lunes, 2 de enero de 2012

¿Internet mató al videoclub?

Como decía la canción, el “video mató a la estrella de radio”, ahora internet, sobre todo la banda ancha,¿ha venido a matar al videoclub? Sin duda este es el modelo de negocio que se ha visto más directamente afectado por las posibilidades que ofrece internet, descargas legales, ilegales, paralegales, alegales…



Pero lo que mata realmente al videoclub ¿es simplemente la evolución tecnológica que lo va dejando atrás?, como antes quedo atrás la industria del pergamino cuando se inventó el libro. La única salida que tiene el negocio de alquiler de vídeos parece internet y no veo en España muchos videoclubes virtuales, pero sin embargo no veo tampoco nadie que se haya planteado la solución que planteo al final del artículo, el videoclub a domicilio.

El negocio de los videoclubs tuvo un considerable auge con la llegada del DVD, que no se replicó con la llegada del Blue Ray, a pesar de su sensible mejora de la calidad, aparecían por doquier máquinas que te permitían alquilar y devolver películas a cualquier hora y con la máxima privacidad. Pero ahora el negocio pasa por un mal momento ¿porque?
¿Es culpa del top manta?


Sin duda el top manta le puede haber afectado, pero yo sinceramente sigo prefiriendo gastarme dos euros en alquilar una película por medio día que comprármela por cinco euros exponiéndome a que la película sea una muy mala grabación, en la que hasta se oye estornudar al que graba; porque muchas de las películas del top manta no son más que eso, ya que salen antes de que se edite el DVD. No debería ser esa su principal competencia, no al menos si el usuario es mínimamente exigente.
¿Es culpa de las descargas por internet?


Podría parecer que si. Pero tampoco es muy razonable, por muy buena conexión que tengas, seguro que te lleva algo menos ponerte los zapatos y bajar al videoclub más cercano que descargarte una película, más aún si tenemos en cuenta que es más que probable que después de un buen rato descargando nos encontremos con que la película no era la que esperábamos, o que se oye al mismo filmador constipado. Desde luego no es más cómodo bajarse la película que bajarse a por la película. Aún así seguro que tiene eso parte de culpa.
¿Entonces de quien es culpa?

La culpa, como ya señalaba el ilustre pensador Rober Bodegas en una columna en un periódico que no he podido enlazar, es del insultante anuncio que te ponen al inicio de cada película. Un anuncio que no se puede saltar, que es largo, y que te recuerda a tí, que junto a los que van a comprar las películas a los grandes almacenes, eres el único público que paga, que la piratería está mal, que tu no le robarías la cartera a tu madre…

Ese sólo anuncio tiene un efecto muy pernicioso sobre el inconsciente, de tal forma que te entran ganas de rippear el video, cortarle ese anuncio y subirlo a internet para que lo descargue cualquiera.

De momento una buena alternativa, sencilla y económica sería ofrecer un servicio a domicilio que funcionase de la siguiente manera:

A través del teléfono o de internet se encarga una o varias películas, se admiten pedidos hasta cierta hora y se hacen repartos a un horario determinado, pongamos que de 20:00 a 22:00, de tal manera que sabes que entre esas horas te llegará la película a casa. Así el videoclub puede organizar el reparto (se supone que funciona a nivel local en un área no demasiado extensa) y si alguien desea que le lleven la película en un momento determinado, o se le cobra un sobrecoste por el trato VIP, o baja a por ella él mismo como hasta ahora.

Otra fórmula sería ofrecer el visionado a través de internet, o un servidor para descargarse legalmente la película; pero es una alternativa más compleja y costosa y en España el video en streaming y las descargas, todavía no le hacen sombra a la comodidad y rapidez de lo planteado antes.

En Pymes y Autónomos

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