Todas las decisiones que vamos a tomar en nuestro camino, desde
nuestra idea original hasta la puesta en marcha de nuestro negocio, son
importantes.
Pero más si cabe cuando hablamos de la definición y configuración de
nuestro equipo, porque para muchos, más allá de lo que se va a hacer y
de cómo se va a hacer, la parte más importante y la que puede
determinar el éxito de nuestro proyecto es quién lo va a hacer.
De
todas formas, en la fase de creación en la que estamos ahora mismo, no
tenemos porqué tener clara la configuración de nuestro equipo desde el
punto de vista de las personas que lo van a componer, pero sí su
definición, es decir, cómo va a estar estructurado ese equipo.
La
estructura del equipo debe cubrir los tres aspectos fundamentales que
debe de contemplar cualquier negocio, el aspecto productivo, el
comercial y la gestión.
La parte productiva es la que se
encargará de elaborar los productos o prestar los servicios que
constituyen la que va a ser nuestra actividad, el aspecto comercial se
ocupará de venderlos y la gestión se ocupará de la administración de los
recursos de nuestra empresa.
A la hora de configurar nuestro
equipo, debemos tener en cuenta que, directa o indirectamente, esa
configuración ha de contemplar necesariamente esos tres ámbitos.Directa o
indirectamente porque no podemos pensar en el equipo partiendo,
exclusivamente, de la base de qur todos los puestos se van a cubrir con
personal de la empresa, ya qur puede haber alguno de esos aspectos que
puedan ocuparse con personas ajenas a nuestra empresa, recurriendo a la
subcontratación.
El momento en que debemos ocupar esos puestos
que configuren nuestro equipo, dependerá de cada caso. Si nuestro
negocio parte, por ejemplo, de la elaboración de un producto, las fases
iniciales de nuestro negocio tendrán que poner el acento en el proceso
productivo, por lo que la parte comercial no interviene.
Sin
embargo sí puede ser importante que personas con conocimientos y
aptitudes que engloben estos tres ámbitos participen en el proyecto
desde sus fases iniciales, ya que su punto de vista puede ser muy útil
para el planteamiento y la definición de las fases posteriores.
Habrá
ocasiones en las que los propios promotores del negocio cubran esas
tres áreas, en cuyo caso, y a falta de que sea necesario aumentar la
composición del equipo más tarde, nos encontraríamos en la situación
ideal, ya que los buenos proyectos son los que contemplan una
composición del equipo equilibrada desde el inicio.
Lo
importante, antes de dar el siguiente paso, es que tengamos claro que
para determinar los objetivos y las estrategias con las que conquistar
el nicho de mercado, definido anteriormente, nuestra empresa debe
producir, vender y gestionar. Por eso tenemos que pararnos a definir y
plantear cómo formar un equipo que se encargue de todo ello.
En Pymes y Autónomos
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