Dejar
en manos de empleados nuestro negocio siempre será motivo de
incertidumbre. Muchos emprendedores evitan el crecimiento de un negocio
por el temor de ser objeto de robos, mal servicio al cliente o
simplemente el desinterés de nuestro personal.
Es
una realidad que la operación de una cadena de negocios es posible
mediante la delegación de funciones y responsabilidades, esto lo
demuestran las cadenas (y franquicias) que tienen más de una unidad de
negocio exitosamente.
Por
otro lado, aun cuando estemos al frente del negocio, es importante
saber si lo estamos haciendo correctamente o si hay algo en lo que
debemos mejorar. De ahí que sea tan importante aprender a ejercer una
supervisión cercana, proactiva y estricta para que el negocio siga
creciendo. En este artículo les hacemos algunas recomendaciones para
todos los que estén interesados en hacer crecer sus negocios:
Identificar los puntos críticos de éxito. ¿Qué
es lo que hace exitoso el negocio? Por supuesto que las ventas (que es
el primer punto crítico), seguido de la cantidad de clientes que se
atiende y el monto que se le vende a cada uno en promedio. De ahí
podemos identificar un número indefinido de indicadores que podemos
medir (contra objetivos). La labor del dueño del negocio es identificar
cuáles son los más importantes y establecer el método de medición que
deberá aplicar. Si se cumplen cada uno de los puntos críticos de éxito,
el negocio debe obtener la rentabilidad esperada, si no es así es
necesario replantearlos.
Capacitar al personal. Cada
uno de los puntos críticos de éxito deben corresponder a los procesos
que el personal llevará a cabo como parte de su trabajo. El empleado
debe conocer exactamente qué debe hacer, cuándo y cómo se le va a medir.
Para esto es que se generan los manuales y programas de capacitación.
Información al personal. El
equipo en su conjunto debe conocer las metas que tiene que cubrir (sean
o no monetarios), cada integrante debe saber y comprometerse con la
parte de la meta que le corresponde. De tal forma que todo el equipo
esté involucrado en conseguir el resultado y que sepa que de su trabajo
depende el resultado de todos los demás. No es factible que un equipo de
trabajo logre algún resultado si no sabe qué debe perseguir.
Medir el desempeño del personal. Con
base en los puntos anteriores se establecen las mediciones: periódicas y
sorpresas. Las primeras miden el esfuerzo y empeño que hacen los
empleados para cumplir las metas y las segundas en asegurar la
honestidad del personal.
Consecuencias. De
las mediciones que hablamos en el punto anterior se deben desprender
consecuencias. Sean para premiar o para castigar. Por supuesto que la
falta de probidad debe tener consecuencias severas, pero no solo el robo
es un acto deshonesto, también lo es atentar contra las instalaciones
del negocio o el desinterés en el trabajo. Debe quedar muy claro que no
se pasará por alto el incumplimiento de los objetivos que cada persona
debe cumplir. Por otra parte los logros que tienen como equipo y como
individuos deben ser reconocidos, sea como incentivo o el mismo
reconocimiento.
Sin
duda que hay mucho que hablar sobre como supervisar tu negocio. En
otras entradas abordaremos el tema desde distintos ángulos.
Un artículo de PPB Consultores
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