Ésta es la principal conclusión a la que
llega un reciente informe desarrolldo por Forbes; En el modelo
productivo social actual, los Prosumidores (sí, sí… tu y yo… nosotros)
tenemos gran empatía y disponibilidad para vincularnos férreamente con
las marcas “que nos satisfacen” a poco esfuerzo que éstas hagan en
relación a sus acciones y nuestras necesidades.
La lealtad en aumento (y las exigencias también)
Esta conclusión, no deja de ser “expectante” si tenemos en cuenta el contexto económico por el que transitamos. La lealtad es cada vez más elevada… aunque obviamente, las exigencias también los son.
El cliente emerge como centro neurálgico del poder de las decisiones y en la medida que esto sucede, los vínculos son más férreos… los clientes están más “evangelizados”. Una vez que se logra este estado de conexión entre las marcas y sus clientes, es muy difícil que la lealtad desaparezca.
¿Cómo se atraen clientes incondicionales?
Es necesario transformarse en líderes de opinión y para ello, hay que prestar una atención especial al valor agregado que subyace de nuestro propio compromiso. Debemos ser únicos y constantes.
Conocer a nuestro cliente sigue siendo la carta más favorable para el éxito, recordemos que la fluidez de las relaciones, la confianza y la credibilidad de toda relación se cuece a “fuego lento”. El éxito de las marcas online radica en que han logrado consolidar y gestionar adecuadamente la confianza de sus clientes.
El cumplimiento de los compromisos y la entrega de beneficios a nuestros clientes más comprometidos es esencial para lograr transformar esa confianza en una retroalimentación de influencias.
Y… además debemos tener en cuenta que no cumplir los compromisos supone automáticamente la expulsión del “edén” del Social Media.
Establecer una relación emocional no es una labor sencilla. Las plataformas sociales son grandes aliados de personas que seguimos siendo “perezosas”… reminiscencias de una generación analógica convertida tras una debacle de todo lo conocido.
Lograr la emocionalidad supone confiar en el otro, saber compartir, delegar, esforzarse con la calidad, comprometerse ineludiblemente con lo que prometemos… un gran desafío.
Las marcas más consolidadas hace mucho tiempo que se han dado cuenta que, para ser parte del marketing influencial deben entregar un valor agregado, de forma constante, que comprende una atención personalizada a sus clientes desde la primera toma de contacto e idealmente, con carácter vitalicio.
Resulta obvio decir, llegados a este punto, que para lograr todo lo anterior, es necesario comunicarse personalmente con nuestros clientes. Las redes sociales hoy son el nuevo servicio de Atención al Cliente, expuesto, público y 100% en tiempo real.
¿Parece complicadísimo verdad?... bueno, más allá del universo social, la clave está en convencernos, en aceptar que le modelo productivo cambió.
Que hoy, todos somos responsables de generar los recursos que necesitamos a través de la satisfacción de las necesidades ajenas. Ello implica un arduo trabajo, constancia, perseverancia y compromiso pero… el cumplimiento de los objetivos… ¡bien vale el esfuerzo!...
Un artículo publicado en Puro Marketing
La lealtad en aumento (y las exigencias también)
Esta conclusión, no deja de ser “expectante” si tenemos en cuenta el contexto económico por el que transitamos. La lealtad es cada vez más elevada… aunque obviamente, las exigencias también los son.
El cliente emerge como centro neurálgico del poder de las decisiones y en la medida que esto sucede, los vínculos son más férreos… los clientes están más “evangelizados”. Una vez que se logra este estado de conexión entre las marcas y sus clientes, es muy difícil que la lealtad desaparezca.
¿Cómo se atraen clientes incondicionales?
Es necesario transformarse en líderes de opinión y para ello, hay que prestar una atención especial al valor agregado que subyace de nuestro propio compromiso. Debemos ser únicos y constantes.
Conocer a nuestro cliente sigue siendo la carta más favorable para el éxito, recordemos que la fluidez de las relaciones, la confianza y la credibilidad de toda relación se cuece a “fuego lento”. El éxito de las marcas online radica en que han logrado consolidar y gestionar adecuadamente la confianza de sus clientes.
El cumplimiento de los compromisos y la entrega de beneficios a nuestros clientes más comprometidos es esencial para lograr transformar esa confianza en una retroalimentación de influencias.
Y… además debemos tener en cuenta que no cumplir los compromisos supone automáticamente la expulsión del “edén” del Social Media.
Establecer una relación emocional no es una labor sencilla. Las plataformas sociales son grandes aliados de personas que seguimos siendo “perezosas”… reminiscencias de una generación analógica convertida tras una debacle de todo lo conocido.
Lograr la emocionalidad supone confiar en el otro, saber compartir, delegar, esforzarse con la calidad, comprometerse ineludiblemente con lo que prometemos… un gran desafío.
Las marcas más consolidadas hace mucho tiempo que se han dado cuenta que, para ser parte del marketing influencial deben entregar un valor agregado, de forma constante, que comprende una atención personalizada a sus clientes desde la primera toma de contacto e idealmente, con carácter vitalicio.
Resulta obvio decir, llegados a este punto, que para lograr todo lo anterior, es necesario comunicarse personalmente con nuestros clientes. Las redes sociales hoy son el nuevo servicio de Atención al Cliente, expuesto, público y 100% en tiempo real.
¿Parece complicadísimo verdad?... bueno, más allá del universo social, la clave está en convencernos, en aceptar que le modelo productivo cambió.
Que hoy, todos somos responsables de generar los recursos que necesitamos a través de la satisfacción de las necesidades ajenas. Ello implica un arduo trabajo, constancia, perseverancia y compromiso pero… el cumplimiento de los objetivos… ¡bien vale el esfuerzo!...
Un artículo publicado en Puro Marketing
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