Como decía la canción, el “video mató a la estrella de radio”,
ahora internet, sobre todo la banda ancha,¿ha venido a matar al
videoclub? Sin duda este es el modelo de negocio que se ha visto más
directamente afectado por las posibilidades que ofrece internet,
descargas legales, ilegales, paralegales, alegales…
Pero lo que mata realmente al videoclub ¿es simplemente la
evolución tecnológica que lo va dejando atrás?, como antes quedo atrás
la industria del pergamino cuando se inventó el libro. La única salida
que tiene el negocio de alquiler de vídeos parece internet y no veo en
España muchos videoclubes virtuales, pero sin embargo no veo tampoco
nadie que se haya planteado la solución que planteo al final del
artículo, el videoclub a domicilio.
El negocio de los videoclubs
tuvo un considerable auge con la llegada del DVD, que no se replicó con
la llegada del Blue Ray, a pesar de su sensible mejora de la calidad,
aparecían por doquier máquinas que te permitían alquilar y devolver
películas a cualquier hora y con la máxima privacidad. Pero ahora el
negocio pasa por un mal momento ¿porque?
¿Es culpa del top manta?
Sin
duda el top manta le puede haber afectado, pero yo sinceramente sigo
prefiriendo gastarme dos euros en alquilar una película por medio día
que comprármela por cinco euros exponiéndome a que la película sea una
muy mala grabación, en la que hasta se oye estornudar al que graba;
porque muchas de las películas del top manta no son más que eso, ya que
salen antes de que se edite el DVD. No debería ser esa su principal
competencia, no al menos si el usuario es mínimamente exigente.
¿Es culpa de las descargas por internet?
Podría
parecer que si. Pero tampoco es muy razonable, por muy buena conexión
que tengas, seguro que te lleva algo menos ponerte los zapatos y bajar
al videoclub más cercano que descargarte una película, más aún si
tenemos en cuenta que es más que probable que después de un buen rato
descargando nos encontremos con que la película no era la que
esperábamos, o que se oye al mismo filmador constipado. Desde luego no
es más cómodo bajarse la película que bajarse a por la película. Aún así
seguro que tiene eso parte de culpa.
¿Entonces de quien es culpa?
La
culpa, como ya señalaba el ilustre pensador Rober Bodegas en una
columna en un periódico que no he podido enlazar, es del insultante
anuncio que te ponen al inicio de cada película. Un anuncio que no se
puede saltar, que es largo, y que te recuerda a tí, que junto a los que
van a comprar las películas a los grandes almacenes, eres el único
público que paga, que la piratería está mal, que tu no le robarías la
cartera a tu madre…
Ese sólo anuncio tiene un efecto muy pernicioso sobre el
inconsciente, de tal forma que te entran ganas de rippear el video,
cortarle ese anuncio y subirlo a internet para que lo descargue
cualquiera.
De momento una buena alternativa, sencilla y
económica sería ofrecer un servicio a domicilio que funcionase de la
siguiente manera:
A través del teléfono o de internet se encarga
una o varias películas, se admiten pedidos hasta cierta hora y se hacen
repartos a un horario determinado, pongamos que de 20:00 a 22:00, de tal
manera que sabes que entre esas horas te llegará la película a casa.
Así el videoclub puede organizar el reparto (se supone que funciona a
nivel local en un área no demasiado extensa) y si alguien desea que le
lleven la película en un momento determinado, o se le cobra un
sobrecoste por el trato VIP, o baja a por ella él mismo como hasta
ahora.
Otra fórmula sería ofrecer el visionado a través de
internet, o un servidor para descargarse legalmente la película; pero es
una alternativa más compleja y costosa y en España el video en
streaming y las descargas, todavía no le hacen sombra a la comodidad y
rapidez de lo planteado antes.
En Pymes y Autónomos
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