio profesional autónomo sin el ‘comodín’ que supone recurrir a nuestros antiguos jefes y compañeros
- Cartera de clientes: por poner un ejemplo, cuando un ex-empleado de una asesoría o consultoría de empresas emprende un negocio por cuenta propia, en muchas ocasiones arrastra a sus clientes consigo. Para ello, es fundamental habernos ganado la confianza de un número de clientes razonable para que nos permitan partir de una cartera de clientes suficiente en el nuevo ciclo
- Contar con habilidades directivas y de gestión: aunque es cierto que muchas de ellas dependen de nuestras habilidades personales, siempre podemos reforzarlas con algún itinerario formativo de los que se destinan a cubrir este tipo de necesidad. Teniendo presente al mismo tiempo que no solo bastará con ser un buen técnico, sino que este cambio potencial supondrá nuevas responsabilidades en nuestro desempeño
En Pymes y Autónomos
No hay comentarios:
Publicar un comentario